Aura BAE en Concepción: Una escalerita al cielo

Escrito por Scarlett Orellana

Fotos por Darling Escobar

Transformar el dolor en arte es una práctica bastante recurrente, sin embargo, Aura BAE lo lleva a otro plano. Uno en donde la espiritualidad y la manifestación son parte de una cura mágica para quienes escuchen su música, y que la noche de este viernes se pudo sentir más que nunca en La Bodeguita de Nicanor.

Desde la prueba de sonido ya se sentía una vibra distinta que ni el mismo cansancio del show anterior fue capaz de opacar. Y es que Aura se dio el tiempo de conversar con algunas fans previo a su presentación, siendo los abrazos, la gratitud y las risas los protagonistas de aquella instancia que se tiñó de un tono especial, ya que ese mismo día su disco “La Niña de Oro” había superado el millón de reproducciones.

Como ya se ha vuelto tradición en “Ciclo Manos”, el talento local fue el encargado de abrir la noche y estuvo a cargo de BBNYA. La artista pandemia- denominada de esta forma por ella misma- sorprendió a todos con su flow y sensualidad. Con toques de afrobeat y perreo, la cantante logró en su presentación ganarse al público a tal nivel de oír el mítico grito de “otra, otra, otra”, regresando de esta forma al escenario para regalarle un último momento a todos los presentes que agradeció con creces.

La Niña de Oro

El viaje con Aura BAE comenzó de una forma bastante acogedora gracias a la melodía acústica de “Agua”, canción que nos hizo retroceder a todos los presentes a 2020 y marcó lo que sería un recorrido por su trayectoría musical a lo que le siguieron temas como “Soltar” y “Loba”.

“Esto es para todas las cabras que transforman su mierda en oro desde el día uno por instinto”. Esas fueron las palabras que entregó Aura previo a cantar “Chillin” y fue recibido entre gritos, reacción que para entenderla basta con tan solo ver como es que conecta cantante y público al compartir o sentirse identificado con un mismo dolor. Uno que la artista confesó ya haber aceptado que es parte de ella, para así poder estar bien consigo misma y que desde una vereda del frente siendo uno un mero espectador, se nota y se siente.

Un equilibrio perfecto

Como el mismo agua, las emociones fluyeron en ese concierto bajo el mando de una guía perfecta en la materia. Si hablamos de momentos íntimos, un abrazo al corazón llegó en forma de canción con “Bendiciones”, tema que surgió a partir de una necesidad propia de la cantante de decirse o escuchar aquellas palabras. Y también hubo momento para sacar “los prohibidos” como dijo Aura con “Fina”, en donde se subieron a perrear cinco chicas que lo dieron absolutamente todo.

“Que Dios me bendiga las manos. Si magia me ha dao, magia hago” fue uno de los tantos versos que tomó un sentido más especial, ya que mientras cantaba esa parte de “La Estrella” Aura les regaló unas cadenitas a sus fans. Sellando y transmitiendo aquella bendición que la cantante siempre menciona.

De esta forma, pasada la medianoche fue concluyendo una instancia que fue mágica en todo lo que respecta la palabra gracias al calor de las velas, la danza tribal y una energía sobrecogedora que se pegaba tal y como el mismo oro.