Escrito por Felipe Oyarzún
Fotos por Paola Andrade Sanchez
El fervor de la nostalgia solo podía verse aplacado por el objeto de su deseo. Ni las suaves melodías de Peter Gabriel, que antecedieron el concierto, pudieron silenciar los silbidos motivados por 11 años de espera. Eran las 20:13 horas del 17 de enero en la Arena Puerto Montt, y el público solo deseaba una cosa: reencontrarse con Los Bunkers.
La ansiedad era general. Los veteranos seguidores de la banda, emperifollados con poleras de viejos discos que validaban su insolencia, abucheaban ante la llegada de cada anónimo sonidista que retrasaba la llegada de los hermanos López, los hermanos Durán y de Basualto. Solo los más jóvenes, los niños y adolescentes, se entregaban en religiosa espera. Después de todo, los conocían por ya viejas grabaciones que habían visto en YouTube o en la televisión en algún especial del Festival de Viña del Mar. La posibilidad de verlos en vivo era una idea necia que bullía con cada nueva reproducción.
El comienzo de Los Bunkers en Puerto Montt
Sin embargo, solo bastó un segundo para que los recuerdos, el humo y los silbidos se disiparan entre los gritos salvajes que inundaron todo el estadio. Eran las 20:14 horas, y las canciones entonadas en los oídos de la memoria se transformaron en clamores de violencia contenida, generados por el entusiasmo que desconoce la moderación. La entrada de Álvaro López, Gonzalo López, Francisco Durán, Mauricio Durán y Mauricio Basualto marcó el anhelado retorno de Los Bunkers al escenario más importante de Puerto Montt. Aquel que habían pisado por última vez el 15 de febrero de 2013 en el Festival Sentados Frente al Mar.
Las notas de «Miño», los vítores del público y la imponente presencia de más de 20 años de experiencia llenaron el escenario, escuetamente decorado por una bola de discoteca. No se necesitaba nada más, solo romper el pudor inicial que implica un reencuentro. La banda oriunda de Concepción supo conectar con su audiencia, comenzando su espectáculo con cinco canciones emblemáticas de la década de los 2000 en Chile: «Miéntele», «Te vistes y te vas», «Yo sembré mis penas de amor en tu jardín» y «Una nube cuelga sobre mí» lograron cautivar al público.
Una banda de distintas etapas
El sonido del nuevo disco, motivo central de la reunión de la banda penquista y parte esencial de la gira «Ven aquí», resonaría a las 20:37 horas con la interpretación de «Diamante Negro». El público, aún no familiarizado del todo con las nuevas canciones, mostró su apoyo prendiendo las luces de sus teléfonos celulares y alzando las manos. Los más jóvenes fueron quienes establecieron una conexión más directa con el nuevo material, manifestando un entusiasmo notable al entonar las nuevas canciones.
Asimismo, Silvio Rodríguez, el músico cubano, se hizo presente cuando Los Bunkers le rindieron homenaje a través de cuatro covers, canciones que oficializaron en su disco “Música libre”, lanzado en 2010. Las canciones entonadas fueron “Quien fuera”, “Ángel para un final”, “Pequeña serenata diurna” y “El necio”, logrando que el público tímido se uniera al coro masivo y al entusiasmo generalizado.
A las 21:20 horas, Los Bunkers se disponían a tocar la primera canción de uno de sus discos más apreciados por sus seguidores, «La culpa» de 2003. La primera canción de ese álbum que interpretaron fue «La exiliada del sur», una canción que Paulina Cedes y Zarita Godoy ansiaban escuchar, ya que fue gracias a este LP que descubrieron a Los Bunkers. Las dos amigas, originarias de Coyhaique, viajaron hasta Puerto Montt para reunirse y disfrutar de uno de sus grupos favoritos. La vida las había distanciado debido a compromisos laborales; una vivía en Temuco y la otra se había quedado en su ciudad natal. Sin embargo, no pudieron contener la emoción de volver a encontrarse y presenciar a la banda que conocieron hace 20 años en el Festival de Aniversario de Puerto Aysén, celebrado en 2004.
El último capítulo del regreso de Los Bunkers
Uno de los momentos culminantes llegó a las 22:00 con las interpretaciones de «Bailando solo» y «Ven aquí». La primera canción fue uno de los sencillos lanzados en el verano de 2013, y que tocaron como preámbulo del disco “La velocidad de la luz” en 2013 durante el festival Sentados Frente al Mar, la última vez que habían visitado la ciudad. Si ya en esa ocasión se cantaba con fuerza, esta vez, pasados 10 años y siendo un tema consagrado, el público puertomontino desgarró sus gargantas para rendir honor al reencuentro. La segunda, es uno de los himnos de la agrupación que lleva 19 años en el inconsciente colectivo de todo Chile.
Después del bis y ante las fervorosas solicitudes para que Los Bunkers regresaran al escenario, cerraron con broche de oro interpretando “Noviembre”, “Canción para mañana”, “No me hables de sufrir”, “El necio” y “Llueve sobre la ciudad”. El concierto concluyó a las 22:34. Tras dos horas y media de actuación, la banda logró reconciliarse con el paso del tiempo, y la lluvia del puerto austral consagró su regreso.
La agrupación sigue recorriendo distintas ciudades del país en su gira ‘Ven Aquí’, para la cual aún hay entradas disponibles.
Además, revisa lo que dijimos de su paso por el Estadio Fiscal de Talca.
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