Escrito por Tomás Pérez
Fotos por José Pedro Downey
En un show acústico que duró aproximadamente 2 horas, Simón Campusano en la Sala SCD Bellavista dio muestra de cómo construir un ambiente onírico y fraterno, en donde la conexión con el público se sintió en una grata calidez a lo largo de toda la presentación.
Conexión a otro nivel
Con una propuesta “a la carta”, días previos al show, Simón Campusano, a través de sus redes sociales le pidió al público que iba a asistir a la presentación que le enviaran por ese mismo medio, canciones que les gustaría escuchar al momento de tocar en vivo. Es así como Simón llegó con una lista armada respecto al “setlist” de aquella noche. En donde pudimos descubrir la gran variedad de material con la que contaba, provenientes de una diversidad notable de proyectos en donde el artista se ha visto involucrado.
Tempranamente sobre el escenario, Simón dió las gracias a los presentes por estar ahí, explicitando su nerviosismo por el tiempo que ha pasado desde la última vez que realizó una presentación en solitario y en formato acústico. Una sensación que poco a poco iría desapareciendo a medida que la jornada transcurría, ya que, a través de pequeñas conversaciones y anécdotas, Campusano conectó cada vez más con el público, generando ese ambiente de relajo, calidez y comodidad. Donde en más de una ocasión, el artista aprovechó este lazo construido para abrir el espacio a nuevos pedidos de canciones; “Que quieren escuchar ahora? Tiren nombres, ideas”.
La noche fue una construcción perfecta de música, conexión y sentimiento por ambas partes; bromas, anécdotas y chascarros del momento le otorgaron un carácter mucho más orgánico y humano. Una esencia ideal para un espectáculo de este tipo, en donde, según lo requirió la canción del momento, las voces de Simón y el público, eran una sola, como si se conociesen de toda la vida.
Un Catalogo de sorpresas
Como se mencionó anteriormente, la presencia de varios proyectos en donde Simón se encuentra envuelto, fueron la principal fuente de material al momento de elegir que interpretar durante las 2 horas de duración del show. Niños del Cerro, su carrera de solista, colaboraciones con otros artistas, e incluso covers, fue todo lo que se escuchó dentro de la Sala SCD.
Los Tres fueron homenajeados con temas como Pájaros de Fuego, o Amor Violento, que fue traicionada durante Sísifo. Chini.png, Asia Menor, Mi Amigo Invencible, fueron algunos de los artistas cuyas melodías y canciones se vieron interpretadas por Simón Campusano a lo largo de la noche. También hubo espacio para sorpresas, donde se reveló el una próxima canción a lanzar, junto a su amiga Angie, bajo el nombre de Diente de Oro, que pronto vería la luz a palabras del propio artista.
Sísifo fue uno de esos momentos que marcaron la jornada, en donde el aliento del público se transformó en emoción, y esa emoción en energía, en donde público y artista cantaban de igual a igual. Como si de agradecer la presencia del cantautor se tratase, como si fuese el público quien cantó para Simón.
Luego de abandonar el escenario, los ánimos del público seguían en lo más alto, por lo que, desde una simple voz, la letra de “El susto y el Miedo”, comenzó a sonar, donde poco a poco el resto de la gente se fue sumando hasta que Simón Campusano volvió a aparecer frente a la mirada de todos, y a pedido del público comenzó a tocar el clásico antes mencionado. En donde la emoción y euforia del cierre, hizo vibrar todas las voces presentes, las que abarcaron en su totalidad el lugar. Simón Campusano en la sala SCD fue un reencuentro suave y afectuoso.
Más fotos a continuación: