Los Tres en Movistar Arena
Live Review

Los Tres en Movistar Arena: La sangre fuera del cuerpo

Escrito por Nicolás Merino
Fotos por Andie Borie

 

Aún cuando existe amplia documentación sobre los dos quiebres importantes en la formación de Los Tres, igualmente parece necesario hacer un breve repaso por el camino que derivó en esta reunión que ha provocado tanto entusiasmo, y que significó en Santiago el fichar el Movistar Arena en 4 fechas distintas –27, 28, 30 de abril y 1 de mayo–. Recién comenzando el presente siglo, la banda entró en su primer receso indefinido. Desde ese entonces, no habían vuelto a tocar los cuatro miembros originales hasta octubre del año pasado.

El preámbulo de la Revuelta

La formación clásica alcanzó a hacer cinco discos. Por lo menos tres de ellos (Los Tres, La Espada & La Pared y Fome) rozan -o forman parte de- el canon de la música popular nacional. Pero tras esa primera gran etapa, lo que siguieron fueron dos discos más bien olvidables (Hágalo Usted Mismo y Coliumo) y, de pronto y ya quedando solo dos miembros originales en la formación, Los Tres de a poco se fue transformando en una banda un poco “zombie” y sin un norte muy claro.

Hasta antes de la pandemia, Los Tres estaba convertido en un proyecto de una disposición casi exclusiva a la cultura de la música en vivo. Eran un comodín genial para festivales, y así mismo podían levantar un buen puñado anual de shows temáticos atractivos. Álvaro nunca mostró decadencia ni en la guitarra ni en la voz, Titae menos. Entonces se podían mantener por ahí. Con los años, ideas como la de hacer una segunda parte del EP Por Acanga (2015) estaba obviamente enterrada. No eran ese tipo de banda.

A la vuelta de la pandemia todavía iban saliendo constantes noticias referentes a la banda; que tal o que saldría un nuevo disco de Petinellis con una formación casi calcada de la que estaba usando Los Tres en vivo. Así hasta que en abril del 2023, la banda anuncia un receso indefinido. No fue una noticia de gran revuelo como, por ejemplo, cuando ese mismo anuncio lo hizo Chancho En Piedra. Los Tres estaban en un momento raro.

Empezaron a aparecer rumores de una reunión, incluso una nota bastante completa en un medio nacional de gran alcance. El mismo Molina se llegó a pronunciar por su cuenta de Twitter, aunque se limitó a agradecer a la gente por el interés, sin confirmar ni desmentir nada. El 11 de octubre del 2023 llegó el anuncio que ya estaba cantado: se reunía la formación original con los cuatro miembros (Álvaro Herníquez, Roberto Titae, Francisco Molina y Ángel Parra) para el proyecto “La Revuelta”. Al día siguiente de la reunión ya estarían tocando de manera gratuita en la Plaza de La Independencia, en Concepción.

Una de las bandas más importantes de la historia del rock chileno, junta de nuevo.

A la anticipación de los conciertos formales en el Estadio Ester Roa y el Movistar Arena le acompañó una suerte de elegante pero persistente marketing: harta prensa, una tarjeta Bip! de la banda, una serie de conciertos gratuitos (incluida la inauguración oficial de los Juegos Panamericanos 2023) y, la más importante, ese alcance con la reunión de Los Bunkers en una especie de espontánea manía mediática por estos -a estas alturas- dinosaurios instalados del rock chileno. Por todos lados se advierte una sinergia entre la atención que generaron ambas bandas: se generó un momentum cultural. Eso es positivo.

De hecho, los dos primeros conciertos en el Movistar Arena coinciden en fechas con las dos presentaciones de Los Bunkers en el Estadio Nacional. Se puede advertir una competencia, pero también una estrategia comunicativa que pone a ambas bandas en la palestra mediática cultural más alta del mes.

Los actos de apertura

El caso es que llega el día del primer Movistar Arena lleno. Los encargados de abrir la jornada son los cuequeros Torito Alfaro y María Esther Zamora. Es una buena presentación. Suenan bien y activa al público, que a esa hora tampoco es demasiado.

Luego vino el turno de Floresalegría, un gran proyecto de Pop Rock. Parte de élite en el mundillo denominado como “indie”, aunque quizás más desconocidos para el público más casual. Es una gran banda. Se ve que tienen clara la oportunidad que significa estar en una jornada así y llenan el escenario a punta de tremenda actitud y un sonido comparable incluso al que sacaron Los Tres un poco más tarde. Las canciones son buenísimas y la compenetración entre la banda también. Gran elección de teloneo.

