Rematando viejas vestimentas con el fin de hayar la estética adecuada a sus tiempos, James Murphy pasó más de un año girando junto a LCD Soundsystem sin una idea clara. ¿Por qué el regreso? Cuando la espera se hacía larga y ya dábamos por hecho que el supuesto nuevo trabajo sería sólo humo, Murphy accedió a mostrarnos el fruto de esta nueva encarnación llamado American Dream, con un tema titulado Tonite.
Si bien Tonite nos transmite en un comienzo una vibra similar a la música electrónica New Wave de finales de los 70 y comienzos de los 80, poco a poco va adecuando cierta melancolía retro a nuestros tiempos. Y que bien suena como si nuevamente estas sonoridades fueran la vanguardia. Este precisamente es uno de los puntos que siempre LCD tuvo a su favor. El cómo capturar viejos o conocidos sonidos, darles una vuelta y hacerlos cool nuevamente.
Pero Tonite es sólo una cara bonita dentro del equilibrado pero caótico mundo de American Dream. Rasguños, sonidos tribales y hasta la épica de una disco oscura y animicamente por los suelos. No es que estemos frente a un trabajo depresivo, más bien es el hecho de que James Murphy haya querido destruir su propio mito, sin dejar de ser LCD Soundsystem. En esta categoría entra How Do You Sleep? y Oh Baby. Entre la marcha industrial y las luces a punto de extinguirse. Canción para irse a casa a soñar.
Puede que American Dream haya tomado la mutación de Bowie y los nuevos estandartes de Arcade Fire, sin embargo su principal fuerte es tan clásico como obvio; las canciones.
Aquí hay por sobre todo, grandes canciones. Other Voices y su esquizofrenia no da respiro, Change Your Mind traspasa la barrera de un Dance Punk maduro y los excesos del Rock de los 70 pero el himno sin duda es Call The Police. Ponemos en una licuadora el indie de Phoenix, El Post Punk a medio camino del New Wave de Blondie y la astusia de David Byrne, y nos sale esta épica de casi 7 minutos que solo podríamos poner en las botas de St. Vincent.
LCD Soundsystem ya había entrado en una categoría mayor con su segundo y tercer trabajo, pero James Murphy necesitaba encender nuevamente la pista de baile con parafina y hacer bailar a los caídos, a los leprosos, a los borrachos. Un disco de bailes, danzas de sacrificio y lentos. Sin duda y como opinión personal, lo mejor del año.