Escrito por Isidora Blanco
El cantautor nacional Luciano Altair, estrenó su disco debut “Heridas”, una obra de pop experimental que es un relato que habla sobre distintos temas introspectivos. Con Expectador pudimos hablar con Luciano sobre este nuevo estreno.
Algo que me llamó la atención son las múltiples capas que tiene tu música por eso quería preguntarte ¿Cómo es tu proceso creativo?
No creo tener un proceso tan definido previamente, sino que más bien se fue dando de esta manera. Las canciones partían existiendo como guitarra y voz, desde ahí empezaba un proceso para saber si quería mantenerlas en ese ámbito o sacarlas de ese ámbito. De esa forma, ir sacando o agregando capas de sonido y de distintas texturas que en el fondo a mí me hacían sentido para expresar lo que la canción tenía originalmente.
Esto suele tener un resultado muchas veces más experimental, ya que cambia de textura. Pero, en el fondo, el origen del trabajo es desde las canciones, muy desde la letra y la música. Al menos, en esta ocasión.
Hablando de las letras, quería preguntarte sobre Heridas, que tú dices que por lo general tienen una connotación negativa, pero que al final que simplemente están. ¿Cómo llegas a esa reflexión? ¿Qué te inspira a escribir?
Es una reflexión bien personal, una que mientras compuse y trabajé el disco fui masticando. No era una idea previa al disco, sino más bien una que fue apareciendo al analizar mis propias letras y al pensar que era lo que unía este recorrido.
Así fue como apareció esta idea de las heridas, pensando en como la forma de ser del cantautor es bien autocomplaciente con ciertos sentimientos. Por eso, me interesaba dar un paso atrás, pensar en las heridas como algo que ocurrió y no necesariamente como algo malo. Asimismo, ver distintas miradas de la situación. Por esa razón, en el álbum hay algunas canciones oscuras, otras más autocríticas y unas más luminosas.
Aun así, incluso con todos esos colores, todas hablan de este fenómeno… algo que te pasó y te marcó, al nivel de considerarse una herida. De todas formas, es importante señalar que esto no es sinónimo de tristeza o de desamor, sino que se pueden explorar otros sentimientos a partir de un hecho “trágico”. De ahí viene esa reflexión.
¿Cuáles son tus influencias a la hora de componer?
A nivel musical, yo soy muy oyente de trabajos como el de Bon Iver y Sufjan Stevens. Sigo mucho esa camada de artistas gringos que partieron muy indie, muy en la guitarra y muy en la canción folk-pop para después transformarse en una cosa media incomprensible. Sus últimos discos, por ejemplo, te dan ese viaje experimental y es increíble. Me encanta poder escuchar ese recorrido.
También, soy muy fan de la Caroline Polachek, quien fue una gran inspiración en este disco. De hecho, de ella sacó ese atrevimiento a cantar y de mostrar más personalidad. De la misma forma, otras grandes inspiraciones fueron Bjork y FKA Twigs, dos artistas que me encantan.
Fuera de lo musical, hay estéticas que me han marcado, por ejemplo, las estéticas en el teatro. En Chile, la directora Manuela Infante tiene una muy interesante. Lo que ella hace, resonó con algunas cosas que he reflexionado y trabajado, por eso siento que de manera estética me ha inspirado.
¿Qué significa para ti este disco?
Para mí este disco significa algo muy introspectivo y personal, pero al mismo tiempo igual es un disco que se hizo en 2 años de trabajo. Entonces, uno inevitablemente se aleja del sentimiento original. Realmente, no se habla mucho de eso, pero los artistas pasamos por periodos creativos superlargos y de repente el sentimiento como que va disminuyendo un poco en el proceso. Al final, estás trabajando en un disco y te separas del sentimiento original para pasar a ser un trabajador del arte.
