Enslaved
Entrevista

Ivar Bjørnson de Enslaved: «Lo que realmente me interesa son las construcciones de atmósferas»

Por Nicolás Merino

Enslaved es una de las bandas más importantes para toda la historia del black metal. Sus aportes tanto en lo referente a lo musical (de la mano del black metal progresivo) como también en la esfera del rescate cultural. Ellos tienen programada una fecha en Chile para el domingo 10 de noviembre, en el marco del ambicioso festival CL.Rock.

Es en este contexto que el guitarrista del proyecto, Ivar Bjørnson, entabló una interesante conversación con Expectador sobre la historia de la banda, sus contemporáneos, el lugar cultural que ocupan en el mundo y más.


Mi primera pregunta parte de la base de que, bueno, ustedes son una banda bastante influyente y longeva. Me interesa saber cómo son los desafíos de hacer música en un contexto como el del presente, en el que ese género (black metal progresivo y, por extensión, el black metal en general) que ustedes ayudaron a forjar hace más de tres décadas ya ha evolucionado lo suficiente como para presentar un nuevo paisaje más competitivo.

Para nosotros es un privilegio ser parte de Enslaved, principalmente porque es una banda que cuenta con un montón de álbumes que ya califican como viejos y que seguimos disfrutando. Naturalmente, es gratificante ver que a otras personas también les gustan y se pueden sentir inspirados. Aunque se ha vuelto una experiencia un tanto extraña, pues llevamos treinta y cinco años tocando y al aproximarse a los discos más viejos se asimila a estar escuchando a otra banda. No por un tema musical, sino que no existe una conexión física reciente con esas interpretaciones, distinto a los últimos álbumes, donde lo que escucho es un recuerdo fresco de lo que toqué. Ahí la aproximación se puede hacer de manera mucho más analítica (y extraña).

Pero sin embargo, hoy en día incluso el solo escuchar nuestros discos más viejos se ha convertido en una gran fuente de inspiración durante los últimos años. Es extraño porque en ese entonces parecía que la única banda que calificaba como “metal vikingo” era precisamente Enslaved, y ahora es una especie de mundo completo.

De hecho, todo esto se va dando en un esquema de características globales y retroactivas de la música. Yo aún escucho muchísimo a Bathory, por ejemplo, es una gran inspiración y a veces incluso les robo un poco. Y lo mismo si aparece una banda nueva y se siente inspirada por Enslaved. Los artistas tampoco tienen una responsabilidad de andar reinventando la música siempre. Basta con dejarse sentir inspirado y probar una que otra avenida. Nosotros llevamos treinta y cinco años tocando y aún seguimos sintiéndonos como una banda nueva. Es increíble.

En vez de andar paseando por las mismas expresiones de metal extremo de siempre, me gusta revisar todo el panorama

Es una respuesta muy interesante, ¿y cuáles han sido las referencias musicales que han tenido en consideración  estos, digamos, últimos cinco años, que no deja de ser menor considerando el ritmo que tiene la discografía de Enslaved?

Al menos por mi parte, sí existe un compromiso por seguir escuchando a los de siempre, como Bathory precisamente. Incluso diría que hoy se hace más importante. pero también digamos que he estado más conectado con el lado proguero últimamente. Muchas cosas de los setenta que lamentablemente no conocía algunos años atrás. De hecho, King Crimson se ha convertido en una banda bastante importante para mí. Me gustaría poder decirle todo esto a la versión más joven de mí mismo, de una época en la que estaba demasiado metido en el metal extremo.

Para el nuevo álbum, he estado más consciente de que hay un mundo afuera. Obvio que nos sale bien afirmarnos en las influencias que conocemos como Darkthrone o qué sé yo, pero últimamente me he fijado en que lo que realmente me interesa son las construcciones de atmósferas, y eso está presente en cualquier tipo de música.

Cuando era más joven podía pensar, por ejemplo, en el grunge y simplemente asumir que era una mierda de música que no estaba hecha para mí, en parte sigue siendo así. Pero luego me di cuenta de que existe una distancia importante entre algún hit divertido de Nirvana y la oscuridad de los discos de Alice In Chains.

 

O la adyacencia al grunge de bandas de metal como los Melvins.

Sí, los Melvins, ese es un ejemplo perfecto. Lo mismo con todo el universo de Mike Patton. Incluso para efectos de los mundos del pop o la música electrónica, se encuentran sensibilidades en común aún considerando las vastas diferencias con entre géneros musicales. Entonces ahora me pasa que en vez de andar paseando por las mismas expresiones de metal extremo de siempre, me gusta revisar todo el panorama.

 

Algo que me llama la atención sobre una banda de alcance mundial como Enslaved es que incluyen todo este montón de elementos propios de la cultura nórdica y vikinga, y no solo en la esfera lírica. Entonces me gustaría saber qué desafíos supone el choque cultural de mostrarle esas expresiones al resto del mundo.

Como banda tenemos una perspectiva particular. Pasa que nuestra cultura es parte de esa filosofía “pre europea cristiana positivista”. A lo que otras personas se referirían como sociedades pre monoteístas. Que de hecho existen en todo el mundo, naturalmente incluyendo a Latinoamérica.

