Turnstile en Chile
Live Review

Turnstile en Chile: Aquí podemos ser nosotros mismos

Escrito por Juan Pablo Ossandón
Fotos por Andie Borie – DG Medios

 

La primera presentación de Turnstile en Chile fue en Lollapalooza Chile 2022, a menos de un año del lanzamiento de ‘GLOW ON’ (2021), disco que ha sido una revolución por sí misma en el mundo del hardcore, del rock, y de la música en general. En ese sentido, desde que volvieron los shows en vivo en el mundo, la agrupación oriunda de Baltimore no ha dejado de moverse en lo absoluto, tocando en absolutamente cuanto lugar hayan podido, llegando incluso a espacios donde una banda de hardcore punk no tendría cabida, como lo es el Rolling Loud, festival estadounidense de hip hop y sonidos afines.

Turnstile en Chile

Esto último responde a un fenómeno importante que los mismos Turnstile encabezan, y es que las condiciones del tablero de la escena, la industria, y en general, todo lo que corresponda a la música ya no funciona como antes. Hay sobreoferta de bandas, de plataformas de streaming, de conciertos, de medios de comunicación, de cuanto se les ocurra, hay sobreoferta. La era digital pone ese desafío, el del exceso de información. Y claro, la vida cada vez es más y más difícil. Las personas ya no tienen tanto tiempo.

Pero el vocalista Brendan Yates, el baterista Daniel Fang, el bajista Freaky Franz y el guitarrista Pat McCrory tienen otra historia que contar. Después de todo, ¿por qué Turnstile ha sido capaz de romper con las múltiples barreras del día de hoy? En especial considerando que las bandas ochenteras, noventeras y dosmileras populares siguen existiendo. ¿Se acuerdan cuando las revistas decían que los Arctic Monkeys era la última gran banda de rock? Y aunque eso está muy lejano a la verdad, lo cierto es que ciertos dichos sí eran síntomas de un panorama hostil para la música de guitarras –pues ya no lideraban en ventas ante los grandes del hip hop y el pop, lo que por ende hizo que las grandes discográficas pusieran su atención en otros lados–.

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Entonces la tarea es aún más ardua. No basta sólo con hacer «buena música» –pues el rock, el hardcore, y en general los sonidos pesados nunca han dejado de producir grandes proyectos y obras–, pero sí que hay que pensar las cosas incluso más allá del marketing; casi como si se tratase de percibir alguna necesidad social, algo por el que las personas estén clamando y ni siquiera se den cuenta de ello. Ya hay gente que lo ha entendido, como en el indie rock lo hizo boygenius, y en lo que respecta al hardcore punk, IDLES y, los susodichos, Turnstile, también.

¿Qué es eso tan importante? ¿Con qué dieron? Y si nos fijásemos en la respuesta, sería aún más esencial y sencilla. Arquetípica incluso, cliché tal vez. Pero el ser humano clama por el vínculo, por relacionarse con el otro. Somos seres sociales por necesidad, y, por ende, aquellas cosas que logran impactar yendo más allá y generar un efecto dominó, son justamente aquellos proyectos que rompen con la alienación del día de hoy, entregándonos esas emociones y sensaciones que tanto deseamos. Y el caso de Turnstile es especialmente particular, porque si bien el hardcore como escena siempre se destacó por atacar el patriarcado, la heteronorma, y distintos mecanismos de opresión –por definición misma del género–, la verdad es que este sonido siempre ha proliferado en el under, con casos contados que se han hecho un lugar en el mainstream –o en el ojo público fuera de ese nicho–.