El inicio de la Revuelta de Los Tres en el Movistar Arena de Santiago

Cuarenta minutos después de la hora programada para Los Tres, recién se apagaron las luces. Se dejó entrever que el retraso tenía que ver con el mal funcionamiento de las cuatro pantallas laterales, que al final nunca funcionaron. En el show de Concepción, cada una estaba se usó para seguir a cada uno de los músicos durante todo el show. Una movida interesante, a lo Metallica tocando ‘Blackened’.

A lo largo de todo el show, esas pantallas en negro tendieron a achicar el escenario. La puesta en escena en general se veía más reservada y menos inmersiva. A la hora de estar atrás, el escenario se tendía a ver bastante compacto y algo comprimido. La mejor experiencia estaba al medio. Sentándose al frente, parecían personajes de una proyección 3D, un efecto curioso producido por el punto de fuga que se formaba con las pantallas laterales.

La banda sale al escenario sin mucha parafernalia. Parten con el instrumental ‘Follaje en el invernadero’. Es un comienzo tibio que luego explota con una de las rockeras, aunque no exactamente entre las más conocidas: ‘Sudapara’. La banda tiene una presencia particular al frente de esas pantalla que, por una buena cantidad de canciones, solo se limitan a proyectar colores lisos, de repente incluyendo alguna figura de un color distintivo atravesando las pantallas. Muchas veces el fondo es blanco, como una pizarra limpia sobre la que se desenvuelven los músicos.

Pasamos rápido a una de las más movidas: ‘El Aval’. Molina llegó con una actitud rockera. Salen por ahí varios arreglos de lo más enérgicos que no están presentes en las versiones originales. Parra está en su clásica actitud docta. Las canciones de Los Tres igual lo son. Sin ningún adorno particular, la banda pasa directo a ‘Gato Por Liebre’.

Antes de interpretar ‘Hojas de té’, Álvaro advierte que fumar “verde” está prohibido, pero que él les da permiso durante esta canción. No fueron pocas las motas de humo que aparecieron. Por cierto, Álvaro fue quien siempre mantuvo esa actitud más jovial con el público. Para ser más exactos, fue el único que se comunicó verbalmente. Entre Molina y Titae sumaron cero (0) palabras durante el show. Parra se anotó algunas cuando cantó una de las cuecas más adelante, pero nunca habló entre canciones.

Los Tres en Movistar Arena

La música fue el centro de Los Tres en Santiago

Lo que en el marco de la retórica con la que se juzgan tantos shows poco carismáticos, en un caso como este las reglas del juicio parecen ser otras, pues la banda llegó con la filosofía de poner la música en el centro. Nada de parafernalias adicionales, ni siquiera en referencia a ellos mismos. El resultado fue una experiencia extraña donde chocaba esa impersonalidad con la majestuosidad de tratarse de una banda tan legendaria. A la larga, ese minimalismo del escenario parecía responder antes a ese privilegio por la música que a alguna manifestación de egocentrismo capaz de desplazar cualquier adorno fuera del foco de sus propias personalidades.

Es extraño para tratarse de un show enfrascado en todo el concepto de “la Revuelta”, que gira en torno a la idea de la formación original. Pero en un acto interesante, postergaron sus personalidades para centrarse en lo que la unión de esas personalidades puede otorgar: la música, ni más ni menos. Como sea, fueron reglas estéticas establecidas desde temprano y hubo que aceptar.

Los Tres en Movistar Arena

Esa energía rockera que venía acarreando Molina explotó con ‘La Torre de Babel’, interpretada a una velocidad considerablemente más acelerada que en su versión original. Siguió una sección de temas lentos: ‘Silencio’, ‘Feria Verdadera’ y cerraron la pasada con el hit ‘Olor a gas’. Luego vino un intercambio de instrumentos: Álvaro en la batería, Molina en el bajo y Titae en el teclado. Tocaron los instrumentales ‘Claus’ y ‘Largo’ con esta formación. Fue una sección algo impersonal pero curiosa.

A esta etapa le siguió otra de La Sangre En El Cuerpo; ‘‘No me falles’. Por supuesto que Molina volvió a la batería, aunque Titae se quedó en el teclado. Álvaro apareció adelante con un bajo Hofner a lo McCartney -¿habrá algún alcance con la anécdota de que Paul igual tocó la batería en ‘Back In The USSR’?-. Fue solo durante esa canción, luego se mantuvo la formación original durante el hit ‘Tírate’, ‘Morir de Viejo’ (última de la cuarta placa en la noche) y ‘Déjate Caer’.

