Por Alexander Castillo
Tras entrar a la escena emergente en 2021 con 2 EP y ser nominada a los Premios Pulsar y participar en The Voice durante 2022, Gabriela Arcos coronó su tercer año de artista estrenando el destacado álbum de indie rock “quién llama a esta hora” (2023). Hoy, la cantante nacional se alista para un movido 2024, cuyo primer gran hito será una presentación en solitario en la mítica Sala Master.
En conversación con Expectador.cl, Gabriela Arcos comenta su debut, reflexiona sobre su público, subir al escenario y manifiesta sus proyecciones a futuro.
Ya han pasado unos meses desde el estreno de “quién llama a esta hora” (2023), ¿cómo dirías tú que ha sido el recibimiento del público a tu disco?
Para mi criterio, súper bien. Me pasa que, claro, uno espera de repente que pasen cosas gigantes y en realidad no es tanto. Yo quedo muy contenta con los resultados que tengo. De repente uno tiende a compararse mucho con las otras personas: “¿Cómo le va a los demás con sus lanzamientos?”. Si me pongo a mirar así, quizás me podría sentir mal con cómo me va, pero no. Estoy muy feliz y me encanta que a la gente le guste y lo escuchen harto.
Este es un disco que tiene un sonido muy cercano al indie rock, al pop rock. ¿Qué te inspiró a buscar este tipo de sonoridad? ¿Cuáles fueron algunas de tus influencias a la hora de componer y producir el álbum?
¿Sabes qué? Antes, mucho antes de que yo incluso pensara en hacer canciones, siempre me gustó mucho escuchar el tipo de temas que tiene este disco. Por ejemplo, igual en un lado más pop, me encantó Paramore desde su disco del 2009, que era harto más punky que los de ahora, más poperos, pero en esa fusión me encantaba cómo me hacían sentir y en el sueño de querer ser cantante, cuando me imaginaba en un escenario, era así.
Igual, mi primer EP tiene un sonido muy diferente al que tiene el disco, es mucho más tranquilo y piola, porque igual era una guagüita. Estaba haciendo mi primer trabajo y ahora, con este álbum, sí quise aventurarme un poco más, con más referentes. Conocí a Lucy Dacus, según yo le saqué mucha información de sus discos para hacer este, al mismo tiempo que también escuchaba harto a Phoebe Bridgers, pero más por el lado del tipo de disco que quería construir. Me gusta caleta eso que tiene de que hay canciones muy rockeras y una balada más tranquila y quería hacer un poco de eso.
Hay algo con lo que bromeo conversando con otras chiquillas de la música, colegas: siempre decimos “yo quiero ser como la Chini cuando grande”, entonces todo el sonido de la Chini es bastante inspirador. Me acuerdo que la vi en vivo en un evento de Uva Robot, la vi con Wally, que es quien produce mi disco y a quien le dije “quiero hacer exactamente eso”. Wally me dijo “necesitas ponerle acordes más malulos a tus canciones”. Ahí empecé a buscar, no sé si lo logré tan bien, pero para el otro sí (ríe).
¿Tienes algún tema favorito del disco?
Va por etapas. Ahora me encanta «Cuando pienses en el destino», la paso bien cuando la canto, me da risa. Como ahora estamos ensayando para el evento en Sala Master, claro, es como la canción que me encanta tocar porque estoy tocando menos guitarra, estoy tonteando más arriba del escenario y me gusta, lo paso bien. Me gusta la letra, que la hice con Nando García, a todo esto, y nada, tiene puras tonteras. Por abajo tiene un banjo muy tonto y tiene un bajo de Los Charros de Lumaco…
«Sentir que estás donde tienes que estar»
En 2022 comentabas que el “éxito digital” no necesariamente se condice con el “éxito musical”. Quería preguntarte, con el pasar del tiempo y el estreno de tu disco, ¿cómo es tu relación con el público? ¿Ha cambiado el panorama de lo que decías, sobre que los seguidores no necesariamente irían a verte en vivo?
