Fotos por Sebastián Carrillo
Una larga espera que valdría la pena para muchos románticos. En vísperas de una noche calurosa, Luciano Pereyra presentó un espectáculo de primer nivel en el recinto de las grandes estrellas. En que se concreta el recuerdo de un público vecino y fiel. La llegada del trasandino que cumple con su digna categoría como el artista más influyente de los últimos tiempos. Mismo que dejó «Hasta El Alma» en un Movistar Arena expectante.
Primeros pasos
La cita con Chile inició con la voz dulce de Karla Grunewaldr. Más allá de que el recinto no presentó una cantidad considerable de asistentes, no evitó que la cantante nacional entregara lo mejor. «Cegando a la Razón» y «Deseo Oculto», fueron algunos de los tracks que se interpretaron aquella noche romántica. Algo corto pero preciso para cautivar a quienes no la tenían en radar.
Rondando las 21:10 horas, el recinto ya estallaba con bullicios. El retraso de unos minutos provocó la verdadera energía de un público eufórico. Finalmente la intro comenzó, una delicadeza expectante con visuales de gran producción. Luces, sonido y banda, todos conectados bajo el hilo conductor de la calidad.
Fue con esto en que el trasandino hacía su aparición con «Si te vas», y para sorpresa de muchos, el griterío fue ensordecedor. Como una oda a los fans. Pereyra interpretó «Fanático», canción dedicada a quienes lo han acompañado desde un principio… sus fans. Usualmente, las pantallas se ilustran elementos de gran complejidad para acompañar cada hit. Pero fue en este momento en que se fue lanzando una serie de fotografías que las personas se han sacado con él. En hoteles, a las afueras de un restaurante o simplemente por la calle. Prácticamente una postal o regalo para ellos… a lo que estuvieron ahí desde los inicios.
Luciano Pereyra es un agradecido
Simplemente hermoso. Tanto la presencia misma del argentino junto a la del público, dejó en vista la buena fidelidad y cariño. Hubo un instante en que el artista tomó su guitarra y tocó los acordes de «Chaupi Corazón». Y en una intención de hermandad, a su espalda lo acompañó una flameante bandera Argentina, para luego proyectarse la de Chile. Palmas al ritmo de la canción, un emocionante instante que quedará en el recuerdo de los miles de conciertos que albergó el Movistar Arena.
La noche siguió avanzando. Donde los sentimientos aparentaban a una flor de piel con cada letra que se entonaba, no hubo trato para descansar la voz. Más allá del romanticismo en su música, el setlist estuvo preparado con todo un mix para bailar a ritmos movidos. Un vaivén de emociones que generó la buena vibra. En la que Luciano se dirigió con buenas palabras hacia el público.
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