De todas las sacudidas Pop que nos dejara la década pasada, el E•MO•TION de Carly Rae Jepsen es una de los que mejor ha envejecido. De hecho su factura propone perfectamente tratados bien jugados de estilo y estética, donde los vuelcos Synth-Pop le entregan una mayor virtud a la hora concebir esas gemas con aires de hits y perfección, siendo una obra que con los años no ha hecho más que crecer en su culto. Y es que la sola construcción del álbum, nacido bajo la tónica de concebir un producto completo más allá de un par de Singles exitosos, le jugó totalmente a favor siendo como pocas veces, una superación de ese complejo manejo posterior a un potencial ‘one hit wonder’ como lo fue «Call Me Maybe«. He aquí una artista completa mostrando como es hacer un buen disco Pop; y más.
La madurez con la que se trata este tercer acto, explora un imaginario tan cercano al Pop pero con una profundidad y dramatismo valiente, chicloso a ratos en argumentos y emocionante, porqué no decirlo, de esos discos que en sus momentos más altos «te pone la piel de gallina». La Canadiense dominaría a la perfección esas melodías que se nos hace necesario cantar y expresar, casi con una vocación de karaoke descifrando esa misteriosa adrenalina que despierta la música. Si el demoledor comienzo de «Runaway With Me«, «Emotion» y «I Really Like That» representa una de las mejores introducciones de álbumes en los últimos años, la diversidad de la artista en «All That» con ese aura R&B magnético que no tiene nada que envidiar por ejemplo a Whitney Houston, o la aguda interpretación de problemas modernos en «Boy Problems» son solo una cara del carácter eterno que ha adquirido Emotion. Y eso que se nos quedan en el tintero otras como «LA Hallucination«, «Let’s Get Lost» o «Your Type«.