Por Nicolás Merino
Eduardo Gatti es considerado hoy un prócer de la música chilena por partida doble: tanto por su trabajo solista como aquel de la celebrada banda Los Blops. A sus 74 años, sigue activo y sin ceder a ninguna clase de obsolescencia. Esta entrevista nace a partir de su presentación programada para el próximo 12 de abril en el Teatro Caupolicán en compañía de Los Jaivas e Inti Illimani. En esta oportunidad, repasó más de una faceta de su carrera y aportó su perspectiva sobre el panorama actual de la industria y su lugar en ella.
Considerando tanto edad como la trayectoria, ¿en qué etapa de su carrera se consideraría usted?
Indudablemente, el tiempo te pasa la cuenta de todas maneras, o sea, digamos que al menos uno se cansa un poco más, pero al menos no he tenido problemas con las actuaciones mismas, gracias a Dios, así que he podido seguir con eso y con mucha actividad. Además, yo pensaba que a esta edad iba a trabajar un poco menos, pero la verdad es que estoy trabajando más que nunca. Me encanta. Me gusta viajar, me gusta actuar, así que en ese sentido me siento muy realizado. Digamos, de poder a esta edad – a la que la mayoría de la gente está jubilada hace rato- poder seguir haciendo lo que me gusta. Eso es lo más importante. Yo creo que cuando tú haces lo que te gusta, eso de alguna forma te mantiene. Te mantiene en buen estado porque sigue siendo la misma pasión, por supuesto.
Sería interesante hablar de Los Blops. Hoy la obra más celebrada de la banda es Locomotora; es decir, la etapa instrumental y más técnica, cómo compatibilizaba usted esa búsqueda artística con aquella con la que la gente a usted generalmente lo identifica y que es, además, la de los primeros discos de los blogs; más inclinada hacia la balada? A lo largo de los años no ha tenido intenciones de volver a explorar esos sonidos?
Mira, hace poquito hicimos una actuación con el grupo Matorral en el GAM, en donde montamos tres temas de Los Blogs, justamente del álbum Locomotora. Yo sigo tocando guitarra eléctrica igual, pero no tanto en público, sino que… bueno, en todos mis discos he hecho la mayoría de las guitarras eléctricas. Sigo tocando en la casa siempre, o sea, se podría decir que estoy siempre preparado. Pero claro, obviamente mi carrera solista la he basado más bien en lo que es la balada, pero eso no quita que, en algún momento, si me planteo algún tipo de inquietud o proyecto, voy. Estoy totalmente abierto a pensarlo
¿Han existido intenciones?
Si las he tenido, lo que pasa es que implicaría trabajar con grupos. Estamos explorando la posibilidad trabajar con grupos este año. Eso igual significaría enriquecer de alguna forma las canciones mías, que la mayoría son baladas, pero que ahora también tendrían ciertos elementos un poco de lo que tú estás hablando; de Locomotora o qué sé yo. Estamos explorando esa posibilidad porque trabajar en grupo en Chile es bien complicado. Los costos son en general muy altos, todo lo que es traslado, alojamiento, comida, en fin. Entonces para hacer una gira realmente hay que sacar muy bien los números, para que con eso todo el mundo quede contento.
Así que estamos en eso, no sé si lo vamos a concretar este año, pero estamos en reuniones previas.
Sería interesante escucharlo a usted sobre cómo está la industria actualmente, considerando que muchos artistas otros artistas chilenos de menor alcance, disposición o recursos reclaman lo mismo que usted.
Lo que pasa es que claro, o sea, yo puedo vivir de la música hoy. Ya no sobrevivo, digamos, como hace no mucho; hablemos de diez o quince años atrás que puedo vivir de la música, pero eso no significa que yo sea una persona rica. Tengo recursos súper limitados. Unos ahorros con los que la gente realmente se moriría de la risa. Pasa que los artistas en Chile tienen un mercado muy chiquitito, entonces no es tampoco una cosa como en Estados Unidos, que son dueños de bienes raíces y ese tipo de cosas. Bueno, yo tengo lo que lo que he ido trabajando toda mi vida, pero eso también es frágil. Nosotros siempre vivimos un poquito como en una cuerda floja. Nos pasa cualquier cosa y se nos pone muy cuesta arriba el asunto. Por eso hay que pensar muy bien las cosas, porque no es llegar y que uno disponga de recursos como para decir “ah, me voy a dar el lujo de hacer una gira, me vaya bien o mal, porque tengo plata para para financiarlo”. No es el caso.
¿Qué se puede hacer para mejorar esa situación, sea en términos legales, culturales o de industria?
Yo creo que en términos legales es bien poco lo que se puede hacer. Hubo un intento de la SCD con el 20% de la música chilena en radio, pero esa ley hecha la trampa, o sea, siempre sucede eso, entonces la música chilena la tocan, no sé, a las tres de la mañana y no tiene ninguna influencia.
Yo creo que hay un gran problema que tenemos en Chile y es que tenemos una idiosincrasia muy particular. Siempre estamos mirando para afuera, al contrario de los argentinos, de los brasileños o incluso de los peruanos. Eso pasa la cuenta, Si tú escuchas, por ejemplo, la FM, te das cuenta que la mayoría está tocando exactamente lo mismo que tocaban hace 30 años. No hay creatividad, antes el programador de una radio era el personaje creativo. Hoy día el programador más bien lo que hace es poner lo que le mandan; un poco desde los sellos o las referencias de la gente. Si te fijas es como en el caso de Boeing, ¿no es cierto? Los gerentes se tomaron la industria y mira el resultado.