(Ríe) Mira, en ese tiempo estaba desilusionada. Había sucedido recién la situación The Voice, que yo pensé que me iba a solucionar todos mis problemas. Pensé que vendería entradas en un segundo y hablando con la misma persona con la que viví esa experiencia, Gepe, era como “no, vas a tener que trabajar por vender tus entradas para siempre”. Hoy en día, a veces pienso en que me gustaría eliminar las redes sociales (ríe) y quedarme sola con mi Spotify, pero la verdad es que son momentos en los que se me olvida que hay que estar agradecido, nomás. Claro, yo me estaba quejando de lleno, como “qué lata tener tantos seguidores”, pero filo, es lo que es.
Soy feliz con la gente que va a verme. De repente creo que uno se ofusca mucho con que van 50 personas a una tocata y tenías expectativas de que fueran 80, pero incluso si van 20 es caleta. Yo no tengo 20 amigos. De repente me empiezo a quejar de llena, pero digo que, en realidad, incluso si el día de mañana no me escucha nadie, pero hay una persona, hay una reproducción al mes, hay uno. Así que me siento bastante diferente y creo que, quizás, también entre los mismos artistas nos ponemos mucho peso sobre hacer funcionar las redes sociales, como que casi sea nuestra vida entera o tiene que serlo. Igual sí, es verdad, pero hoy en día trato de pasarlo bien, creo que estoy en eso. Trato de pasarlo bien y estar agradecida de las cosas que pasan.
¿Qué sientes tú cuando estás sobre el escenario?
Me pasa algo bien loco de lo que mi banda siempre se ríe, porque cuando voy a salir al escenario, y los minutos antes, me vuelvo un poco loca, no quiero ver a nadie. Siempre me pongo muy nerviosa cuando toco con la banda y tengo que ser más show woman. Salgo casi tambaleándome al escenario y cuando ya estoy arriba se me olvida, creo que eso igual dice harto. Como que puedo subirme al escenario con ganas de hacer pipí y se me olvidó (ríe), arriba se olvida todo.
Para gente con la cabeza muy ocupada es bastante bacán esa sensación de subirte y sentir que estás donde tienes que estar.
¿Y cuál es tu parte favorita de tocar en vivo?
A veces pasa que la gente del público te sorprende con cositas y eso es muy bacán. Por ejemplo, en algunas de mis canciones hay respuestas que me hago yo misma a la letra que estoy diciendo y en el escenario eso lo hace mi corista, pero la última vez que toqué, alguien en el público me lo gritó de vuelta. Esas cosas son bacanes, cuando se ponen a cantar, que supongo que es lo básico que pasa en un concierto. También es como “no puedo creer que haya gente que se sepa mis canciones” y espero que ese sentimiento nunca se me vaya.
«Soy consciente de que no soy el estereotipo, pero no me achica la cancha»
¿Cuáles son tus planes para el 2024? ¿Alguna meta por cumplir, quizá Pulsar?
Ya, pero es que Pulsar es como un sueño.
Pero siempre está la posibilidad…
O sea, claro, pero a mí me gusta pensar más en las cosas que están en mi poder. Quiero tocar, tocar, tocar o, como dijo Allende, “¡trabajo, trabajo, trabajo!”. Piensa que esta apertura en Sala Master significa, para mí, la primera vez que trabajo con una agencia de booking, entonces igual estoy bien, bastante ilusionada con la idea de tocar harto y quizás dónde termine tocando. Quiero ir de gira, no sé cómo pero se va a hacer.
Claro, en términos de cuáles son mis sueños, esperanzas e ilusiones, sí me encantaría quedar nominada en un Pulsar. Postulé a Mejor Artista Rock, lo cual me parece muy chistoso porque uno tiene la idea preconcebida de que el artista rock no se ve como yo. En Chile, por lo menos, porque hay como un rock súper antiguo y está bien, pero me fascina la idea de ir a esos premios vestida como abuela y ojalá ganar y quedar como “¡Viva el rock!”. Después me postulo a metal, no sé, algo (ríe).
Igual es interesante eso de ser una artista de rock y no estar dentro del estereotipo. ¿Cómo ha sido para ti hacer este estilo de música y entrar en un ambiente en el que, si bien es algo que va cambiando, suele predominar la figura masculina?
