Escrito por Felipe León
Fotos por Omar Yanez
Pocos nombres se pueden regodear de contar con una cantidad inmensa de clásicos, como sucede con el guitarrista y vocalista de la legendaria agrupación Grand Funk Railroad. Una responsabilidad no menor es también interpretarlos, puesto que la potencia y frescura característica de aquellas históricas piezas merece un acercamiento expresivo y genuino, para así conservar la llama misma que las alimentó en su época, y que lo sigue haciendo hace por lo menos 55 años. Para eso está Mark Farner’s American Band.
En ese sentido, la super banda que lidera hoy con 75 años, le permite brillar como lo ha hecho siempre, envuelto en una estela de culto que se condice con el carisma inmenso desplegado en cada nota, tal como ocurrió en el concierto que brindaron en el Teatro Caupolicán.
Aguaturbia: tesoro patrimonial
También son pocos los nombres que han resistido el paso del tiempo haciendo música en Chile, como sucede con Aguaturbia, que a más de 50 años de su concepción, permanecen sin agotar ni una pizca de la esencia que les caracteriza. Aquello se materializa incluso en su presencia sobre el escenario, como si de un tesoro patrimonial se tratase. Uno muy bien cuidado.
Bajo esta lógica, Carlos y Denise junto a una hábil sección rítmica (batería y bajo), congregaron una serie de momentos marcados por la química que expone cada una de las partes. A partir de cálidas y estilosas canciones que rescatan lo mejor de tradiciones como el blues rock y la psicodelia rockera, como es el caso de «Waterfall» o «Evol», marcadas por ese toque ácido característico de su florecida propuesta.
De este modo, los cantos y gritos aterrizaban sobre una instrumental atrapante, donde la guitarra ejercía un protagonismo igual de relevante, sin perder de vista su legado como Aguaturbia. Ya sea, con piezas clásicas del cancionero local como «Somebody to Love» o «Rolling and Thumblin» de su debut homónimo de 1969, pasando por el memorable ‘Volumen 2’ junto a las composiciones mencionadas en el párrafo anterior. Incluso entonando hitos recientes como «Corazón Bye Bye» o «Aún nos queda tiempo».
Las primeras chispas
Tras esta presentación, vino el turno de pasar al acto estelar de aquella noche, que tuvo a Mark Farner’s American Band como anfitriones sonando fuerte. Lo cierto, es que con tan solo arremeter en el humeante panorama que se vivía en Teatro Caupolicán, quedó en evidencia que estoy venía en serio.
Porque no hay otra forma de llevar al directo el legado de Grand Funk Railroad que con energía y potencia, dando cuenta que estas canciones sobreviven el paso del tiempo precisamente por el corazón gigante que cargan. De esta forma, las primeras chispas de «Are You Ready?», «Rock ‘N Roll Soul» y «Footstompin’ Music» generaron una especie de trance rítmico entre la gente.
Una advertencia previo al palpitar de emociones descargado en la inoxidable «Mr. Limousine Driver» y esa reliquia del rock setentero llamada «We’re an American Band», donde la fortaleza del conjunto de músicos en escena impacto el lugar. Aparte, Mark Farner con un encanto particular, iba de un lado a otro sacudiendo notas, para así musicalizar este gran encuentro de amistad y amor, y por supuesto, mucho rock.
Así, la histeria era contenida por incesantes guiños a la memoria, con otras tres protagonistas absolutas de su catálogo: «Paranoid», «Aimless Lady» y «Sin’s a Good Man’s Brother».
Mark Farner’s American Band: un monumento al rock
Se puede hacer el caso que Grand Funk Railroad tuvo una explosión creativa relevante y fulminante, que en pocos años marcó la vida de una hueste importante de fieles devotos a su música. Por ejemplo, de 1969 a 1973 lanzaron la no menor cantidad de 7 álbumes, de los cuales se desprenden una cantidad importante de clásicos como la pausada «I Can Feel Him in the Morning» proveniente de ‘Survival’ (1971), la profunda «The Railroad» aparecida en ‘We’re an American Band’ (1973) y quizás su hito máximo, «Heartbreaker», del debutante ‘On Time’ (1969).
En sintonía con aquello, Mark Farner’s American Band tradujo el espíritu primordial que compone la propuesta de culto de Grand Funk, guardando para el final una animada sección, a cargo de «Some Kind of Wonderful» y una posterior dinámica en la percusión. De este modo, la versión de «The Loco-Motion» original de Carol King para Little Eva comenzaba a sellar la noche.
La guinda de la torta, «I’m Your Captain (Closer to Home)», cerraría una velada para reforzar la alianza del público con este importante monumento al rock.
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