Escrito por Carmen Santis
Fotos por Joce Moraga
Con un repertorio que combinó clásicos inmortales y nuevos éxitos, Rata Blanca hizo vibrar Temuco en una noche donde el rock y la emoción se fusionaron. La banda argentina demostró que su conexión con el sur de Chile sigue más viva que nunca, ofreciendo un espectáculo que será recordado por sus fieles seguidores.
El pasado viernes 23 de agosto, Temuco vivió una noche épica cuando Rata Blanca, una de las leyendas del rock y el metal de Sudamérica, regresó al Gimnasio Olímpico de la Universidad de La Frontera, casi dos años después de su última presentación en el mismo escenario en agosto de 2022. La banda volvió con fuerza para encender el escenario y reafirmar su conexión profunda con el público sureño.
La ciudad, conocida por su frío invernal, se transformó en un hervidero de emociones desde que las primeras personas comenzaron a llenar la cancha y las gradas del Gimnasio. Las largas filas de seguidores, tanto para adquirir artículos relacionados con la banda como para acceder al evento, desafiaron las bajas temperaturas y fueron prueba palpable del fervor que los argentinos siguen despertando en este rincón del sur del mundo.
La noche comenzó con la electrizante presentación de Raising Hell, una banda de Temuco que ha dejado su huella en la escena local con su enérgico estilo y creatividad. Conocidos por sus presentaciones en bares y su innovadora mezcla de stand-up y rock en el recordado Hangar 18, Raising Hell preparó el terreno con maestría, conquistando al público con su potente sonido y su carisma sobre el escenario. Su actuación rindió homenaje a la influencia que bandas como Rata Blanca han tenido en las generaciones de músicos que siguen sus pasos.
El regreso de Rata Blanca al escenario
El setlist de Adrian Barilari y sus compañeros fue un viaje a través del tiempo, desde clásicos inmortales como “Mujer Amante” y “Aún estás en mis sueños”, hasta las nuevas y prometedoras “La otra cama” y “Hijos de la Tempestad”. Los espectadores, de todas las edades, corearon cada palabra, creando una atmósfera de unidad y euforia palpable en el aire.
El concierto no solo fue un espectáculo musical; fue una celebración de la historia y la persistencia de una banda que ha sabido mantenerse relevante a lo largo de las décadas. Barilari, con su característica voz y carisma, expresó la gratitud del grupo: “Empezamos una gira muy larga aquí, en Chile, y es un placer enorme que estén con nosotros durante más de 30 años”.
Tras una visita anterior que generó críticas mixtas, Killer Producciones trabajó para ofrecer una experiencia mejorada. Los comentarios negativos sobre el sonido y la producción de la visita previa fueron atendidos con un equipo técnico a la altura de la banda y su público, logrando que el sonido de Rata Blanca llegara con potencia a cada rincón del Gimnasio de la Universidad de La Frontera.
El regreso de Rata Blanca a Temuco no fue solo un concierto; fue un recordatorio de por qué siguen siendo una de las bandas más queridas y respetadas del rock latinoamericano. Con su energía desbordante y su pasión intacta, demostraron una vez más que su música es atemporal, capaz de encender los corazones de varias generaciones.
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