Bueno, este es el primer disco donde digo abiertamente que estoy haciendo rock. Yo tampoco conozco mucha gente, entonces no me he topado con alguien, o en ambientes donde yo sienta que soy un bicho raro. Soy consciente de que no soy el estereotipo, pero no me achica la cancha. Me da lo mismo lo que piensen un par de viejos y, de hecho, la idea de ganar o de que me nominen y que en una publicación haya incels diciendo que lo que hago no es rock me encanta.
Igual, cuando uno es artista de tan poco calibre tiene que pasar un tiempo para que te dejen de decir que eres indie. Entonces, y no digo que esté mal, no importa si hago pop o si hago rock, voy a seguir siendo indie y está bien. Así que no siento que haya tenido un enfrentamiento muy frontal con la escena rock, ni siquiera sé cuál es la escena de rock, solo conozco a los indies, así que nada, mi referente es Chini.png, no estoy sola, la Martina Lluvias también tiene un sonido que a mí me gusta harto.
Claro, siempre más indie que cualquier otra cosa, al menos en esta etapa.
Sí, entonces igual siento que estoy en una cuna siendo criada (ríe) y es todo mucho más ameno, mucho más tranquilo, donde todos nos conocemos y filo. Ahora, si me nominan a los Pulsar y estoy compitiendo contra Los Bunkers, yo creo que ahí vamos a estar hablando de otra cosa (ríe).
«Hay que dejarse reposar para empezar a hacer cosas diferentes»
Hablemos de Sala Master. ¿Qué podemos esperar? ¿Cómo te has preparado?
Mucho ensayo. Voy a estar estrenando a mi nuevo baterista, así que nerviosa pero con harta esperanza. Igual es un momento bonito porque la Sala Master es el lugar, suena muy bien y está en vivo por la radio. Al mismo tiempo, es la primera vez que toco sola en un lugar grande y se siente un poco de presión y expectativa. De mí hacia mí, en todo caso, porque nadie más espera nada, pero claro, esto significa que el setlist es el más largo que he tocado y estoy muy emocionada, quizás qué tonteras voy a hablar, nadie sabe. ¡Es mi cumpleaños, también! Así que va a ser una celebración, voy a llevar una tortita, voy a tener gorros de cumpleaños.
¡Bacán! Ahora, yo sé que lanzaste hace poco tu disco, pero suele pasar que los artistas nunca dejan de hacer cosas. ¿Podremos ver algún tema nuevo en este concierto, o te concentrarás en lo que ya tienes?
Es chistoso que digas eso, “un artista nunca deja de hacer”, porque eso es completamente lo que hice (ríe). No he escrito ninguna canción desde el álbum. Pienso harto en artistas como Lorde, que se demora cinco años en sacar cada disco, aunque yo no tengo ese lujo. Sí creo que hay que dejarse reposar un rato para empezar a hacer cosas diferentes, porque me da ese miedo de que mi siguiente disco sea igual al anterior.
Tampoco he tenido la necesidad de escribir canciones, enfoco mi proceso creativo en otros lados. Por ejemplo, leer harto, me gusta ver cómo narran otras personas. Tengo una libretita donde anoto todas las palabras que me gustan, ese tipo de cosas, porque igual no siento que mi fuerte sea mucho lo musical, por eso tengo a Wally (ríe). Me gusta nutrirme de ese lado más lírico.
Terminemos entonces con una recomendación. ¿Qué has estado leyendo?
«¿Quién se hará cargo del hospital de ranas?» de Lorrie Moore (2019). Es como estos libros contemporáneos que no hablan de mucho pero está tan lindo escrito. Me pasa que hay una parte del libro en la que la narradora dice que no se puede esperar a que la gente sea construida sin la influencia de los que los rodean y dice que ella es fragmento de todas las personas que han pasado por su vida. Eso me tocó bastante, porque cuando yo hice mi disco, en el prólogo del álbum físico escribí lo mismo: “Estas canciones son fragmentos de todas las personas que pasaron por mi vida”, así que tiene harto ese… como que me hizo pensar “¡oh, no tengo ningún pensamiento original!” (ríe). No, pero fue loco y lo recomiendo harto.
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