Reseña por Bárbara Conejero
En tiempos donde el egoísmo ha invadido nuestra sociedad y las resistencias de grupos pequeños no son tomadas en serio, el director alemán Andreas Dresen llega con De Hilde, con amor, un conmovedor drama basado en el caso real de Hilde y Hans Coppi. Un matrimonio joven que fue arrestado y ejecutado por pertenecer al grupo clandestino de resistencia antinazi Orquesta Roja, que enviaba información de las emisiones soviéticas sobre prisioneros de guerra alemanes, además de información sobre el estado del ejército alemán a Moscú, durante los años de la Segunda Guerra Mundial.
La cinta oscila entre una historia de romance y acontecimientos mucho más oscuros. Una estructura con dos líneas temporales que, si bien al principio puede dejarte un tanto perdido, por tantos saltos temporales hacia atrás y adelante, una vez que le agarras el ritmo, en parte gracias al contraste de paleta de colores, te atrapa de una manera conmovedora. Pues se nota que la intención de Dresen es que como espectador tengas una experiencia cinematográfica donde seas capaz de meterte en la cabeza y recuerdos de Hilde, porque si bien los protagonistas son Hilde (Liv Lisa Fries) y Hans (Johannes Hegemann) como pareja, el foco está en el papel que interpreta Liv Lisa Fries, una mujer que fue encarcelada cuando tenía ocho meses de embarazo y que tuvo a su bebé en prisión, lo que le permite a la actriz lucirse con una interpretación tremendamente humana que te tocara más de una fibra.
Si no conoces la historia del matrimonio Coppi te recomiendo ver esta película sin conocerla eso te permitirá mantener el suspenso.
Un retrato humano y atemporal
Una decisión interesante que hace Andreas Dresen de mano con su fiel guionista Laila Stieler es hablar de la guerra sin mostrar necesariamente la guerra. La cinta no ofrece escenarios con ambientación exagerada que puedan caer en el imaginario habitual de guerra. No vemos a los nazis con la típica imagen con la que Holywood los suele retratar. Por ejemplo, el agente que arresta a Hilde es un hombre educado que le pide permiso por estar embarazada para ponerle la mano en la barriga.
Al igual que con la ambientación, Dresden sigue la misma lógica para la construcción de sus personajes. Hans y Hilde a grandes rasgos, se ven como una pareja normal. Hilde es una chica asustadiza y frágil, pero que también posee momentos de gran coraje. Ese dinamismo, Liv Lisa Fries logra retratarlo de manera perfecta.
Johannes Hegemann, por su parte, en su papel de Hans si bien sale del foco al estar cerca de Hilde logra rescatar con sinceridad lo que significa ser un joven en un grupo de resistencia. Tanto él como Hilde y otros miembros del grupo expresan miedo e incluso dudas sobre la importancia de su trabajo. Pero eso no es motivo para rendirse, pues siguen luchando con esperanza y tenacidad.
Hay cierta anacronía en la representación de los dos bandos, que, si bien algunos critican, es en gran parte un acierto. El director destaca que quería mostrar en sus personajes a seres humanos normales a la altura de nuestros ojos.
De Hilde, con amor pone en discusión la interrogante de qué tan dispuestos estamos a sacrificar aspectos de nuestra vida personal con tal de defender nuestras creencias. La cinta demuestra que los temas que se abordan parecen seguir teniendo lugar de urgencia y relevancia a considerar. Y que la esperanza y resistencia, por más pequeña que sea, no debe perderse.
«De Hilde, con amor» forma parte de la cartelera del SANFIC que se realiza del 18 al 25 de agosto.
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