Escrito por Rocío Villalón
Fotos por Jocsán Sánchez
La noche del 27 de septiembre en el Bar El Clan, varios ojos fueron testigos de un junte efervescente, contagioso y complementario. Tanto Mardeliz como Paloma Líbano tienen un contraste interesante pero que en alguna parte del camino se encuentran para complementarse, tal vez está en la complicidad y la energía de ambos proyectos.
La apertura con Paloma Líbano
La encargada de abrir la velada fue Paloma Líbano junto a su banda, la cual está conformada por Cris Ojeda, Cristián Campos, Luis Castillo y Anita Arenas. La cantante inmersa en las corrientes del r&b y el neo-soul conmovió a todos los presentes con toda su actitud y sus increíbles vocalizaciones.
La presentación fue todo un viaje por la mente de Paloma, desde su primera canción “Codicia” hasta su nuevo material, el cual esperamos ver pronto en las plataformas. Escuchar en vivo canciones como “velitas”, “la luna”, “no sé contar”, “estoy afuera” y “anoche no dormí”; fue todo un despertar y un acercamiento a su proyecto.
Por otro lado, la banda deslumbró más allá de una compañía, tenía su propia potencia. Las melódicas intros con teclado, el bajo y la batería prominente en los covers de “The Chain” y “Redbone” fue fenomenal y tampoco nos podemos olvidar de esa guitarra cómplice que lideraba con delirio.
En las palabras de Paloma: “las canciones tienen colores”, lo que tiene todo el sentido del mundo, cada una tiene su propia aura y su propia historia. Se dice que no se puede juzgar a un libro por su portada, pero ¿se puede descifrar a alguien su show? en este caso, podría afirmarlo, porque desde principio a fin fue 100% Paloma, autenticidad pura.
El turno de Mardeliz
Minutos después, Mardeliz se apoderó del escenario para hacer girar la habitación entre un espectro de funk, rock, blues psicodélico con toques enérgicos y pop. La banda tiene la potencia de mover a su público con una conexión inexplicable, logrando que griten y ovacionen cada canción de principio a fin.
La noche fue una travesía por la discografía de la banda comenzando por “Desorbitándonos”, “Llamando al Mundo”, “Todo Oscuro, Todo Claro”, “Libélulas”, entre otras. Desde el primer momento la esencia de Julián Elordi contagió a su público con su energía frenética, fue hacer click y saber que la noche sería algo para recordar.
Por su parte, León Elordi en el bajo, Cristóbal Matamala en guitarra, Mago en teclados y Juan Antonio Guerra en batería deslumbraron con su talento en canciones como “El Cisne”, “Sobre las hojas”, “Amor Sobre la Tinta” y en el cierre con “Hotel California”; un cover que unió a todos los que estuvieron presentes.
La química durante el show de la banda era innegable, la sinergia estaba envuelta en un magnetismo increíble, logrando que toda su presentación fuera una montaña rusa inscrita en una teatralidad única que sólo Mardeliz pudo haber demostrado.
La presentación de ambos proyectos fue precisa para la noche, la pureza de Paloma Líbano y el electroshock de Mardeliz fue una ascenso lleno de vibraciones emocionante que recomiendo experimentar al menos alguna vez en la vida, lo que los vuelve en promesas efervescentes en expansión.