Escrito por Felipe León
Como se titula una canción de Eterna Inocencia: Las distancias son nada, a veces. De algún modo, esta frase se puede atribuir a la carrera misma de una banda argentina, que pese a las distancias geográficas, siempre está ahí. Ya sea girando por Chile dando cuantos, ¿10? ¿20? ¿50 conciertos? Pero más importante aún, con discos que han resistido el paso del tiempo precisamente porque son resistencia pura.
Obras como ‘Días tristes’, ‘…A los que se han apagado’, o ‘Las Palabras y los Ríos’, han dejado una huella profunda en distintas generaciones de personas, que se ven atraídas por estas canciones emocionales y realistas. Las que funcionan como un gran consuelo frente a las injusticias y miserias de la vida. A la vez, un impulso de esperanza que hace valorar a la gente más cercana.
Por lo mismo, lejos de ser algo pasajero, la conexión que genera Eterna Inocencia es imperecedera. Tanto como las ganas de verlos una y otra vez. Y qué mejor que encontrarse con sus clásicas obras este 24 de febrero en el Teatro Coliseo.
Revisa nuestra reseña con su paso por Concepción y Santiago el 2023.
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