Escrito por Juan Pablo Ossandón
La forma y momento en que una banda y artista amasan el éxito por primera vez ha diferido a lo largo de la historia. Si bien lo que el parámetro construido por la industria occidental de la música postula la regla implícita de los primeros tres discos, en donde el debut es explosivo, el sucesor es decente, y el tercer disco suele marcar la consolidación a nivel comercial y crítico, la verdad es que, en la práctica, el panorama está adornado por todo tipo de casos. Nirvana alcanzó la gloria rápidamente con su segundo disco ‘Nevermind’, The Strokes no dejó a nadie indiferente con su debut ‘Is This It’, Pantera renació con su quinto disco ‘Cowboys from Hell’, o Metallica que, si bien ya tenían una fama muchísimo más que decente, lo que sucedió con su álbum homónimo –el apodado ‘Black Album’– produjo un efecto comercial tan grande que hasta el día de hoy le sigue brindando numerosas regalías a Hetfield y compañía.
Pero el caso de The Rasmus es distinto, y es que, fuera de casos excepcionales, la industria posaba sus ojos mayoritariamente en lo que sucedía en Estados Unidos o Inglaterra. Además, Finlandia se ha destacado históricamente por producir música autóctona de sus tierras, o, por supuesto, metal. Entonces, con ese vistazo de tendencias, difícilmente se vería que el rock alternativo y popero de la agrupación finlandesa tuviese la atención que tuvo en ‘Dead Letters’ (2003). Ni más ni menos que su quinto disco.
A casi una década de la formación de la banda en 1994, el éxito llegó a The Rasmus de forma abrumadora. Lauri Ylönen y su gente se hicieron notar ante todo el mundo con grandes hits como «Guilty» o «First Day of My Life». Aparte que era una época en que su estética ambigua entre lo gótico y lo emo propiciaba un factor con el que el público juvenil se identificaría en dicha época, sintiéndose atraídos ante los melosos estribillos del grupo.
Pero sin duda el elemento fundamental y la mayor explicación de su éxito recae en su ópera prima, «In the Shadows». Su intro sugerente y preparatoria del estallido enérgico que implica el icónico grito de Lauri, es un segmento reconocido a tal nivel que, a estas alturas, ya forma parte del imaginario popular de la música contemporánea. Un verdadero arquetipo que sostuvo una popularidad tal, que mereció la premiación a la banda de parte de MTV como «Mejor Acto Nórdico». Un premio más que merecido, a decir verdad.
The Rasmus se presentará el sábado 20 de mayo en Teatro Cariola
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