Turnstile en Chile

Con Turnstile no ha sido así el caso. O, al menos, desde ‘GLOW ON’ (2021) –y eso que se puede argüir que ‘Time & Space’ (2018) fue la milestone de este proceso, pero por temas de precisiones, optemos por llevar el discurso alrededor del último disco de los de Baltimore–. Si hasta a nivel conceptual y sonoro llevan las cosas por lados absolutamente distintos a cómo lo suele hacer el mainstream, los puristas del hardcore, o bien, las propias expectativas de la gente. A nivel musical, el post-hardcore es tan sólo la punta del icerberg, pues no hay que ser un genio para entender que hay muchísimas cosas pasando, desde el rock alternativo, el metal alternativo, e incluso, dream pop. Además de que conceptualmente, tanto el artwork como las líricas de Brendan proponen un concepto lejos de los arquetipos del macho alfa que se espera en estos sonidos pesados. Más bien se celebra el amor, la amistad, y la conexión con el otro.

¿Por qué tanto preámbulo? Dirán ustedes, quienes leen esta nota. Pues bueno, es importantísimo entender que Turnstile hace las cosas de forma distinta, en el parámetro que se les ocurra, y ese es el secreto de porqué todo lo ocurrido en Basel la noche del 11 de abril fue un concierto que hizo historia. Turnstile en Chile se perfila como uno de los mejores shows del año, veamos porqué.

Turnstile en Chile

Mano de Obra, y la previa de Turnstile en Chile

Si hasta el opening act, Mano de Obra –importantísima banda de hardcore punk chilena–, jugaba como local en la discoteca de Independencia. El propio público se rompía la garganta cantando canciones como «Salud mental», «Ya quisiera» y «Educación», con ávidos crowdsurfers que no paraban de acercarse al micrófono de Javier Martínez para cantar sus temas. El ambiente no era más que una verdadera fiesta, de la que todo el mundo formaba parte a su forma. Los que saltaban, los que mosheaban, los que cantaban, los que recogían a quienes se caían en el pit, los que registraban a los asistentes más dementes. La energía era simplemente contagiosa, el calor era avasallador, pero nadie dejó de apretar el acelerador nunca, lo que quedó demostrado con las canciones finales «Quilicura» y «Proceso».

Como ya es tradición en los shows de Turnstile, la señal previa que marca el comienzo inminente del show, es cuando comienza a sonar fuertemente en los speakers «I Wanna Dance With Somebody» de Whitney Houston, espectacular e infeccioso hit pop de los ’80 que el público abrazó como cábala absoluta, saltando regocijados por la eventual llegada de los de Baltimore, así como contagiándose de las cálidas vibras de dicho track entre saltos, moshpits y muchísimas risas. Ya con las penumbras bañadas en el insigne rosado cubriendo el escenario de Basel, los sintetizadores dreamy de «MISTERY» terminaron por derribar todo a su paso una vez que entró la guitarra de Pat. El caos fue inmediato.

Turnstile en Chile

Todo lo que pasó de ahora en adelante con Turnstile en Chile fue un derroche de energía puro e incesante. El groove inicial de «ENDLESS» desató una respuesta muscular de saltos ante una masa de gente que fluía como el agua, canalizando toda la energía acumulada y emanada de lo que estaba sucediendo. Sí, hacía muchísimo calor, era la segunda canción y no había polera que no estuviera del todo sudada, pero nadie se dejó doblegar por esos detalles. Así, totalmente hipnotizados por la adrenalina, el público chileno se armaba y desarmaba en moshpits mientras coreaba las líneas vocales «yeah, yeah, yeah, yeaaaah» junto a Yates.

Y sí, había un lugar para absolutamente todos. Incluso los fans de antaño, quienes ante la llegada de «Come Back For More» y «Fazed Out» cedieron ante una locura combustible de altas velocidades, lo que contrastó –de maravilla– con la seguidilla de «UNDERWATER BOI» que, con un precioso mensaje de resiliencia, levantó un mar de voces gigantesco que armonizaba con las guitarras del conjunto de hardcore. Y bueno, quedaba claro que ‘GLOW ON’ (2021) era el disco protagonista de la velada, que entregaba los ingredientes necesarios con temas como «DON’T PLAY» y «WILD WRLD» que no hacían más que reventar Basel a saltos que hacían retumbar las estructuras de concreto del recinto. Era realmente increíble lo que estábamos viviendo, y los músicos en escena irradiaban en todo momento una energía inagotable ante una muestra sencilla de su entusiasmo. Este era un momento propio de todos los presentes, en el que cada quien se podía expresar como quisiera.

