Live Review

Camila Moreno en Matucana 100: ¡El rey ha muerto!

Escrito por Juan Pablo Ossandón
Fotos por Andie Borie

 

Hemos derrocado al rey.

En este punto de 2023 no cabe duda que ‘Rey’ (2021) fue un punto que cambió el curso de la carrera e historia de Camila Moreno. En sus propias palabras, el haberse sumido en el frondoso campo conceptual del feminismo cyborg y el erotismo salvaje, le permitió en este disco explorar las posibilidades del serbrindando sentido a su propia vida que, fuera de toda imposición arbitraria social, ahora se encontraba definida por sí misma para sí misma.

¿Pero a qué refiere la frase «hemos derrocado al rey«? Una respuesta que, para quien, puede cambiar, y para estos efectos, intentaremos responderla desde lo que sucedió en su presentación la noche del 4 de mayo en el teatro principal de Matucana 100. Además, personalmente tuve la oportunidad de estar presente en el show de lanzamiento del disco en Teatro La Cúpula el año pasado –reseña que puedes leer aquí–, por lo que si quien lea estas palabras desea un vistazo cronológico de como es la experiencia de ‘Rey’ en vivo, es altamente recomendable dirigirse allí –aunque por supuesto, diferencias hay bastantes–.

Con un teatro oscurecido, y un clima cada vez más gélido, era posible ver en el escenario diversas siluetas. A la luz de una pantalla trasera gigante, era posible dibujar cognitivamente dicho panorama, en donde aparece un elemento especial. El trono metálico, distópico y corroído que podemos apreciar en el artwork del disco. Un trono que, en el mismísimo inicio del show se encontraba sentada Camila, y que por el resto de la presentación apenas volvió a tocar. ¿Qué quiere decir eso? Pues, fuera de la disposición escénica en donde el micrófono, guitarra y teclado que tocó se encontraban, no creo que haya sido el azar dicha sinergia.

Recordemos. ‘Rey’ fue un recorrido iluminador para Moreno de las posibilidades del ser. Es decir, existe una búsqueda, un autodescubrimiento que tuvo su causa en algo. Algún tipo de razonamiento, o, cómo mínimo, ciertas condiciones contextuales que propiciaron que la artista se embarcara en dicho camino. Y sí comenzamos a indagar un poco en los retratos líricos y conceptuales del álbum, salta a la vista que buscaba liberarse. Después de todo, el mundo en el que vivimos es bastante horrible. El patriarcado, el aparente fin del mundo, la enajenación de la vida del trabajo y la desfiguración de la sensibilidad humana ante el bombardeo algorítmico de información a través de la tecnología, son tan sólo unos de los cuantos elementos que intentan destruir la identidad o, incluso, buscan borrar el mero entendimiento básico de que la identidad es importante para cada persona.

¿Qué puede simbolizar dicho trono? Su estética distópica en mundo gris puede representar el fin del mundo; su construcción en elementos metálicos, tubos y repuestos pueden mostrar los desechos de la producción masiva y la tecnología, y el trono en sí mismo, una figura de poder autoasignada históricamente a reyes masculinos. Visto de esa forma, toma todo el sentido del mundo que Camila apenas haya querido tocar dicho trono.

Todo lo contrario. Y es que se dedicó a sentir, a interpretar, a mirar a los ojos a quienes le oían, a relacionarse con sus amigas, a besar y abrazar a su novia cada vez que tenía la oportunidad. El derrocar al ‘rey’ es vivir su propia identidad. De esta forma, y remitiéndome a lo sucedido concretamente al show, hay, al menos, 3 aristas desde lo que se podría ver lo anteriormente planteado. La personalidad, la intimidad y la sororidad.

Camila Moreno vivió y revivió cada una de las épocas de su carrera, que en un sentido musical, refiere directamente a que se hizo presente toda su discografía y la selva exuberante de sonidos diversos que propone. Desde las muestras más delicadas del folk a un art pop seductor y electrónico, o desde las coloridas influencias del folclor y la canción popular al convocante y electrificante folk rock. Lo que, y por cierto, dejó en claro desde un principio con esa reconfiguración homogénea de diversos tracks del ‘Rey’ con el tema homónimo, «Rey Secreto» y «Villano», mostrando sonidos oscuros y espesos mientras Moreno se movía libremente por el escenario. Y, en su carácter camaleónico, no demoró mucho en llegar a sitios con otros colores y más melosos, como los hitazos «Tu Mamá Te Mató» y «Te Quise», los cuales convocaron a las voces de un público inserto y presente.

Su personalidad se dedica a vivir lo que quiera, y como lo quiera. Y así fue.

La intimidad es otro aspecto sumamente importante. Volviendo al aspecto de la desfiguración de la sensibilidad humana en este presente, la intimidad pareciera ser cada ves más difícil de acceder, ya sea por falta de tiempo, o que es signo de debilidad, o que, simplemente, «no es productiva». Pero Camila vive desde la intimidad, lo que quedó claro una y otra vez, ya sea desde la delicadeza de «Corderito Mío» –con unas preciosas palabras de homenaje a Gabriela Mistral y de amor para su hijo–, o lo que pudo verse una y otra vez con canciones como «Hice a Mi Amor Llorar» o «La Luz Asesina» –en donde compartió una anécdota de su propia cotidianidad con quediostesalve, y además de cantarla con ella invitó a Niña Tormenta –. Ni hablar de cuando el decoro clásico del teatro fue roto ante el llamado de Moreno a levantarse y acercarse al escenario, para mirar desde más cerca los rostros de quienes le oían con sonrisas dibujadas de oreja a oreja.

Vinculémonos. Sintamos.

Finalmente, la sororidad quedó expresada una y otra vez. Ya sea desde la aparición de Chini.png en «Hombre» en uno de los momentos más intensos y ruidosos de la jornada. La voz de quediostesalve en «Déjame» o la de Mora Lucay en «Antes que el sol nos queme». Pero si algunos instantes quedaron tatuados en la galería de recuerdos del público, fueron 2 exactamente. Por un lado, la cercanía absoluta, al desnudo, desenchufada y en contra de la norma tácita de los conciertos en vivo, Camila Moreno invitó a interpretar acústicamente «Sabré si al final» a Juanita ParraChini.pngMora LucayNiña Tormenta  y quediostesalve, en un instante que, desde la sencillez, logró una explosión vertiginosa de emociones que encandiló a una audiencia totalmente encantada. Y, por supuesto, el final con «Quememos al Reino» en donde las antes nombradas se dejaron la vida en uno de los momentos más espectaculares, una radiografía a la historia de la música chilena, y que ponía el telón al derrocamiento del rey.

¿Y el trono? Nunca más fue vuelto a ser tocado, salvo para ser golpeado por las baquetas del LeleCamila.

Camila está libre, y se sabe libre.

¿Y el ‘Rey’?

El rey ha muerto.

 

Setlist:

  1. Rey / Rey Secreto / Villano / Rey
  2. Cerca
  3. Tu Mamá Te Mató
  4. Sin Mi
  5. Te Quise
  6. Hice a Mi Amor Llorar
  7. Detonación
  8. Es Real / Déjame
  9. Hombre
  10. Lo cierto
  11. Sabré si al final
  12. Las ansias carnívoras de la nada
  13. Antes que el sol nos queme
  14. Libres y Estúpidos
  15. Incendie
  16. La Luz Asesina
  17. Corderito Mío
  18. Comer Llorando
  19. (Amigas)
  20. Quememos el Reino

 


Revisa la galería de fotos completa a continuación:

Juan Pablo Ossandón

Director de Expectador.

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