La juventud es grandiosa como impredecible, nadie sabe en verdad que sorpresas pueden brindarnos los diversos artistas y músicos que existen en el mundo en sus impulsos, en sus ansias de surgir, de abrir sus corazones y sus mentes. Es esa inquietud que, no importa lo que suceda, siempre existe y aún cuando se llegue a pensar que está todo hecho, aquel momento en que todo se ve inamovible y consumido por lo aburrido de la adultez, las nuevas generaciones aceptan el desafío y enérgicamente entregan una lección. Arctic Monkeys con su Whatever People Say I Am, That’s What I’m Not, The Killers con Hot Fuss y Arcade Fire también con Funeral son sólo unos cuantos títulos que salieron después del año 2000, formando así una pequeña parte de la historia de la música. Dicho eso, The Strokes se impondría en el año 2001 con Is This It, lanzándose por primera vez, el 30 de julio en Australia.
Julian Casablancas, Nick Valensi, Nikolai Fraiture, Fabrizio Moretti y Albert Hammond Jr. serían los cinco jóvenes protagonistas que sacaron adelante este álbum, donde existió una visión real, difícil pero a la vez simple en sus bases. Sin duda tenían la película clara: que sus canciones se escucharan en el estudio como si estuviesen tocando en vivo, con gran influencia de los ’70, o como bien quería Casablancas, deseaban sonar como “una banda del pasado que hizo un viaje en el tiempo hacia el futuro para hacer su disco”. Gordon Raphael, quien se encargó de la producción entendió la petición a la perfección, pues seamos sinceros, lograron su cometido, no por nada caben dentro del concepto de garage rock.
La irrupción de Is This It en el mercado llevó a gran parte de la prensa especializada a declarar y catalogar a los neoyorquinos como quienes salvaron el rock, pues cabe recordar que hablamos de una época donde el pop y el rap se adueñaban progresivamente del mercado, y el rock cada vez aparecía con menos propuestas. Fuera de lo discutible que sea, sí existe un mérito, pues hablamos de un trabajo con letras enfocadas en lo que es la vida urbana y como era ésta en la ciudad de Nueva York. Si tenemos en cuenta lo mucho que se aceleró la vida después de las guerras, en marco de la globalización y las consecuencias que ello conllevaba, que mejor momento para tratar dicho tópico –desde la vista de un joven Casablancas–. Existe una congruencia, nuestros queridos Strokes querían contar y transmitir de la mejor manera que conocen y el producto final fue un álbum con 11 canciones que fácilmente pudieron salir todas en la radio o en MTV. ¿Cuántas bandas han logrado eso? Realmente pocas. “Last Nite”, “Someday”, “Take It or Leave It”, “Hard to Explain” son sólo algunas de las canciones que se quedarán por siempre en la historia de la música, y en un par de décadas más serán verdaderos clásicos.
Portada de la versión estadounidense
Una particularidad digna de mencionar fue que el lanzamiento en Estados Unidos se pospuso debido al ataque terrorista a las Torres Gemelas, sucedido el 11 de septiembre de 2001, y no sólo eso sino que quisieron cambiar el tracklist reemplazando “New York City Cops” –que muestra una crítica bastante directa a la policía neoyorquina– por “When It Started”, debido a que reconocieron, el trabajo arduo y valeroso que tuvieron. Por otro lado, la prensa en su manía de polemizar, rivalizó a los Strokes con The Killers, ya que cada una tuvo un gran impacto. Algo innecesario, pero que prácticamente era inevitable, ya que después de la caída del grunge y la pérdida de relevancia del britpop, empezaron a surgir distintas bandas en el mundo que sentarían las bases para lo que sería el indie , un verdadero movimiento de agrupaciones que buscarían alternativas, formas, modos, contenido y metas distintas para la música, y hay que aceptar que The Strokes generó un precedente gigante al respecto, y tenemos que reconocerlo como tal.
Jota.
