Escrito por Oscar Cortés
Fotos por Catalina Orellana
El rock chileno es uno muy apreciado por su propio público, y esta es una realidad que se pudo vivir en la ciudad jardín este domingo de 19 de noviembre, donde familias y amigos llegaron en multitud al Viña Rock Festival para repletar la Quinta Vergara. Un espacio perfecto para convivir y disfrutar alrededor de la música nacional, siendo una jornada rockera que, gracias a los grandes shows de los artistas, será muy difícil de olvidar
Frank’s White Canvas
Comenzando a las 16:30 horas -tal como estaba planeado según el horario-, el dúo conformado por Karin Aguilera y Francisca Torés aterrizaron con una poderosa actuación sobre el escenario, demostrando la calidad de su música como también la de sus años de experiencia. Y es que contando únicamente con guitarra y batería, supieron dominar el espacio, haciendo que en ningún momento se sintiera vacío.
Canciones como “Sleep, Work, Eat”, “Wake Up”, “Secret Garden” y “Nobody Come” entregaron una gran carga de emociones, cautivando al público que llegó más temprano al Viña Rock Festival. Con un total de 9 canciones, se despidieron de los fanáticos y dieron paso, de esa forma, a los siguientes artistas, Kuervos del Sur.
Kuervos del Sur
Partiendo, nuevamente, a la hora marcada desde un inicio, Kuervos del Sur se tomó el escenario apenas lo pisaron. De hecho, para ese momento la Quinta Vergara ya contaba con bastante público, pues hace un tiempo considerable que se viene pidiendo el regreso de los procedentes de Curicó a la quinta región. Teniendo, incluso, fanáticos que decidieron llegar con sus respectivas poleras de la agrupación para cantar a todo pulmón.
Manteniendo ese sonido exquisito que los caracteriza y una voz impecable por parte de Jaime Sepúlveda, la propuesta de Kuervos del Sur encantó y sorprendió a más de uno. Con 11 canciones en total, destacando “Porvenir”, “Los Cometas”, “Cenizas” y “El Árbol del Desierto”, demostraron como su rock de raíz sigue siendo de lo mejor en nuestro país.
Lucybell
Entrando a escena a las 18:53, Lucybell apareció entre los aplausos de un recinto llenísimo y bajo la música del Festival de Viña del Mar. Y es que los conformados por Claudio Valenzuela, Eduardo Caces y José Miguel Cote, siguen un su tour Sesión 3000 y esta parada era una más que obligada. Una que, por lo demás, sigue demostrando la importancia de la banda dentro del rock chileno, pues así el público se los hace ver, recibiéndolos como auténticas leyendas.
Presentando 22 canciones -sí, una locura total-, esta actuación en Viña Rock Festival fue completísima, pasando por sus diferentes etapas y con un sonido que refuerza esta propuesta escénica que ya ha girado por todo Chile. Temas como “Milagro”, “Fe”, “Cuando Respiro En Tu Boca”, “Mataz” y “Carnaval” se robaron todas las miradas, desatando la locura en el público apenas aparecían sus primeros acordes.
Los Bunkers
La noche ya se hacía presente en Viña del Mar, el reloj marcaba las 21:00 horas y la emoción comenzaba a sentirse en el ambiente. Mientras tanto, los fanáticos -con poleras de la banda y cintas en la frente-levantaban sus carteles y rellenaban los últimos puestos posibles. Por ahí de las 21:04, las luces se encendieron y por fin era el momento, Los Bunkers se subieron al escenario para cerrar de manera magistral Viña Rock Festival.
La primeras canciones en sonar fueron: “No Me Hables de sufrir”, “Miéntele”, “Yo Sembré Mis Penas de Amor en Tu Jardín” y “Una Nube Cuelga Sobre Mí”. Todas, expresando un gran poderío, consiguiendo el amor del público instantáneamente. De ahí, seguirían un par de canciones hasta un pequeño parón.
En ese momento, la banda contaría que este era el último show eléctrico en un largo tiempo, pues con el inminente estreno del Unplugged las presentaciones pasarán a un formato acústico. Por esa misma razón, le transmitieron al público que se darían un gustito antes de llevar a cabo este cambio, pasando a tocar “Sur” –una canción que no interpretaban en vivo hace 10 años–.
Tras “Llueve Sobre La Ciudad” y “Ven Aquí”, Los Bunkers saldrían un momento del escenario y los gritos de “Otra Otra Otra” los traerían de vuelta. Apenas volvieron, agradecieron a las nuevas juventudes que se suman a sus conciertos y les dedicaron “El Derecho de Vivir en Paz”, mientras se le rendía un bello homenaje a Víctor Jara.
De esa forma, e interpretando “Bailando Solo” y “Miño”, el concierto llegaría a su final, contando con un total de 19 canciones, una puesta en escena maravillosa y una duración de poco más de una hora y media. Sin duda, una forma perfecta para terminar un festival que, realmente, no falló en nada