Pero para mí, heridas significó reencontrarme con eso. Pasé por el periodo de componer, a pasar modo trabajo total y después ya viendo casi todo completado, volví a reencantarme con esa sensación y encontrar lindo lo que yo mismo había hecho. Lo cual, significó una paga muy grande para mí, poder volver a conectar con esas sensaciones después de 2 años. Entonces, para mí es la foto de un momento, pero al mismo tiempo también reflexionas a largo plazo. Muchas cosas de las que hablé en futuro, son cosas que me gustaría seguir haciendo.
¿Cuáles son tus planes a futuro?
Para partir, me gustaría darle vuelta a este disco y que lo escuchen más personas. De esta forma, podría ver cómo resuena en distintas personas mi trabajo. Hasta ahora, la recepción ha sido super buena. Incluso, más que los números y las cantidades, la diversidad de cosas que se me ha dicho por el disco, a mí me gusta mucho. Me gusta ver cómo las personas lo interpretan, si piensan lo mismo que yo o no. En resumen, me gusta la interpretación del arte en general.
Y así, más concreto, quiero realizar un lanzamiento en vivo del disco. Esto sería para el primer semestre de este año y con fecha por definir, pero sí o sí va a ocurrir. Quiero hacer un concierto bacán, invitar a los artistas que a mí me gustan y tocar con una banda que me gusta. Luego de eso, ver que otras cosas aparecen en ese cruce. Quiero tener una propuesta en vivo y ver si se puede mover por Chile. Tratar de aprovechar las oportunidades y, eventualmente, empezar a trabajar en nuevas canciones.
Aparte, me gustaría planear mucho más mi segundo disco, ya que este primer disco fue un proceso mucho más emergente, pero quiero ver qué pasa si desde el inicio uno se plantea ciertas ideas y trata de ejecutarlas. Aun así, eso sería mucho más adelante, no hay planes todavía.
¿Te gustaría colaborar con algún artista chileno?
Yo soy muy fan de la música de Nando García, me encanta su música y encuentro que es uno de los cantautores más sensibles que existen, no solo en Chile, sino de los que he escuchado en general. Para mí, sería un gran honor poder colaborar con él en algún momento. Ya lo hemos conversado, él es una persona muy simpática. Asimismo, Nico Carreño está haciendo cosas muy interesantes con su música, desde una parte más jazz, experimental y técnica, pero igual de sensible. Así también, admiro mucho el trabajo de María y Los Templos, quienes también hacen este jazz combinado con otras narrativas/sonidos. Me interesaría mucho ver como yo aporto en algo así, ver como el mundo de mi música se mezcla con un mundo así. A nivel de inspiración, todos ellos aportaron mucho.
Ya a nivel más personal, Así Me Dicen tiene un lugar especial, ya que es la banda de Lucas, un gran amigo. Y es que ver como ellos tuvieron este ímpetu de sacar su música y tocar, para después grabar su disco, me inspiró a concretar mi propio proyecto, llevarlo más a la práctica.
Si tuvieras que invitar a alguien a escuchar tu nuevo disco ¿Qué le dirías?
Le diría que se me suele tildar de triste y melancólico, y con justa razón. Esto no viene de la nada, pues las canciones exploran ese sentir. Ahora bien, considero que entre medio de estas siete canciones, hay cierta esperanza, luz y cariño que yo quise poner entre medio de esta melancolía.
Creo que está bueno buscar un poco, quizás es interesante ver como una canción que te puede poner triste, también te puede generar esta cosa melancólica más amable, más rica, ese extrañar de una manera más linda sin que sea triste. Creo que algo de eso hay en el disco. Esa sensación, en lo personal, me gusta que el arte la produzca, que el arte te emocione, el poder estar en lo bello y lo triste en un solo momento.
Sin duda, mi invitación es buscar eso en este disco. Y si eso no es lo tuyo, lo sonoro puede parecerte muy interesante, hay muchas cosas que pueden invitar a una escucha más musical también.