No hay obra que refleje de mejor manera el espíritu de libertad que comenzó a respirar el Hip-Hop a finales de los 90’s que ese tratado de puro corazón, rima, legado y diversidad que fue el Black on Both Sides de Mos Def. Todo un referente que vendría a celebrar la hermandad y conscientizar la lucha contra aquellos que realmente lo merecen, pues las tragedias que marcarían las muertes de grandes del género como Biggie Smalls marcarían un alto en la tensa relación que llevaban las diversas escenas a mediados que aquella década, siendo una oportunidad para buscar otro tipo de caminos como el de volver a retratar el arte desde la calle y un entorno más cercano. «Is the city I live in, is beautiful Brooklyn» parafrezaría esta versión Neoyorquina del «Under the Bridge» de los Red Hot Chilli Peppers como un canto del Rapero a sus barrios y todo lo maravilloso que en hay en estos.
La escena Underground del Rap en los 90’s fue tal vez un equivalente a la del Rock alternativo en los 80’s, conviviendo variadas formas de arte que abrirían a diversas maneras de crear con bastante autogestión, estallando de una manera que lo cambiaría todo. Abordando todo un universo de raíces musicales, las luchas pendientes por justicia y la dura vida en los barrios donde constantemente se debaten las cosas desde las dos caras de la moneda, actos como Common seguirían esa escuela del MC más ligado a Rakim que el Blackstar de Talib Kweli y Mos Def la llevarían a un nivel mucho mayor de notoriedad. Toda esta New Wave del género sin embargo, vería su perfección y mejor carta de presentación con Black on Both Sides, desarrollando una narrativa tan compleja, y a la vez rica en referencias e historia, la cual carcomería desde directrices sonoras como el Jazz, Soul, Dub, Hardcore Punk o Reggae, un ambiente que no pudo contenerse y que terminaría abordando el Hip-Hop como nunca; un hogar para todos.
Las 17 postales que dejaría este monstruo de Mos Def se debatirían desde una profundidad de contrastes, hablando sobre amor, el recuerdo y las emociones desde la vida misma. Así temas como la ya mencionada «Brooklyn» o «Ms. Fat Booty» pasarían a ser verdaderos himnos, mientras que «Umi Says» o «Mathematics» forjarían una identidad compleja y sofisticada siendo verdaderas obras de arte en la música, pero el panorama se vuelve más extenso y el Rapero pasa de apoderarse de la esencia de Bad Brains en «Rock N Roll» o adopta vibras Afrobeat en esa perfecta introducción con «Fear Not of Man«, montando un collage grandilocuente de influencias que no se volverían a escuchar hasta tal vez los tres primeros discos de Kanye West.
Si quiere sorprenderse póngale play a este viaje por la cara más nutrida del Rap, cortesía de Mos Def.