Reseña por Bárbara Conejero
La segunda película de la directora Frauke Finsterwalder se siente como la hija de The Favourite y Portrait of a lady in fire, donde la exploración de las relaciones de poder y las relaciones entre mujeres es la tónica principal. Al igual que las obras mencionadas, el último filme de Finsterwalder se sitúa entre el siglo 18 y 19, pero lo que la hace distinta es de donde saca su inspiración. Sisi y yo nos cuenta los últimos años de la vida de la última emperatriz de Europa: Isabel de Austria, más conocida como Sisi.
Casi 125 años después de su asesinato, la emperatriz Sisi sigue siendo un personaje histórico que ha inspirado múltiples producciones, pero lo que ocurre en Sisi y Yo es un retrato más transparente. La cinta de Finsterwalder nos aporta una mirada fresca, lejos de la imagen idealizada, donde vemos una mujer real, con sus deseos, frustraciones y contradicciones. En ese sentido, la película nos invita a comprenderla más allá de los mitos que la rodean. Y, que, además, a diferencia de otras producciones biográficas de la emperatriz, nos propone una narrativa original, donde la historia está contada bajo la perspectiva de su dama de honor y mayor confidente, Irma Sztáray.
125 años después todavía hay una historia nueva que contar
La historia da inicio cuando la condesa húngara, Irma Sztáray (Sandra Hüller) se enfrenta a un extenuante proceso de selección para ser la dama de compañía de la emperatriz Sisi (Susanne Wolff). Tras un par de palizas por parte de su madre, Irma consigue lo que hoy en día sería el equivalente a ser la mano derecha de cualquier figura importante. Con este nuevo puesto, Irma se ve obligada a viajar a la isla griega de Corfú, donde se encuentra el palacio de verano de Sisi, para ser nuevamente puesta a prueba con extraños y humillantes desafíos que incluyen ser pesada y correr en el jardín para demostrar su velocidad. Pese a la fría bienvenida de Sisi, pronto Irma se ve seducida no solo por el escondite lleno de paisajes hermosos y libre de hombres, sino también por lo atractivo y destructivo de la personalidad de Sisi. Donde la relación está dominada por un tira y afloja de deseo de complacencia y sentimiento de repulsión una vez que el pseudo amor de verano haya terminado.
Si bien Sisi y Yo, en gran parte gracias a las actuaciones de sus protagonistas y el deleite visual de sus encuadres y detalles, logra captar la atención, a ratos divaga generando una sensación de estructura un tanto caótica.
En cuanto a aciertos se puede señalar las locaciones y la elección de canciones modernas que hacen de la producción una historia al estilo de Marie Antoinette de Sofia Coppola.
Huller y Wolff: la dupla que no sabíamos que necesitábamos
El pilar fundamental de esta nueva propuesta son sus protagonistas. Hüller reencarna con grandeza en la última dama de compañía de la emperatriz. En un principio vemos a una mujer reacia y ajena a este nuevo mundo y Sisi, pero pronto el carácter de la Emperatriz la supera transformado su persona en un ser más sumiso, decidido a complacer y seguir a su Emperatriz.
Susanne Wolff, por su parte, interpreta a Sisi con astucia en sus momentos más caprichosos, como también en los más íntimos. Su obsesión con el peso y el verse bien te deja los pelos de punta al ver lo que es capaz de hacer por conseguirlo. Y aunque hablar de ella no es hablar sobre cualquier persona, su retrato sirve como espejo para reflejar el daño que se les ha producido a todas las mujeres al estar sucumbidas en mundo patriarcal, tanto en los tiempos de ayer como en los de hoy.
Si ya por separado hacen un gran trabajo, lo que ocurre en pantalla cuando ambas están presentes es magnífico. Existe una fuerte corriente subyacente de represión y anhelo queer dentro de estas mujeres, y Hüller fluctúa perfectamente entre reprimir y dejar salir esos sentimientos en el momento adecuado.
Con inflexiones feministas modernas, una banda sonora contemporánea que contrasta con lo antaño de la historia y un diseño de vestuario chic y anacrónico, Sisi y Yo logra hacer una declaración completa sobre quién es Sisi. Esa declaración es que Sisi está más allá de nuestra comprensión y que seguirá fascinándonos.
«Sisi y yo» forma parte de la cartelera del SANFIC20 que se realiza del 18 al 25 de agosto.
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