En Noruega tenemos a los Samis, luego llegaron los vikingos, pero en general –e incluso en Noruega– la gente ignora que hay razones para sentirse orgullosos de la cultura vikinga. Y es más, porque la cultura vikinga está inspirada en la de los Samis, que ya llevaban miles de años instalados aquí. De hecho, nuestro álbum “RIITIIR” (2012) es un disco conceptual que habla precisamente sobre esto mismo.

Y cuando viajamos por el mundo tocando, simplemente nos estamos expresando naturalmente como una proyección de nuestra propia mitología. Pero también pasa que el mundo globalizado está entrando en una suerte de falso sentido global. Donde nadie sabe quiénes son ni de dónde vienen, es predecible que luego la gente se ponga paranoica con sus propios vecinos. Es como un mundo con las patas para arriba.

Para nosotros es un poco al revés, porque nosotros sí estamos orgullosos de nuestros antepasados y su trasfondo, y naturalmente queremos hablar sobre ello. Entonces también pasa que cuando llegamos a otro país, nos gusta ver que esas personas también estén orgullosas de su propia cultura. Y también queremos escuchar sobre ella, comer su comida, usar algún símbolo y así. No se trata de andar llevándolas de Noruego por el mundo como si estuviéramos evangelizando a la gente y tratando de mostrarles que es la mejor manera de ser.

Somos lo que somos, pero también esperamos ponernos en contraste con el mundo para aprender algo en el proceso del contraste. Sería bueno que como humanidad volvamos a fijarnos en la belleza especial de la naturaleza heterogénea del mundo, en vez de ponernos de acuerdo para transformarnos todos simultáneamente en una película americana.

Nosotros sí estamos orgullosos de nuestros antepasados y su trasfondo, y naturalmente queremos hablar sobre ello

Sobre eso mismo, seguro que sienten la responsabilidad de luchar contra los estereotipos caricaturescos de las longevas interpretaciones hollywoodenses.

Claro que sí. Simplemente está todo mal. Todos se ven sacados de películas de Mad Max. Se ven como metaleros, todos de negro y sucios. Los vikingos solían ser tanto más solitarios como templados. Había reglas que seguir, incluso en temas como el pelo, ese era uno de sus orgullos. E incluso, entre más colores fuesen capaces de incorporar a su vestimenta, mejor.

Por eso es que amaban, por ejemplo, llegar a Estambul, que estaba llena de colores. También eran de casarse con gente de distintas culturas, pues eran lo suficientemente sabios como para considerar una buena práctica establecer ese espacio para un intercambio cultural sano y provechoso.

Los vikingos suelen ser retratados como nacionalistas, sobreprotectores, agresivos o incentivadores de la guerra, pero en realidad eran bastante más cultos que eso.

 

Hablando ya más del área que concierne exclusivamente a la música, ¿cuáles crees que son las áreas donde aún se puede seguir explorando y haciendo creativo el black metal?

Si hablamos de la naturaleza intrínsecamente libre de la creatividad, digamos que está presente desde la mismísima génesis del black metal. Desde luego que han existido malentendidos, donde algunas personas de ciertas escenas tienden a partir de la base de que existirá una reacción ortodoxa si no suenas o te ves de tal o cual forma, como si eso fuese excusa para ser duramente criticado, cuando no derechamente ser víctima de la señalización de que su música ni siquiera califica como black metal.

Hay quienes parten de la base de que hay una obligación de tener cierto tipo de valores o sonido, cuando el punto es justamente el contrario. Antes era todo más comunitario. Cuando Enslaved recién partió, era extraño pero todos los aficionados nos conocíamos, porque tampoco éramos tantos. Ponte tú, si Morbid Angel iba a tocar a Oslo, todos nos juntábamos ahí, si alguien ponía una bomba en ese lugar, se acababa esa generación del black metal noruego (risas). Por suerte no pasó.

Algo que ayudó a ganar credibilidad fue conseguir un espacio propio e identitario. Todos hacíamos black metal, pero cada uno con sus propias ocurrencias. Por ejemplo, aparecía Emperor pero ellos traían toda su onda sinfónica. O lo mismo con la crudeza de Mayhem, hicieron “De mysteriis Dom Sathanas”, que es uno de los mejores discos de la historia.

Cada uno estaba consolidando su propio espacio, no era menor lo que hacían las otras bandas. Más encima te mostraban su apoyo en acto, que no solo era agradecido, sino que también se hacía recíproco. Creo que con las actitudes de hoy, en las que la gente está tratando de ejercer como policías de los demás imponiendo sus reglas sobre como sonar o actuar, es inevitable que se termine asesinando la escena.

En honor al tiempo, ¿qué se puede esperar de la próxima presentación de Enslaved en Chile?

Tocamos ahí hace cinco años. Eso estuvo bueno. Espero que esta vez sí tengamos más tiempo para salir a caminar y conocer un poco más de Chile, sentirnos más cercanos a la cultura. En lo que se refiere al show mismo, la última vez estuvo bueno, pero incluso diría que los procesos de progresión más grandes que hemos tenido –y eso que tocamos desde 1991– nuestro crecimiento más exponencial fue desde el 2022 hasta el año presente. Entonces claro que estamos emocionados por llevar ese nivel a la gente de Chile, a quienes por cierto que les agradecemos todo su apoyo a lo largo de los años.

Muchas gracias por tiempo y tus palabras.


Enslaved se presentará el domingo 10 de noviembre en el marco del festival CL.Rock. La cita es en el Estadio Santa Laura – Universidad SEK y las entradas están disponibles en Puntoticket.

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