A.N.I.M.A.L.
Artículo

El lugar latino de A.N.I.M.AL.

Escrito por Nicolás Merino

La historia la escriben los vencedores. Hoy existen varias narrativas un poco extrañas entre las bandas de rock, punk, hip hop o (hasta) metal de los noventas y que siguen instaladas en el mainstream latino. Hay algunas que si siguen ahí es porque parte de su supuesta virtud radica en una suerte de “aparición de la nada” que aparentemente tuvieron en sus momentos de gloria, antes de pasar a vivir excusándose de existir por –y para- la memoria de lo que alguna vez fueron (en genuinamente activa, digamos).

El pequeño problema es que hace veinticinco o treinta años el panorama era muchísimo más competitivo de lo que la historia ha querido dejar entendido luego de su limpieza, y esta narrativa invisibiliza no solo bandas, sino movimientos completos.

Latinoamérica después de las dictaduras

Está ampliamente documentada la sensación cultural post-dictadura que se vivió en latinoamerica. Uno de los focos por donde explotaron los años de represión fue en el de las juventudes que necesitaban crear y encajar su mundo cultural propio a como diese lugar. Hay cosas que hoy se ven muy impostadas, otras, indiferente de su contexto, lograron resistir como manifestaciones artísticas de valor considerable y ciertamente aportadoras. Una base para hacer música era sobre este rebote de los sonidos anglosajones más modernos. Y no solo había ganas de hacer música, más ganas habían aún de escucharla.

Pequeños mundos musicales que hoy parecen renegados a espacios de nicho para gente con gustos personalizados y/o nostálgicos, alguna vez fueron foco de gran atención mediática. Bandas en mundos como el del pop punk + hardcore melódico + skate punk, o el del hardcore rap + boom bap o, precisamente, el del nu metal + metal alternativo, gozaban de una posición mediática que hoy ni siquiera se podría considerar. Este es el contexto en el que de Latinoamérica empezaron a emerger bandas como 2X, Rekiem, A.N.I.M.A.L. o Rama, que venían a presentar una consciente iteración latina de lo que –en ese entonces- seguían cocinando los grandes del funk metal, rap metal, nu metal y el metal alternativo.

Diversificar el metal en la región

No siempre se reconoce adecuadamente el valor y el aporte de estos proyectos. Los alcances y adiciones con las que trabajaban el nu metal o el rap metal tampoco estaban demasiado desarrollados en el panorama internacional. La cancha era amplia aún cuando los denominadores comunes estaban sobre la mesa esperando para ofrecer la trampa de caer en un sonido genérico y poco aportador.

Siendo exactos, no se debería anular que ciertos espacios de discusión (o al menos entre fanáticos) tomaron esa decisión -quizás de manera un poco precipitada- de hablar del “aggro” como un género distintivo al nu metal anglosajón. Hoy cualquier círculo de discusión musical anula esa propuesta por la simple razón de que los elementos que podríamos considerar “más latinos” siguen siendo agregados que no mueven el sonido de los parámetros del género. Pero eso no quiere decir que las bandas que lo hayan trabajado sean menos creativas. Nada más lejos de la verdad.

A.N.I.M.A.L. y su expresión en el metal

Existieron distintas formas de abordar el cruce sonoro con estas “nuevas” expresiones del metal. Al aproximarse a enunciar las decisiones tomadas por la banda argentina A.N.I.M.A.L., nos podemos topar con un proyecto que fue lo suficientemente inteligente y sensible para llegar a su identidad desde matices que van en la composición antes que en los decorados más obvios y vistosos. Y nadie puede negar que A.N.I.M.A.L. es una banda perfilada en un sonido distintivo.

La banda argentina también tomó la valiente decisión de ser una banda de nu metal que no se fue en la “anti-ochentas”, camino identificable en algunas de las bandas más populares del género que claramente preferían usar los recursos del metal como base para un sonido rotundamente nuevo, sin estar demasiado preocupados por el carácter épico, el protagonismo de los riffs o el concentrado cuidado por el tecnicismo elegante, la brutalidad o, incluso, los solos de guitarra. Es válido y de ahí salieron grandes discos. Pero es interesante que A.N.I.M.A.L. lo hizo desde la otra vereda. Ellos igual habían llegado para rockear, sin miedo a tocar sus instrumentos e irse por las salidas del metal cada cuando fuese necesario.

Una aproximación a su legado

En El Nuevo Camino Del Hombre (1996), su tercer disco y aquel que generalmente suele ser el más celebrado, la banda logró dar con un envidiable equilibrio entre la tradición del metal y la aproximación pesada que los noventas le exigían a ese sonido. Esta estética tampoco la perfilaron para darle un uso gratuito. La propuesta general cierra por un lado desde las letras, que sería injusto no considerarlas un tema aparte. Sin tampoco tratarse de una perspectiva política demasiado intrincada, reflejan una desesperación y un llamado a la fuerza bastante convincente y a ratos hasta irresistible. Además de una representación de problemáticas latinas muy real.

Estas letras terminan por cerrar una vuelta a la música que nos deja con aquello que finalmente podemos reconocer como la personalidad sonora de A.N.I.M.A.L., donde todas esas aproximaciones latinas vienen encubiertas y nunca se hacen obvias, a pesar de que si lo sean. Es fascinante. Y, de nuevo, las aproximaciones musicales siempre consideran elementos de géneros como el thrash, el heavy o el groove, que le aportan un toque más clásico a las canciones y suman a su estética general.

Con un disco que no se aleja de las cotas alcanzadas en su trabajo previo, lo que en general nos encontramos en Poder Latino (1998) es una repetición de la fórmula. Seguramente es la última de las más grandiosas placas en la discografía de A.N.I.M.A.L.

Además,

Hoy A.N.I.M.A.L. sigue lanzando discos de cuando en cuando. Quizás su mayor gracia fue dar con esa mística específica tan asociable a su propia identidad en el aire que ellos mismos se encargaron de aterrizar de a poco en una época donde ni los referentes más obvios existían.

A.N.I.M.A.L. se presentará el próximo 23 de marzo en el Parque Bicentenario de Concepción. Esto en el marco del festival gratuito Rock En Conce (REC).

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