Live Review

Alex Anwandter en Teatro Caupolicán: Brillante y escandaloso.

Escrito por Felipe León
Fotos por Andie Borie

Un poco más de 2 horas duró el concierto que Alex Anwandter ofreció el pasado viernes 1 de septiembre en el Teatro Caupolicán. Pero pudieron ser 3 horas, debido a la enorme entrega que el artista y su banda brindaron sobre el escenario, a lo que el público respondió con igual entusiasmo.

Uno de esos conciertos que no te sueltan. Es tanta la consistencia de su música, y abundante su cancionero, que resulta irresponsable no ceder a los encantos sonoros del propio Alex. A estas alturas, es una de las figuras musicales más relevantes del pop hispano parlante, y eventos como este son una prueba fehaciente de aquello.

Así como su reciente disco, el synthpopero y ambicioso El diablo en el cuerpo, que a solo meses de su estreno, ya luce insertado en la mente de su fanaticada como un clásico de toda la vida. Por lo mismo, no importó que el concierto estuviera centrado en el disco.

Al contrario, la gran mayoría de alusiones al álbum fueron ampliamente coreadas por la gente. Respondiendo con gran entusiasmo a las vibras discotequeras que Alex Anwandter expone en canciones como «Qué piensas hacer sin mi amor?» o «Maricoteca».

Independientemente de las temáticas honestas y personales, existe un glamour de ostentosa presencia en lo que hace el artista. Esculpida en base a tesoros bailables y melodramáticos, qué posicionó con un relevante magnetismo en este directo. Con pasos de baile que más de un suspiro sacaron en la adrenalínica audiencia.

Pero no todo es brillo y pomposidad. También hubo espacio para encender barricadas en medio de la pista de baile. Es parte de su identidad como artista, sobre todo si los males abordados desde su faceta más crítica, persisten en el diario vivir de un país profundamente dañado. En ese sentido, «Cordillera» marcaría uno de los momentos más memorables de la jornada.

Otro de los aspectos a destacar tiene relación con la gran química que existe entre Alex Anwandter y su banda. En especial con la también cantante Celeste Shaw, con quien compartió en más de una ocasión labores vocales a dúo. Además de coreografías y por supuesto, la emoción de sucumbir al frenesí de su inquieto pop.

Alex entregó más antecedentes de su faceta bailable en temas como «Precipicio» o «Toda la noche». A la par de momentos más emotivos como «Ahora somos dos», reflexivos en «Tienes una idea muy antigua del amor», o motivantes en “Pueblo Fantasma”. Simbólicas representaciones de las capacidades del artista: versátil popurrí de hitazos que van directo al corazón.

Sin embargo, los clásicos más antiguos de su carrera también sonaron fuerte y con escándalo. Porque no importa si escuchamos por vez número mil temas como “Siempre es viernes en mi corazón”, “Cómo puedes vivir contigo mismo”, o “Que se acabe el mundo por favor”. El magnetismo de aquellas composiciones es tal que solito se mueven los pies, al ritmo de este contagioso electropop.

Alex Anwandter entregó una antología de momentos que más allá de ser super bien recibidos, dan cuenta de su consolidación como artista. No hay otro como Alex. Razones sobran como cuando cantó la especial “Tormenta”, o incluso para las personas viudas de Teleradio Donoso, el artista tocó “Bailar y Llorar” y “Amar en el campo”. Una noche perfecta. De bailable locura.


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