Robin Hood
Live Review

Pablo Chill-E en Movistar Arena: Robin Hood

Escrito por Felipe León
Fotos por Jonfo Van Overbeke

El apelativo de Robin Hood es bastante acertado para referirse a lo que engloba el artista oriundo de Puente Alto. No solo por lo obvio, pues una canción de su último mixtape El Duende Verde se titula así, sino que también por lo integrado que tiene en el lenguaje de sus actos la palabra compartir. Y todos son bienvenidos al fenómeno que genera, sin embargo, aquellos que la han pasado mal en la vida tienen un lugar especial en sus actos.

Un Robin Hood que le roba a la predestinación difícil, miserable y violenta de la existencia, para transformar los momentos en alegrías y canciones en tesoros que terminan guardados en la memoria de las personas. Por lo mismo, la respuesta de estas últimas fue todo lo esperado para un evento de tal envergadura.

Robin Hood

La proeza de Pablo Chill-e

La proeza era grande y merecía ser vivida con todo. En ese sentido, la propuesta en sí del artista se mantuvo en lo alto tanto durante todo el show, como un ejercicio de efusiva celebración que conmemoró recordados pasos en su carrera. Una verdadera lista de grandes éxitos posicionados por Pablo Chill-E, junto a una selecta lista de ilustres nombres del panorama musical local e internacional invitados a cantar.

Entre los presentes en Movistar Arena la noche del domingo 12 de noviembre estuvieron Arte Elegante interpretando «Bendición», King Savagge en «PFQG» o Tunechikid y Marcianeke para el final en «Me tienen Envidia». Referentes que se tomaron momentos importantes del concierto, para así generar el bullicio de la audiencia. Una que no paraba de saltar y cantar con cada nueva aparición.

El rol estelar fue compartido con Julianno Sosa en «Dale Tu Kolin» y «Por Dinero», La Zowi con el oscuro trap de  «Exótica», o Harry Nach en «Big Cut» y «Lokotron» (que también contó con Aqua VS). Pero esto no acaba, pues aún quedaba Young Beef con quien compartió una saga de temas como el himno de culto «Singapur», «No Nos Pueden Soportar», «Y Cuando Llego» y «Metallica». E incluso Duki, que viajó desde Argentina para decir presente: «Mínimo Esfuerzo» y «Hablamos Mañana» sonaron, y vaya que fue grandioso.

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El camino propio

Si hay que quedó demostrado en Movistar Arena fue el lugar consagrado que posee el artista hoy en día. Un logro no menor, considerando que a diferencia de sus contemporáneos dentro de la escena urbana, Pablo Chill-E se dedica sobre todo al trap, más allá de que pueda tener uno que otro sencillo de reggaetón.

Es también en ese trap donde se esconden otras cualidades dentro del mismo género, que le hacen un tanto distinto, o más bien auténtico. A sus propios términos. Jamás intentó ser alguien más, o dar clases de lo que se espera como «buenos modales». Conceptos anticuados de dominación que buscan blanquear e invisibilizar, y que este Robin Hood da vuelta, cuestionando ¿por qué debería ser de otra manera?

Esa fidelidad se traspasa a sus líricas que hablan de frustración, pobreza, violencia, falta de oportunidades, aunque no se queda en la crítica, pues toma acción con llamados a generar esas oportunidades. A reclamar lo que le pertenece a la gente. Es testigo de cómo las personas pueden ser devoradas por la realidad, brindando una mano de apoyo.

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Lúdico

Pero lejos de una seriedad propia del rap consciente, Pablo Chill-E articula un enfoque mucho más lúdico, abierto a los estímulos de la vida. En ese sentido, su manera de narrar sucesos puede ser tan directa como exploratoria, al hablar de temáticas jactanciosas en su hedonismo como crudas en el tratamiento de la realidad. Porque en el contexto que se perfile cumple.

Precisamente esta versatilidad se manifestó durante todo el concierto. Uno que bordeo las tres horas de duración, intercalando tanto las colaboraciones como los momentos donde solo cantaba Pablo. Bajo esta dinámica, se generó un variopinto equilibrio de sonidos que terminaron siendo la cortina perfecta para apreciar su legado.

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El legado de Robin Hood

Al insistir en cómo Pablo Chill-E comparte alegrías con la gente me refiero al nivel de compromiso que adquiere con su música. Por ende, el concierto fue una extensión de ese ideal, trayendo temas que van desde «Pablo» proveniente del Antijiles (2016) o «Palabreo God 2» del Flaite Shit (2018), hasta gloriosos sencillos como «Pibe Maradona», «Misiones» o «Facts».

Aunque es innegable ese peak temprano en la escena urbana que fue S.U.N.O. (2018). De este modo, y tras interpretar junto a Polimá Westcoast ese himno que es «My Blood», sonaron de corrido canciones como «Shishi Walk», «These Weones», «Asueto» y «Vibras», desatando la alegría de la gente, previo a que apareciera Young Beef para rematar ese segmento con la ya mencionada «Singapur».

Tampoco faltaron los bombazos más recientes como «Cora Rota» junto a Pailita, «Na Na Na» con Jordan23, o «Honey». Una revisión exhaustiva y generosa en una vibrante jornada coronada con «Shishi Gang».


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