O sea que en realidad pasa por un problema cultural.
Si, uno muy fuerte. Imagínate que el folklore solamente se escucha el 18 y 19 de septiembre, entonces es raro.
Luego de tantos años; ¿siente que se ha construido una narrativa que lo ha desplazado a usted -tanto en su carrera solista como con Los Blops- a ser parte de un folklore medio perdido o estereotípico para el imaginario chileno? ¿O cree que es una barrera superada?
Mira, yo fui un bicho raro muchos años para todos los medios. Lo que pasa es que hubo gente que creyó en mí y tuve mucha suerte en eso, pero la verdad es que me costó mucho. Me decían que mi música no se entendía o que era elitista, en fin. Y claro, la música tiene un poco de todo, o sea, no puedes decir la música de Gatti es folklórica; no es folklórica, pero tiene folklore, tiene la influencia de la Violeta sin duda. Tampoco es rock puro, pero tiene rock también. O sea, de todo un poco; música clásica también, son todas las cosas que se fueron incluyendo en mi vida desde chico, desde los nueve años y que fue cuando decidí ser músico.
Siendo usted un artista decididamente perfilado como político, ¿qué sensaciones siente como artista frente al panorama político actual?
Está difícil. Está tan enredado el panorama con tantas crisis que ya como que nos estamos acostumbrando un poco. Sobre todo crisis de instituciones. Yo creo que mientras esas instituciones estén en crisis, esto va a estar muy revuelto durante mucho rato. Si las instituciones están en crisis, entonces es muy difícil construir lo que sea, desde un edificio a construir acuerdos, a construir… en fin, una sociedad relativamente sana.
En este momento están más bien predominando las ideologías, tanto de derecha como de izquierda, pero no el pragmatismo, y falta darse cuenta de que en el fondo lo que pagamos el pato al final somos los ciudadanos, no hasta que no se pongan de acuerdo las estrellas. Entonces creo que en eso estamos: en un proceso muy crítico y muy difícil.
¿Qué rol pueden tomar los artistas en este contexto?
No es mucho lo que podemos hacer aquí. O sea, yo creo que los artistas en Chile no tenemos ninguna influencia. Esa es la verdad. Nosotros tenemos un público que nos sigue, un público que nos escucha y con el cual dialogamos de alguna forma con nuestras canciones. Pero de ahí a tener una influencia en lo que está pasando, la verdad que creo que es muy poca.
¿Alguna vez si?
Quizás en el tiempo de la Unidad Popular. Ahí si hubo algo, como que la música se puso al servicio de una ideología. A lo mejor ahí sí hubo cierta influencia. Porque en ese tiempo era como una cosa de que iba todo junto, era como todo en una especie de bloque, no un bloque particularmente político o artístico, en fin. Pero no creo que eso se vuelva a dar porque fue un fenómeno muy curioso y muy chileno. Eso no se ha dado casi en ninguna otra parte del mundo.
Yo creo que lo más que uno puede pretender es hacer es una compañía, un bálsamo, un fin para las personas que te escuchan, y eso es lo que yo trato de hacer en mis canciones. Una experiencia más íntima que colectiva.
¿Qué sensibilidades tiene interés en explorar, pensando en un hipotético disco en mente?
Estoy escuchando harta música. Siempre estoy escuchando cosas distintas. Ahora he estado muy metido en la música africana, que me encanta; artistas de Zimbawe, Sudáfrica o Malí. Y no sé qué resultado puede tener. He estado trabajando en esas canciones, o sea, como sacando algunas cosas porque tienen una técnica maravillosa y muy particular, además no es fácil, la verdad. Así que he estado trabajando en eso, pero no tengo idea de para dónde va a chutear esa cuestión. Estoy en contacto con un músico africano también, que vive en Londres, y estamos conversando, así que vamos a ver, pueden pasar cosas. Estoy componiendo también, pero a un paso mucho menor que cuando era joven. Estoy sacando canciones de a una, no pretendo buscar el CD porque la verdad es que hoy día sacar diez canciones de un paraguazo no tiene mucho mucho sentido, porque no entran ni siquiera en la radio. hay gente que ahora que es como una una razón para tocar en vivo más que un disco en sí mismo. Sí, sí, bueno, en ese sentido yo tengo cierta ventaja porque he hecho toda mi carrera en vivo.
¿Qué se puede esperar para el concierto con Los Jaivas e Inti-Illimani?
Bueno, será un público un público muy transversal el que va a ir. Seguramente habrá mucha gente que irá a ver a otros grupos, y a nosotros también, así que yo creo que se van a encontrar con una bonita sorpresa porque vamos a tocar a dos guitarras no más. Voy con el Manu que me acompaña en la guitarra y sin batería, sin teclado, sin nada. Entonces vamos a hacer un poquito como algo distinto, porque los otros grupos, digamos, todos suenan grandes. Lo nuestro, a pesar de que es chiquitito, lo logramos hacer sonar bien grande. Yo creo que a la gente le va a gustar porque lo hacemos de forma muy interesante. Un verdadero tejido,ya hemos tenido muy buenos resultados. Hemos estado en festivales grandes y ha sido súper exitoso.
El concierto de Los Jaivas, Eduardo Gatti e Inti Illimani tiene fecha programada para el próximo 12 de abril. La cita es en el Teatro Caupolicán y las entradas todavía pueden conseguirse vía PuntoTicket.