Live Review

Kevin Johansen y Liniers en Concepción: El arte de la sinestesia en vivo

Escrito por Marina Peñaloza

En Concepción sorpresivamente –tal vez no tanto– nació un día lluvioso en plena primavera, que cambió a una tarde soleada y terminó con un show espectáculo lleno de sorpresas en el Teatro Universidad de Concepción. “Un día impredecible” en palabras de Kevin Johansen que lo recibió a él y a Liniers, en una ciudad que, como el clima, ofreció una energía única para disfrutar de su show.

Imagina que cuando escuchas una melodía, no solo oyes la música, sino que puedes ver colores danzando en el aire. O cuando saboreas un plato de comida, experimentas una sensación como si los sabores pudieran tener textura. Es como si tus sentidos se mezclaran y se fusionaran en una experiencia única, cambiando la manera en que percibes las cosas. Eso es sinestesia, donde el acto de escuchar no es solo oír, y el acto de ver no es solo observar. Todo se combina en sensaciones que resultan en experiencias más ricas, más profundas.

Kevin Johansen y Liniers convergiendo en vivo es ver la sinestesia como ella es, es este fenómeno neurológico del que hablábamos pero plasmado en el escenario. En cada verso que Johansen interpreta con la guitarra, no solo se escucha la melodía, sino que la misma vibra se transforma en imágenes, en trazos que cobran vida de la mano del dibujante, quien, con su talento y humor, que lo caracterizó toda la noche, transforma la canción en una obra visual que acompaña, complementa y enriquece el sonido.

Durante más de 15 años, esta propuesta artística ha recorrido diversos rincones del mundo, desde Latinoamérica hasta Europa. Todo comenzó en 2008, con la publicación “OOPS!” libro que recoge las letras de los discos de Kevin hasta esa fecha, acompañadas por las ilustraciones de Liniers, y además incluye entrevistas, fotos inéditas y un cómic que relata las vivencias del cantante.

¿Un concierto o una exposición? Una experiencia multidimensional

El show te invita, más que nada, a interpretar. A interpretar todo: las melodías, las letras, los dibujos, los colores. Es una experiencia que te lleva a reflexionar sobre cosas como esa sensación de «cuando uno se mira al espejo y siente que ha perdido la brújula», como dice el cantante. Es eso, pero transformado en arte. Para quienes se preguntan cómo se sienten esas inquietudes, este espectáculo lo responde de una manera única.

Al ser parte de la experiencia, te queda la duda: ¿Qué es esto? ¿Será un concierto, una exposición de arte, lecturas de poesía, metáforas cantadas o fábulas pintadas? La verdad es eso fusionado y más. Una fusión única que resulta difícil de encasillar en el momento, porque cada canción se convierte en una obra de arte en constante evolución. 

Lo realmente cautivador de este espectáculo es cómo los dos artistas logran mantener un diálogo constante. No se trata solo de que uno acompañe al otro, sino que ambos se retroalimentan, se influencian mutuamente, creando una experiencia que es mucho más que la suma de sus partes. Es la risa compartida y el ritmo lo que invita a moverse.

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