Live Review

Alice Phoebe Lou en Chile: El encanto de lo genuino

Escrito por Juan Pablo Ossandón
Fotos por Martín Obreque

 

Que una artista como Alice Phoebe Lou llegue a estas latitudes siempre será un acontecimiento único en su clase, y esto es algo que descansa no sólo en el hecho de que artistas indie de este tipo no suelen llegar mucho –al menos en shows solitarios–, sino que también viene en un momento clave de su carrera. Después de todo, la cantautora tuvo un 2021 bastante movido al haber lanzado dos álbumes de estudio: «Glow» y «Child’s Play». Existe cierto romanticismo en la idea que se desprende de la sinergia natural de converger en un instante en que artista y público se encuentren viviendo dichas canciones en el pleno apogeo de su apreciación, algo que por cierto la carga generacional tiene bastante que ver. De esta forma, es que es necesario entender lo importante de traer a bandas y artistas pronto por estos lugares, porque son esas experiencias las que permiten dar vida al vínculo entre la audiencia y músicxs, motivado por la emoción prístina de la contingencia y no por el desgaste de la eterna espera que descansa en la nostalgia.

Dicho eso, la presentación de la noche del sábado 3 de diciembre en Club Amanda era precedida por una impaciencia sutil que prometía una jornada memorable.

La artista invitada para abrir la presentación fue Dulce y Agraz, quien tras unos quince minutos de atraso, salió al escenario para brindar un show de alta categoría e imbuido de un magnetismo irresistible. Hablamos de una presentación que recorrió su discografía por completo, en la que se hicieron presente canciones como «No Me Alcanza», «Súbitamente» y «Hay Amor», las que fueron interpretadas con una gracia y delicadeza simplemente maravillosas. Por supuesto, su último disco «Albor» –el que fue lanzado a fines de octubre– se hizo presente de forma breve en el comienzo con «La luz se desintegra» y también «Clara».

Es importante destacar el aspecto escénico y performático de su presentación, en la que sus bailarinas Camila y Nerea recrearon una narrativa emocionalmente intensa con sus danzas, que se entrelazaban con el show en un diálogo constante con Dulce y Agraz. No es algo menor, pues el propio carácter sentimental en el «amar y llorar» de las canciones de la artista, era totalmente natural ver asistentes derramando lágrimas por el efecto catárquico de lo que sucedía en el escenario. Una belleza de show. Devoraste, Daniela.

A las 21:30 aproximadamente, aparece Alice Phoebe Lou y su banda de forma sobria, sin mayores rituales escénicos, a lo que por cierto la sudafricana se expresa con honestidad al decir que el atraso de quince minutos se debía a un momento emocional bastante duro que tuvo antes de subir al escenario, por lo que tuvo que darse un momento para respirar y aliviar un poco la ansiedad que eso conllevaba. Gesto el cual fue aplaudido y apoyado por sus fans, quienes se expresaron con nada más que amabilidad y admiración ante la artista.

Desde el comienzo del show con «Mother’s Eyes» que todo lo que evocaba el ambiente era una mezcla de admiración, cariño, emotividad, y por sobre todo, honestidad. Y es que ese quizás es el calificativo más relevante y pivotal de la presentación, que era de impronta humilde y sencilla, pero la intensidad de las emociones, de su carácter genuino y de las pequeñas imperfecciones sorteadas moldeaban a su paso una experiencia que simplemente no se volverá a repetir. Desde el comienzo durante el track de apertura y «Touch», Alice manifestaba que tenía problemas con el micrófono puesto que al acercarse al impostar sentía que se electrocutaba, lo que por suerte fue solucionado prontamente.

Su set fue compuesto en su mayoría por canciones de sus últimos discos «Glow» y «Child’s Play» tales como «Glow», «Dusk», «Silly» o «If You Were Here», lo que cobra un tenor especial en consideración de los propios principios de la artista. Es decir, si tomamos en cuenta que su venida a Chile era bastante esperada, era natural que sus fans comenzaran a pedir canciones, a lo que Alice en un momento declaró que no le gustaba tocar canciones antiguas porque no se sentía de la misma forma al momento en que las compuso, y que prefería no pretender y simplemente sentir lo que sentía realmente. Un acto de sinceridad notable que igual se dio paso para interpretar canciones antiguas en un segmento breve del show en el que estuvo sola en el escenario, pero la emoción era sencillamente desbordante.

Retomando la idea de la admiración y devoción de los fans, se les vio en diversos momentos regalándole cosas a la artista ya sea sombreros, joyas, pañuelos, cartas, etc., algo a lo que Alice correspondió recibiéndolos con gratitud uno por uno (no fueron pocos regalos). De esos detalles que se agradecen y entregan ese algo extra y especial a una noche inolvidable. También dijo que se la estaba pasando muy bien y que se sentía bastante mejor a como estaba antes del show, además de decir que en su paseo por Santiago pasó por una tienda de ropa de segunda mano y se compró el vestido que usó en el show, y que iba a pasar más días en la capital. Ah, y que iba al estudio a trabajar en su nuevo álbum –del cual por cierto tocó un par de canciones–. ¿Nada mal, no?

El final del show con «Witches» y «Dirty Mouth» fue sin duda el instante más enérgico del show, con un público entusiasta que saltaba al son de la batería y la banda en escena se entregaba a las emociones viscerales desprendidas de dichas canciones y de un show que en general, celebra el carácter de lo genuino. Ese que reside en el espíritu indie, que se presenta sencillo pero no desinteresado, porque quizás son tantas las historias y sentimientos que contar, que no hay cabida para otros detalles, y es en ese intercambio de ideas, de pequeños momentos únicos brindados por la propia magia cotidiana del momento, que terminan por levantar recuerdos imposibles de borrar. Realmente una presentación maravillosa.


Revisa la galería de fotos de Alice Phoebe Lou a continuación:

 

Revisa la galería de fotos de Dulce y Agraz a continuación:

Juan Pablo Ossandón

Director de Expectador.

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