Live Review

Carcass en Chile: Triturados en el pabellón

Escrito por Felipe León
Fotos por Andie Borie

No fue necesario bisturí para someterse a una de las intervenciones quirúrgicas más esperadas del año, pues solo bastaron un puñado de canciones con historia realizar para dicha intervención. Los especialistas encargados de tal hazaña, Carcass, oficiaron como responsables absolutos del procedimiento, comprendiendo que no había más remedio que triturar los oídos del público.

El pabellón utilizado para la ocasión fue el Teatro Caupolicán, idóneo para desplegar gigantescos mosh al son de clásicos melódicos y violentos de un death metal como ninguno. Porque no importa si ya van 4 veces en los que Chile presencia la descarga de los británicos (2008 con Paradise Lost, 2013 en Metal Fest y 2017 con Lamb of God-Heaven Shall Burn), siempre habrán ánimos para el desorden.

Pentagram: rojo como el infierno

Otro de los puntos a destacar fue la inclusión de Pentagram como acto de apertura, mítica agrupación ochentera que a estas alturas ya es de culto. En ese sentido, la presencia de los liderados por Anton llamó la atención por partida doble, pues no es tan común encontrar tantos lanzamientos en el tiempo de la banda, y mucho menos un nuevo larga duración lanzado hace solo unos días atrás, como el sólido ‘Eternal Life of Madness’.

Por lo mismo, la previa a Carcass contó con cuantiosas novedades desde el comienzo con «El Imbunche», encargada de impregnar con intensidad y un fuerte color rojo el ambiente. Es así como en medio de la oscuridad rojiza se alzaron uno tras otro, himnos sombríos y agresivos que rescatan lo mejor de su legado, ya sean nuevos como «The Portal» o antiguos tipo «Profaner». Toda una invitación al espíritu ominoso por el que apuesta el proyecto.

Ya con el lugar mucho más lleno, Pentagram derrochó una triada de canciones que apuntaron directamente al corazón del mosh, con «Possesor» haciendo gala de lo bien que se mantienen hoy, así como las memorables «Fatal Predictions» y «Demoniac Possesion».

Carcass: crudo frenesí

Tal como lo hicieron la primera y última vez en el país, Carcass se presentó en un Teatro Caupolicán ampliamente concurrido, evidenciando su estatus de astros en el mundo del metal. Bastante populares por lo demás, pues pocas son las bandas de este paradigma musical y sobre todo en sus vertientes más extremas, que mantienen una amplia concurrencia, sin pasar a tocar a espacios más pequeños. Por estos lados las ganas por verlos en vivo se mantienen.

Por supuesto que poseen una discografía muy fuerte, siendo influencia clave en el desarrollo de estilos como el death metal clásico, el melódico y por supuesto, en el universo del grindcore. Incluso hay death ‘n’ roll en su música. Lo mejor es que hay espacio en sus conciertos para toda esa amalgama de corrientes sonoras, interpretadas con una crudeza característica desde el comienzo con la magna apertura de «Buried Dreams». Seguida de la más reciente «Kelly’s Meat Emporium», que no tardó en encender los ánimos.

Sin embargo, la llegada de «Incarnated Solvent Abuse» contribuyó al caos instantáneo tanto en la cancha como en las plateas y palcos, el que fue difícil de volver a controlar en un buen rato. Se dibujaba en el espacio una conmoción profunda, atestada en cuerpos chocando y danzando con los puños en alto, en medio de relatos guturales en los que conviven una serie de lenguajes sobre enfermedades humanas, pseudomedicina, brutalidad gore, y reflexiones sobre el dolor y espíritu del ser. Los vasos a medio llenar volando sobre las cabezas, al frenesí de «This Mortal Coil», o el tándem «Tomorrow Belongs to Nobody»/»Death Certificate».

Enfermedades esenciales para el mosh

Jeff Walker, Bill Steer, Daniel Wilding y James Blackford vinieron preparados con un setlist para azotar las cabezas, donde por supuesto las novedades de ‘Torn Arteries’ (2021) acudieron al llamado. Con Dance of Ixtab (Psychopomp & Circumstance March No. 1 in B) y «The Scythe’s Remorseless Swing» funcionando de maravilla, entre medio de piezas ya aceptadas con plenitud como las del ‘Swansong’ (1996) («Black Star», «Keep On Rotting in the Free World») o Surgical Steel (2013) («316L Grade Surgical Steel»).

No obstante, la locura desatada en medio de la comunión «moshera» se entregó de lleno a la rítmica y explosiva «Corporal Jigsore Quandary», o la violenta «Ruptured in Purulence» que dio pasó a otro de los momentos más altos de la noche con «Heartwork». Es que los clásicos del ‘Necrotism…’ (1991), ‘Symphonies of Sickness’ (1989) y el propio ‘Heartwork’ (1993) carecen de una fecha de caducidad, sonando tan poderosas como en los tiempos dorados de Carcass.

En cierta forma, nunca abandonaron ese brillo que los hace tan especiales. Por ende, piezas como «Tools of the Trade» mantuvieron firme esa rabia de antaño, al igual que la sección final dedicada en exclusivo a sus momentos más goregrind con «Genital Grinder», «Pyosisified (Still Rotten to the Gore)» y «Exhume to Consume». Triturar los oídos hasta el final.


Más fotos a continuación:

Carcass

Pentagram

 

 

También puede gustarte...