Escrito por Rocío Villalón
Fotos por Omar Yanez
El 27 de marzo, en el Club Chocolate, se llevó a cabo un evento memorable que fusionó el Jazz, el Nu Jazz y los Broken Beats, deleitando al público presente. La actuación de Kamaal Williams en Chile fue un punto culminante de la noche, cautivando a la audiencia en la última parada de su gira.
A las 20:30 horas, dio inicio una velada inolvidable en el Club Chocolate, con la banda ABRIL inaugurando la noche con su música de vanguardia y experimentación. Sus canciones aceleradas y explosivas mantuvieron cautivo al público en todo momento, mientras que su habilidad para crear un vaivén de sonidos y beats transportaba a la audiencia a un estado de futurismo puro en escena.
Pocos minutos después, las luces se atenuaron y el espectáculo dio inicio con la entrada triunfal de Kamaal Williams al escenario, acompañado por el talentoso baterista Pizzy Stephens, y Brian Hargrove en el moog sintethyzer, al son de «Phone Call»
Con cada golpe de platillo resonando con más rapidez y intensidad, se anunciaba un viaje sonoro que prometía revelar todo un universo musical a lo largo de la noche. La energía palpable en el ambiente anticipaba una experiencia única e inolvidable para todos los presentes. Más vale decir, el teclado no se quedó atrás, cada tecla era un goteo de emoción, el cual era tenía la potencia de convertirse en un manantial.
Con melodías envolventes a lo largo de la noche, el broken beat triunfó en el escenario y en el público. Cada compás frenético se convertía en un viaje sensorial, con el poder de teletransportar a los presentes hacia un futuro en constante mutación.
El ritmo y los sonidos desataban una energía palpable que envolvía a todos los asistentes en una experiencia casi mística, donde el tiempo parecía dilatarse y las fronteras entre lo tangible y lo efímero se desvanecían ante la fuerza arrolladora de la música.
Kamaal se sinceró varias veces con su público; en primer lugar, habló sobre las horas que su equipo voló para poder estar con nosotros esa noche. Su visita a nuestro país fue una sorpresa tanto para él como para nosotros, este concierto fue una experiencia preciada para todos los presentes.
El intérprete habló sobre cómo quiere dar un mensaje, cómo somos una comunidad más que solo una industria. Y aclaró que amaba el Jazz, pero dijo “This ain’t jazz”, perdonó a su público por mal catalogarlo, así quedaba claro que esto no es ni será Jazz. Es mucho más que eso.
Definitivamente, no fue solo un show, el propósito fue claro y el mensaje de todo lo que quería decirle a su público estaba claro, despertó y abrió mentes con un poder inigualable con su voz que tenía una capacidad increíble de calmar a cualquiera. Además, en el final del show referenció de forma minimalista «Everything In Its Right Place» de Radiohead.
La presentación de Kamaal Williams en Chile fue un espacio reflexivo, sensorial, lleno de sinestesia en su máximo esplendor. Pero sobretodo, fue aprendizaje y descubrimiento de algo sorprende e innovador, todo un viaje de conexión.
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