Live Review

Descendents y Circle Jerks en Chile: Nunca seremos los mismos

Por Franco Ascui Fuenzalida
Fotos por Juan Manuel Hernández

Cerrando un año marcado por los regresos y los debuts de bandas importantísimas dentro del circuito del punk rock, la tercera fecha de los Descendents en Chile se vivió como una verdadera fiesta en el Teatro Teletón. Motivando inagotables moshpits y en medio de un coro de personas que ven reflejadas sus historias de vida en las letras del cuarteto liderado por Milo Auckerman, los Descendents presentaron más de 30 canciones en una de las jornadas más importantes de la música punk de los últimos años.

A diferencia de su última visita en 2016, los Descendents volvieron a Latinoamérica acompañados por sus vecinos y amigos de toda la vida, los Circle Jerks. La relación entre ambas bandas data de hace más de 40 años atrás, cuando Bill Stevenson y Keith Morris solían compartir sus discos favoritos mientras salían a pescar en Hermosa Beach y Redondo Beach, sin saber que mucho tiempo después llenarían venues en Chile, Argentina y Brasil tocando codo a codo. A pesar de la edad, del desgaste vocal y de los largos viajes en avión, los padres del hardcore punk californiano nos regalaron un show inolvidable que quedará en la memoria de todos sus fanáticos.

Circle Jerks: la expresión más pura del caos

Para empezar la velada, los Circle Jerks subieron al escenario al son de una canción de jazz mientras Keith Morris presentaba a sus compañeros de banda como es la costumbre en todos sus conciertos, para luego descargar toda su ira con los clásicos «Deny Everything», «Letterbomb» e «In Your Eyes». El primer bloque de canciones estuvo marcado por el desenfreno y la locura en lo que fue un reencuentro con el público chileno que se hizo esperar por 15 años. Pasando rápidamente por «Stars and Stripes», «I Just Want Some Skank» y «Bevery Hills» llega el momento de la primera pausa en el set.

Keith Morris, en su estilo, paró varias veces para dedicarse a hablar, descansar e insultar a quién se le diera la gana. Esto no fue tan bien recibido por el público chileno que solamente quería molerse a golpes y bailar en el pogo. Más allá de todo eso, hay que admitirlo, es bien difícil seguirle el hilo a Morris. Incluso si es que tienes un buen oído para el inglés. Poco y nada le importaba al ícono punk el desagrado o el apremio de sus fans por seguir con la tocata, manifestando que necesitaba de esas pausas para poder rendir como vocalista en una de las bandas más feroces de la escena gringa. En comparación con lo que vendría después, el set de los pesos pesados del hardcore se sintió un poco más largo que el de los Descendents por momentos como estos.

«When the Shit Hits the Fan», «Under The Gun», «Trapped» y «Wild In The Streets» fueron puntos altos de la tocata. Contando con Joey Castillo (QOTSA, Danzig) en la batería, las canciones corrían incluso más rápido que en sus discos de estudio. En tanto, el pelado Greg Hetson y el peluca Zander Schloss no se equivocaron en ninguna nota, demostrando oficio y marcando cada ritmo sincopado característico de los Circle Jerks. Llegando a la parte final del show, las canciones que más destacaron fueron las cortas canciones del ‘Group Sex’ (1980). «Red Tape», «Wasted», «Don’t Care», «Live Fast Die Young» y «World Up My Ass» desencadenando los moshpits más agresivos donde nadie estaba realmente a salvo. Con 29 canciones presentadas, Circle Jerks cerraba la primera parte de la jornada con sus fanáticos empapados de sudor.

Descendents en Chile: cafeinados y listos para la guerra

Desde sus inicios, los Descendents se caracterizaron por diferenciarse de la escena punk más clásica. Usando sus trajes para salir a pescar en el escenario, cantando sobre desamores y sobre comer comida rápida en canciones que no superaban el minuto y medio. Eventualmente, cuando Milo se unió a la banda a fines de los 70, rápidamente se convirtió en el portavoz de los outsiders, los punks que no se visten como punks y de los adictos al café.

Muchos años después de su formación, los Descendents siguen teniendo una relación única con sus seguidores. Existe un fanatismo que supera la barrera del tiempo, un cariño que ha sido traspasado a varias generaciones que goza de muy buena salud por esta parte del mundo. Fueron demasiadas las emociones vividas en el Teatro Teletón como para poder sintetizarlas con palabras, puesto que las canciones de esta banda cuando te llegan al corazón no te sueltan por el resto de tu vida.

