Live Review

Moonspell en Chile: Un lazo fraterno bajo la luna llena

Escrito por Felipe León
Fotos por Francisco Aguilar

Moonspell visitó por primera vez Chile en el año 1998, y desde entonces algo nació entre el grupo y su fanaticada de estas tierras. Eso lo dejó bien en claro durante el concierto Fernando Ribeiro, vocalista de la banda, que desde entonces junto al resto de sus compañeros, han generado una relación bastante especial con este país, regresando en más de alguna ocasión con un disco memorable bajo el brazo. Como fue el caso de Night Eternal (2008), que los llevó a tocar en el Teatro Teletón en 2009, o ya con 1755 de 2018, presentado ese mismo año en Club Blondie, entre otras ocasiones.

Bajo este itinerario, los portugueses retornaron una vez más al país, trayendo consigo un obsequio pensado especialmente para conmemorar esta fraterna relación, con una gira con varias paradas por latinoamérica titulada “Full Moon”. Un nombre acorde a su valioso legado.

Porque una banda como Moonspell genera altas expectativas. Por lo mismo, no era de extrañarse ver bastante gente merodeando los alrededores del Club Chocolate, concurriendo desde temprano para agarrar un buen puesto quizás, o tal vez para cumplir con los requisitos de llegar a cierta hora, para así optar a una entrada física de recuerdo, que sería entregada posterior al show. Otra iniciativa detallista de Spider Prod, para hacer la experiencia mucho más satisfactoria. 

Pero también había otro motivo: J.P. Krom. Porque a eso de las 19 horas hacía su ingreso el artista, trayendo consigo un show cargado de temáticas relacionadas con la astrología, así como invitados de lujo como el baterista de Recrucide, para así reforzar toda esta evocadora experiencia. Su auto-denominado “astro-metal” entrega guiños de lo que yace tras ese aura místico que proyecta el músico con su propuesta, encapsulando en su presentación diversos vistazos de lo que será su próximo lanzamiento, un EP con miras a estrenarse posiblemente en agosto, dedicada a signos como Piscis o Leo. Así como cortes más consolidados de su catálogo, como la genial “Tower of Destruction”, proveniente del corta duración, YOD (2021).

Un acierto que gran parte del público presente en el Club Chocolate agradeció. Esto es importante porque una de las cosas que mejor destaca esta metalera velada de domingo es la fraternidad, que sin duda alguna es parte de lo que Moonspell ha generado en cada visita. Con este ambiente cálido y hasta ceremonioso, a eso de las 21 horas, la agrupación proveniente de Amadora, Lisboa en Portugal, hace su ingreso al escenario, en una primera impresión que más allá de cualquier emoción, se sintió como un “qué bueno verles nuevamente”. Porque su hospitalidad es conocida, así como esa fascinación por aspectos sombríos y esotéricos que tan bien alimentan el corazón de su música. No por nada “Mr. Crowley” de Ozzy fue la escogida para que sonara antes de que aparecieran en escena.

Estos elementos se hicieron notar con fuerza desde un comienzo, cuando entonaron “The Greater Good”, parte de un último álbum como Hermitage (2021) que mantiene viva la llama de la banda, siguiendo de cerca “Extinct”, destacado corte que da nombre a su disco estrenado en 2015. Ambas fueron claves para posicionar su oscura propuesta en cada rincón del recinto, abogando por una misteriosa interpretación de su faceta gótica, que terminó por volver loca a la audiencia cuando sonó uno de sus clásicos eternos como “Opium” del lejano Irreligious (1996), o la increíble “Night Eternal”, que a estas alturas junto a la obra del mismo nombre, viene a ser uno de los grandes hitos dosmileros de Moonspell.

Su ominosa presencia atravesó distintas etapas de la fructífera carrera que posee el grupo, aterrizando en épocas de pleno cambio de milenio con temas como “Finisterra” o “In and Above Men”, rescatando incluso “Abysmo” de un disco divisorio en su tiempo como Sin / Pecado (1998): una canción que vale la pena mencionar, ha envejecido super bien.

A estas alturas Moonspell tenía ganada a la audiencia. No solo por la seguidilla de históricas canciones que iban apareciendo, sino que también por el enorme, digo gigantesco carisma que posee cada integrante de la banda. Con los músicos comunicando desde sus expresiones corporales y faciales, lo animados que estaban interpretando todas estas glorias, como si la recepción del público los motivara a moverse, y viceversa, ellos incentivando con su música, y unas valiosas intervenciones habladas por parte de su vocalista, que sobre todo se sentían muy humanas y reales. Como ese agradecimiento que dió a la audiencia por asistir un día domingo.

De esta manera, con las recompensas yendo de un lado para el otro, Moonspell continúo consagrando su legado con interpretaciones que iban desde lo bestial a lo melódico, tales como esa triada con sabor a hit de “Scorpion Flower”, “Nocturna”, y “Breathe (Until We Are No More)”. Canciones que de algún modo u otro, forman parte significativa en la vida de muchas personas que estaban presentes esa tarde-noche, y donde mejor se ve ese lazo del que tanto habló Fernando Ribeiro. Una verdad que prosiguió su rumbo, encantando viejos encantos e historias sobre lo oculto, recogidas en “Mephisto”, “Vampiria”, y “Alma Mater”, las que definen sin lugar a dudas la esencia del grupo, y su lugar en la historia del metal gótico.

Luego de abandonar el escenario, Moonspell retorna para dar forma a un último encuentro con Chile, interpretando otras dos piezas de culto dentro de la comunidad generada en torno a la banda, como “Wolfshade (A Werewolf Masquerade)” de su debut Wolfheart (1995), y la finalísima por excelencia, “Full Moon Madness”. Ritualista final para una jornada inolvidable, bastante calurosa, con un Club Chocolate repleto de almas que corearon cada una de las canciones de la banda. Con una banda que solo con su música, te instaban a corear estas importantes piezas. Último encuentro con Chile que sí o sí tiene que suceder más adelante, o si no tendremos que ir directamente hasta Portugal a visitarlos. Porque el cariño, y sobre todo las ganas de escucharlos en vivo siempre están.


Más fotos a continuación.

También puede gustarte...