Así, las rabiosas canciones de ‘Nonstop Feeling’ (2016) y ‘Time & Space’ (2018), «Drop», «Real Thing» y «Big Smile» inyectaron de energía a cada presente. Había que estar a la altura de los decibeles, de los beats per minute, del particular momento que se encarnaba. Y bueno, incluso si te intentabas apartar de la algarabía, esta misma era capaz de regresar a la demencia a quien buscaba descansar un instante. Entendible, de todas formas. El local era bastante caluroso y el ambiente era sofocante por esa misma razón, pero, e insisto, nadie dejó de vivir por un segundo el tremendo concierto que Turnstile estaba brindando.

La bailable «NEW HEART DESIGN», la rabiosa sorpresa con «Canned Heat» y el midtempo de alt rock con «FLY AGAIN» mostraban la propia diversidad que reside en los shows de los norteamericanos. Como si tratasen de estimular cada rincón de nuestra persona, y mantenernos siempre atentos a lo que sucedía, al punto de que Daniel Fang, en un acto seguido, entregó uno de los mejores solos de batería que me haya tocado ver en un concierto en la vida. El propio entendimiento del baterista de su instrumento y del concepto de interpretación, hizo que dicho instante –que no fue para nada corto– fuese todo un espectáculo que ver y sentir, en el que, más allá de cualquier virtuosismo y tecnicismo, D-Fang mantuvo a la audiencia conectadísima a los golpes que le daba a los tambores –Freaky también estaba muy atento, disfrutando en una esquina el solo de su compañero de banda–.

El clímax de Turnstile en Chile

Y bueno, el último acto del show –porque no hubo espacio a encores, esto es hardcore señoras y señores–, nos trajo de vuelta a la explosión de energía con «Blue By You», a los moshpits con «BLACKOUT», y al karaoke más impresionante con «ALIEN LOVE CALL», en el que cada una de las 3.000 almas que repletaron Basel gritaron como nunca el verso icónico «can’t be the only one«, y no, nadie fue el único que sentía lo que Turnstile nos expresaba.

¿Las últimas? La monumental «HOLIDAY» que abrió uno de los pits más enormes de la velada, con slammers por doquier, uno que otro crowdkiller, crowdsurfers, y toda una comunidad de fans viviendo al máximo el momento. Así, y con «T.L.C. (TURNSTILE LOVE CONNECTION)», tomaba más sentido que nunca el mensaje que BrendanDanielFreakyPat –quienes estaban acompañados por Meg Mills en la guitarra rítmica– intentan brindar. Desde los primeros versos «I want to touch, a level up, want more connection, and that’s enough» todo el mundo estaba persiguiendo ese mensaje, que los músicos nos hacían explotar en la cara, como una suerte de metáfora que nos abofeteó –cariñosamente– para entender que el amor y la conexión es lo que más importa. Todo, mientras el aire se teñía de rosado –aún más– por el confetti expulsado, señalando el clímax.

Y bueno, todo el público chileno se fue a sus hogares agradeciendo a los de Baltimore por darnos un espacio para permitirnos vernos y ser nosotros mismos.

Gracias. Este, el primer show en solitario de Turnstile en Chile, será recordado por siempre.

Setlist de Turnstile en Chile:

  1. MYSTERY
  2. ENDLESS
  3. Come Back For More / Fazed Out
  4. UNDERWATER BOI
  5. DON’T PLAY
  6. WILD WRLD
  7. Drop
  8. Real Thing
  9. Big Smile
  10. NEW HEART DESIGN
  11. Canned Heat
  12. FLY AGAIN
  13. Solo de batería
  14. Blue By You
  15. BLACKOUT
  16. ALIEN LOVE CALL
  17. HOLIDAY
  18. T.L.C. (TURNSTILE LOVE CONNECTION)

Juan Pablo Ossandón

Director de Expectador.

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