Live Review

Bane en Chile: Rasgar la garganta de tanto gritar

Escrito por Felipe León
Fotos por Alejandra Besoain

El regreso de Bane a Chile contó con todos los elementos necesarios para volverlo un concierto de hardcore punk en estado puro. Saltos, empujones, mosh pits, gente subiendo al escenario para arrojarse a la audiencia, gargantas gastadas al filo del desgarro, y una pasión desmedida que terminaría acondicionando el recinto de un carácter sumamente memorable.

Un hecho que a simple vista podría parecer otra parada en la carretera para la banda, pero que en propias palabras de su vocalista, se transformó en una de sus mejores presentaciones. Ya lo anunciaban cuando se refirieron a los shows pasados en este país, como algunos de los más recordados en su carrera. Así y todo lograron superar las expectativas, tanto propias como de la gente.

A la altura de las circunstancias

En mi defensa dio el vamos a la jornada, en una Sala Metrónomo que a eso de las 20:30 horas lucía a media capacidad. Aunque tampoco importó, puesto que los ya veteranos de la movida HXC local salieron al escenario con una clara misión: encender la mecha. Por ende, el recinto se sintió tan lleno como lo estaría más adelante.

Algo que parece lógico considerando el importante recorrido de los oriundos de Santiago, que en poco más de 20 años han cosechado relevantes logros discográficos. De este modo, su experiencia se consolidó sobre el escenario, dando cuenta de lo bien que funcionan en directo, a través de una interpretación cruda y genuina que saca a relucir sus atractivos.

Más aún considerando la participativa respuesta de la audiencia, coreando y moviéndose en reiteradas ocasiones. Un punto alto que evidencia la buena salud de En mi defensa, quienes no desperdiciaron su lugar para deleitar las almas con temas como «Riqueza y poder» de su LP homónimo debut, o «Elefante» que abre su último disco a la fecha. A la altura de las circunstancias.

Rasgar la garganta de tanto gritar

Alrededor de 10 años pasaron desde su última visita a Chile, por lo que existía harta expectación por verlos una vez más en acción. Por suerte nuestra, el antídoto ante tal distancia de tiempo funcionó como un descalabro de intensidades, directo al corazón mismo de aquellas personas que ya los habían visto antes, y una considerable cantidad de gente que presenciaba su show por primera vez.

Ningún ser quedó ajeno frente a los ánimos encendidos que mostró Bane de comienzo a fin, con sus integrantes siendo cómplices absolutos de la revuelta desatada. En ese sentido, la comunicación entre ambas partes generó un intercambio de energías, retroalimentadas desde un sentir de pertenencia que respondía con toda honestidad, a la emoción generada por tales himnos del hardcore punk.

Bombazos explotados con urgencia que dejarían sus estragos en cada asistente y protagonista. Pelos mojados, rostros inyectados de adrenalina, gargantas rasgadas de tanto gritar, en medio de un evento sísmico con epicentro en su vocalista, Aaron Bedard.

Experiencia liberadora

La selecta discografía de Bane se hizo presente en el lugar, desatando el movimiento de un público dispuesto a todo. Fue recurrente la escena de personas subiendo al escenario para luego saltar a la vida, sonando en medio piezas insignes de su carrera como «Swan Song» o «Non-negotiable».

En esa sintonía, cortes como «Speechless» o «Some Came Running» contribuyeron con mayor bencina al fuego, dando espacio incluso a un lapsus tocando la parte final de «Domination» de Pantera. Un bien recibido guiño, entre tantos clásicos pasando como si nada, donde destacan «Final Backward Glance», «Can We Start Again» o «My Therapy.

Sin dudas, una experiencia liberadora abierta a sumergirse en terrenos sensibles y apasionantes con «Calling Hours». Momento cumbre de una velada que por el bien de ambas partes, se repita más temprano que tarde. Las ganas siempre están.


Más fotos a continuación:

Bane

En mi defensa

 

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