Los Tres en Movistar Arena

Lo que siguió fue uno de los momentos más anticipados de la noche: la interpretación de ‘Un Amor Violento’, quizás la canción más popular de la banda. Una que excede la identidad de la banda misma y -como igual pasa con algunas otras de su discografía- se instaló en el imaginario chileno colectivo. Es una gran canción y su carácter de himno presume una energía adicional cuando es presentada en vivo.

Se vuelven a bajar las revoluciones con ‘Moizefala’ y sigue un intermedio que realmente no es tal: unos cuantos minutos de la reproducción de un tema instrumental para luego pasar a la sección de las cuecas. Fueron cuatro temas originales de Roberto Parra. Uno de ellos cantado por Ángel Parra, quien por cierto sumó unos arreglos de guitarra más propios del rock o el jazz que aportaron muchísimo. Siguen siendo cuatro músicos de tremendo nivel tocando cuecas en formato cuarteto. Aunque Chile ha dejado cuantiosos discos con incorporaciones de cuecas (o elementos de esta) en música de naturaleza más moderna, popular u occidentalizada, esa sensibilidad exacta con la que dio la simpleza de Los Tres sigue siendo distintiva e interesante.

La última cueca fue ‘¿Quién es la que viene ahí?’. Después de tantos años, ya es un hit de Los Tres, aunque no sea de ellos. Se despiden del escenario.

Cerrando el capítulo del primer show

El primer bis arranca con ‘Amores Incompletos’. Le sigue el otro himno ‘He Barrido el Sol’. El público mantiene su energía reservada. El ritmo acelerado se mantiene en ‘La Primera Vez’ y ‘La Espada & La Pared’. Igual están entre las más aceleradas de la banda –lo más lento es el coro de esta última–. Además, hubieron algunas salidas de libreto de Parra en sus solos de guitarra que, genuinamente, están entre lo mejor de todo el concierto. Sacó toda su alma de músico docto y su energía rockera. Fue de los mejores momentos de la noche. Luego vuelven a salir del escenario.

La segunda pausa de bis se muestra deliberadamente más pautada que la primera, pues incluye la exhibición de fotografías de los músicos en sus años mozos. No tardan en salir al escenario para la gran ‘Pájaros de Fuego’, una de sus canciones más maduras y que, fascinantemente, es del primer disco. Cuando la tocaron en Concepción, se incluyeron imágenes del Presidente Salvador Allende y del dictador Augusto Pinochet. Fue uno de los momentos más comentados, incluso llegó a uno que otro medio. Es un gesto que en la formalidad más literal parece ambiguo, pero en el contexto de una canción tan bien lograda y en la línea artística con la que históricamente se ha expresado la banda sobre sus alineamientos políticos, todo calzó. En el caso del primer concierto del Movistar Arena, esas imágenes simplemente no aparecieron.

Siguió una tripleta bastante rockera: ‘Bolsa de Mareo’ (obviamente no pudo estar antecedida por ‘Claus’) y el final compuesto por ‘No sabes que desperdicio tengo en el alma’ y su popular versión del clásico de Buddy Richard, ‘Tu Cariño Se Me Va’.

El hecho de que ‘No sabes que desperdicio tengo en el alma’ haya estado históricamente -aún con lo rotada que siempre fue por las radios- ignorada por la propia banda (a propósito del descontento que sienten con el disco Se Remata El Siglo, en el que se sabe que los obligaron a tocar música más intensa de la que a ellos les interesaba) y la naturaleza de cover de ‘Tu Cariño Se Me Va’ le dio una sensación aún más impersonal al final, como si la banda estuviera jugando a ser un fenómeno ajeno a sí mismos. Igual son conclusiones propias de una disposición más analítica. Como final para Los Tres en Movistar Arena quedó bien.

¿Qué será de la reunión de Los Tres? No existen respuestas oficiales en torno a la longevidad del proyecto de reunión ni tampoco sobre los planes a ejecutar con esta. Seguro que salen más shows. Más de algún fanático debe estar pensando en una posible Yein Fonda. Otros estarán esperando un disco nuevo. Lo único que existe en la realidad pragmática son estos shows de reunión. Son los cuatro originales, las canciones son buenas, es lo que vale.


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