A las nueve en punto el icónico cuarteto se subió al escenario ante un teatro sold out que recibió a la banda como héroes. Bill Stevenson, Milo Auckerman, Karl Álvarez y Stephen Egerton toman sus lugares en el escenario y con los primeros acordes de «Feel This» se da inicio a su tercer concierto en territorio nacional. Luego, «Hope» resuena por todo el teatro en compañía de un coro de cientos de personas que cantaron cada palabra de esta emblemática canción. «Silly Girl», «I Wanna Be a Bear» y «Clean Sheets» le siguen sin ninguna pausa, demostrando el gran aguante aeróbico de los viejos cracks.

Antes de seguir, Milo le agradece a la gente por ir a verlos una vez más para dar paso al siguiente bloque de temazos, empezando con «Everything Sux». En tanto, los temas «Myage», «My Dad Sucks», «I Like Food» y «Coffee Mug» dejaron las postales más caóticas de la jornada. Zapatillas, poleras y lentes volaban por doquier mientras la gente se desbordaba de emoción, bailando todo el concierto con una sonrisa en la cara. Además, Milo no dudaba en acercarse a la barricada para prestar su micrófono mientras los crowdsurfers llegaban hasta la orilla para poder abrazarlo y gritar junto a él los himnos de la banda. El anti-frontman punk con aspecto nerd y con varios años encima demandaba la atención de todos los presentes con su típica pose con la mano en el bolsillo trasero de sus shorts.

La música que tocan los Descendents no es nada fácil de interpretar. Sin embargo, el cuarteto fundado por Bill Stevenson estuvo sólido a lo largo de su setlist de 33 canciones. Pasando por todas sus épocas, «Coolidge» y «Bikeage» calaron profundamente en el público. En una mezcla de sudor y lágrimas, el mar de personas en el teatro recibieron todos los temas como si se tratara de la última canción del concierto. En ningún momento hubo un momento vacío. Cuando la gente coreó el nombre de la banda, Milo hizo su propia versión coreando «Santiago, Santiago» de manera desafinada y a destiempo, haciendo honor a su esencia despreocupada y amigable.

Llegando al final, Milo se quedó sin voz. Algo que no se veía representado cuando cantaba pero que sí se notaba cuando le hablaba al público. Es por esto que en el encore Karl y Stephen ayudaron todo lo posible a su extenuado amigo que estaba llegando a su límite. Empezando el último bloque con «Good Good Things», que por alguna razón en el último tiempo se ha convertido en una de las favoritas. Sea por los videos de sus conciertos antiguos o por la versión nueva de la banda Drain, el coro llegó a los volúmenes de «Hope» sin ningún problema.

Posteriormente, «We», que no fue presentada en la fecha del Club Chocolate, daba el pie para la despedida. «Everything is gonna be okay» se coreaba por un público emocionadísimo en lo que es una canción que celebra el amor verdadero. Finalmente, «Kabuki Girl» y «Catalina» del clásico ‘Milo Goes To College’ (1982) llegaron como la última patada en la cara. Sin una despedida concreta, los músicos guardaron sus instrumentos después de darle las gracias nuevamente a su emocionado público. Sinceramente, nadie sabe si es que esta fue la última vez de los Descendents en Chile. Sin embargo, de lo que nos ha enseñado esta banda es que hay que aprovechar cada momento al máximo, «go for ALL», y eso fue lo que sucedió en el Teatro Teletón.

Descendents es «la banda de la vida» de muchísimas personas. Lo es para mí y para mi mejor amigo. Lo es para personas de todas las edades que encontraron en esta banda refugio. Un abrazo en momentos de tristeza, las palabras precisas para gritarle al mundo cuando estás enojado. Descendents retrata la vida misma. Los puntos altos, los puntos bajos y todos los valles que existen entre medio. Milo, Bill, Stephen y Karl son la viva expresión de ir por eso que quieres y dejar tu vida con tal de lograrlo. Gracias por tocar de la forma en que lo hacen.

Setlist de Descendents en Chile (Teatro Teletón)

Feel This
Hope
Silly Girl
I Wanna Be a Bear
Clean Sheets
Everything Sux
Nightage
Victim of Me
Nothing With You
I Like Food
Rotting Out
Myage
My Dad Sucks
Van
On Paper
I’m Not a Punk
‘Merican
Weinerschnitzel
No, All!
When I Get Old
Coolidge
Without Love
Coffee Mug
I Don’t Want to Grow Up
I’m the One
Bikeage
Thank You
Suburban Home
Smile

Encore:
Good Good Things
We
Kabuki Girl
Catalina

 

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