Madonna comprendió bien que necesitaba una nueva carta de vigencia para mantenerse dentro de la industria musical actual. Madamme X no es exactamente igual pero la creación de cierto alter-ego o concepto, le hizo llegar a una búsqueda más allá de repetir una misma fórmula en un nuevo trabajo discográfico y un claro referente de aquello, es la existencia de «I Am… Sasha Fierce». El Tercer acto de Beyoncé brotó en algo más visionario, negándose a seguir pasos anteriores en pos de la relevancia y la exploración artística.
Un trabajo de dos partes en el cual «I Am» nos entrega a una Beyoncé más honesta y real que nunca, llegando a inmortalizar verdaderos himnos de esos que cambian los rumbos de la música. Si no basta con ritmos cercanos al Blues, Folk y el R&B en su primera parte, madurando con una iluminación en temas como If I Were a Boy» o «Halo», en Sasha Fierce en cambio, hayamos diversos sonoros, llegando a niveles de conseguir beats de experimentación pura como en el gran hit «Single Ladies (Put a Ring on It). Acá lo alternativo brota en algo mucho más suelto y de calle, mostrando los dotes a la hora de producir todos los aspectos de un álbum.
Contra cualquier prejuicio, Beyoncé conquistó la época gracias a un álbum que diversificó una buena cantidad de facetas en la cantante, todo bajo la simpleza de un aparente sentido Folk; con sus heroínas y villanos propios. ‘I Am… Sasha Fierce’ sería un giro radical en su carrera… Y no el único». Un pié en el presente y otro en el futuro.
