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Kreator y «Extreme Aggression»: La urgencia política del thrash metal

Escrito por Felipe León

You, used my trust to satisfy your brainless lustYour word isn’t worthMore than puke in the dustBetrayerBetrayer

La caída del muro y el renacer de una Alemania unida y fraterna, marcó un hito importante dentro del panorama mundial, y la escena más extrema del metal proveniente del país Bávaro no dejó pasar este suceso. Porque 1989 fue un año bastante especial para estos sonidos más intensos, oscuros y violentos que brotaban de la escuela europea del thrash metal, con bandas como Sodom o Holy Moses lanzando grandes obras como Agent Orange y The New Machine of Liechtenstein, respectivamente (Destruction y Tankard harían lo suyo los años anteriores, y uno después). Sin embargo, la que seguramente fue la banda que mayor impacto tuvo aquel fin de década fue Kreator, con un disco como Extreme Aggression apoyando fuertemente esta tesis.

Cada una de las bandas ya mencionadas (y algunas más) aportaron desde su propia visión a la escena que a estas alturas comenzaba a ser mucho más notoria, debido a la contraposición sonora, estilística y temática que existía frente a los actos consagrados de norteamérica. En gran medida, Kreator había jugado un rol fundamental al cosechar una pesadez extrema en su disco Pleasure to Kill (1986), quizás el punto más alto entre esta distinción deathmetalera que ofrece el thrash. De ahí en adelante, su perspectiva de riffs asesinos, gritos caóticos, y baterías ultrarrápidas/ultraviolentas mutó hacia algo mucho más melódico, con un fuerte compromiso político que la banda encarnaría de manera jugada en un trabajo redondo como Extreme Aggression

Cierre digno de esta década de brutalidad, liderada por el tridente compuesto por el eterno Mille Petrozza, Jürgen «Ventor» Reil y el bajista Rob Fioretti, (junto al ex Sodom, Frank Blackfire) que ya marcaría un punto de inflexión en Terrible Certainty (1987), pero que realmente encontraría su cauce en su sucesor, disponiendo de las herramientas necesarias para generar una obra con una urgencia acorde a los tiempos que se vivían. Las ganas de hacerse escuchar cobraron más relevancia que nunca, y a tan solo 1 minuto de iniciado el disco, el tormentoso grito de Mille azotaba los parlantes de cuanta radio casetera reprodujera sueños y música, para una juventud frustrada por las asperezas propias de la realidad. Un estimulante choque de enérgicas proporciones, que de algún modo u otro, lograba tomarle la temperatura a un ambiente hervido por las constantes disputas políticas y sociales que recorrían parte del globo. 

El resultado fue casi inmediato. y a pocos meses de haberse lanzado el disco, las buenas respuestas no tardarían en llegar. “Betrayer” se hacía de un lugar trascendental en las secciones más guitarreras de MTV, y el éxito les tocaba la puerta.

Resulta increíble constatar la maduración que tuvo la banda en tan poco tiempo, llegando a un Extreme Aggression que entre otras cosas, formulaba un solo espíritu sonoro que recorría de principio a fin el álbum. Esa sensación de cohesión entre cada una de las partes, al mismo tiempo, ofrecía nuevas posibilidades a los alemanes, obviando un poco la idea de lanzarse por terrenos más experimentales, apostando por aprovechar los elementos distintivos que Kreator ya venía desarrollando con anterioridad. Un punto de encuentro que es aprovechado al máximo. No por nada el gran nivel es una constante dentro del disco, con canciones como “Love us and Hate us”, “Stream of Consciousness”, “Fatal Energy”, “Some Pain Will  Last” o la clásica “Betrayer”, apuntando a solidificar todos los frentes.

Si bien no fue coincidencia el éxito de Kreator en los círculos del metal mundial, el impacto de la caída del muro sí tuvo mucho que ver en cómo terminarían por apostar siempre más allá. Para los Teutones era un reto muy importante conseguir éxito en Estados Unidos, sin embargo el llevar de manera más tradicional y directa su trabajo al sector ocupado por la influencia Soviética en aquel entonces, representaba un hecho de carácter emocional y representativo. El mensaje parecía ser que del otro lado del muro se respiraba de igual manera una molestia por las políticas mundiales, la desigualdad, los crímenes del aparente «lado bueno» que cada parte representaba para sí. Las barreras comenzaron a quebrantarse, y Kreator rápidamente pasa a ser la primera banda de metal extremo en tocar del otro lado. Suceso que corona ese magnífico año para la banda. Tres años más tarde debutaron en Chile.

Recordemos que Kreator se presentará en una nueva edición del Metal Fest, el próximo domingo 23 de abril en el Movistar Arena. Las entradas están diponibles por Puntoticket. Solo Plateas disponibles.

 

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