Escrito por Felipe León
Fotos Sofía Furniel
No estaría el Señor Flavio en el concierto. A partir del primer momento supimos con un mensaje grabado por él mismo, que el clásico bajista, pilar fundamental desde los inicios de la banda, no estaría presente en esta esperada visita a un Movistar Arena repleto y entregado; y también dispuesto. Un accidente impediría que este estuviese presente, sin embargo, por expresa opinión del insigne integrante, el show debía continuar.
Lo cierto, es que incluso la misma banda se vio motivada por este hecho, más que por obligación -quizás en parte- como una forma de homenajear la importancia de Flavio Oscar Cianciarulo dentro de esta institución musical. Porque 37 años han pasado ya desde «El genio del dub» o «Mi novia se cayó en un pozo ciego», pieza que desde el inicio, tras un guiño incidental del ‘Theme’ de James Bond y el instrumental «Cadillacs», evidenciaría ese plus que la agrupación volcó durante su presentación el viernes 12 de abril.
Su hijo Astor tomaría su lugar, formando parte importante de todo este ceremonioso evento que los músicos sobre el escenario llevarían a cabo, más animados que nunca.
Ávida presentación
El combustible con el que Los Fabulosos Cadillacs llevaron el concierto puede comprenderse como un fenómeno en sí. Ya sea, por la experiencia siempre tan valiosa que recoge la agrupación al brindar un espectáculo, como por la forma de tomarse tan en serio la ausencia de su histórico miembro. Así, en medio del constante bullicio de un público bastante prendido, Vicentico y compañía desataron la locura a punta de grandes éxitos, y una entrega extra que perduró por dos horas.
Temas como «Carmela» o «Estoy harto de verte con otros» pusieron de manifiesto el buen ánimo que recorría el lugar, para que después otras piezas históricas como «Manuel Santillán, El León» o «Demasiada presión» explotarán el lugar.
Porque el tiempo no se detiene, y la memoria se hace más relevante, tal como lo cantaron en «V Centenario» con esa lírica anti colonialista sobre el exterminio de los pueblos aborígenes respondida a todo pulmón. Toda una ávida presentación que puso de manifiesto su incombustible esencia.
Fabulosas conexiones
Ahora, Los Fabulosos Cadillacs poseen una discografía que supo ocupar distintos lugares musicales, en cuanto a diversificar sus influencias. Esto quedó patentado con la ya mencionada «El genio del dub», la ovacionada «Calaveras y diablitos» (con dedicación expresa a Flavio), o la joyita del ‘Rey Azucar’, «Saco Azúl».
Cada composición una fabulosa conexión con un cancionero que se añeja como un buen licor. Tanto en esfuerzos creativos originales como «Muy, Muy Temprano», anclado de lleno al reggae, como en la maravillosa versión del clásico de Rubén Blades, «Desaparecidos». Cuanto sentimiento puso la banda en esa canción.
El remate de este momento expansivo, diverso y algo más pausado, vino con «Siguiendo la luna», brindando los elementos necesarios para emocionar a una audiencia ya agradecida. Pero con ganas de más.
Nunca podrán callar esta canción
Y esto lo saben bien Los Fabulosos Cadillacs, que afrontaron la misión de brindar un final a la altura con una trilogía de tesoros como «Carnaval toda la vida», «Mal bicho» y «El satánico Dr. Cadillac». Cada una fue vivida con mucho entusiasmo, pues en sus misterios se esconde la dicha, la tolerancia y la decepción; y el qué más da.
Porque no importaba ya si habían sillas, o si el cansancio del día comenzaba a pesar. «Los Cadillacs tocando para vos» rugía el público como si les estuviese dando un abrazo de agradecimiento a los argentinos. En ese sentido, la hermandad era mutua y las ganas de conmemorar al lesionado Sr. Flavio infinitas.
Así, luego de una corta ausencia, la agrupación volvió para rematar con «Matador», anticipada por sus siempre reconocidas percusiones del comienzo. El dueto romántico popularizado junto a Celia Cruz e interpretado esta noche entre todas las personas, se materializó en una hermosa versión de «Vasos Vacíos», para dar paso finalmente al coro que la gente gritaba antes de que si quiera partiese el concierto.
«Yo no me sentaría en tu mesa» ocupa un lugar especial en el corazón de la gente que conecta con los Cadillacs, lo que se evidenció en la gran aceptación cantada que tuvo. Después de finalizar el show, la seguían cantando en las escaleras del Movistar Arena para retirarse del lugar
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