Blind Guardian
Live Review

Blind Guardian en Chile: La importancia de contar historias

Escrito por Nicolás Merino
Fotos por Juan Manuel Hernández

Hay espacios del lenguaje a los que solo se puede llegar con las herramientas que ofrecen esas conjugaciones. Además, hay experiencias que no vale la pena intentar acomodarlas con la redacción más neutral posible. ¿A quién se supone que estamos engañando? El que fue al concierto es uno y el que está escribiendo también es uno. Si me tomó todas las distancias formales no podría, por ejemplo, partir diciendo que lo de Blind Guardian ayer fue uno de los mejores conciertos del año. Corta.

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Público powermetalero

Chile es muchas cosas como público. Una de ellas, powermetalero. Hay que estar en contacto con fanáticos para darse cuenta de que existe un tipo de metalero que siente esa conexión de forma muy particular. Una relación muy de fanático que se siente comprometido emocionalmente. Y por supuesto que, haciéndome responsable de los estereotipos adheridos, una relación de nerdeo. Para qué lo vamos a negar.

Este tipo de cosas se sienten en el ambiente. Se sienten en la pinta, en la forma de expresarse, en los temas de conversación. Se sienten en el hecho de que, como parte de la venta callejera afuera del Caupolicán y al lado de los cientos de poleras típicas, alguien estuviese vendiendo libros de J. R. R. Tolkien como si fuese lo más normal del mundo.

A esto sumemosle que Blind Guardian es de las bandas más entry-level del género. Es una banda súper popular. Fuera del monstruo comercial que es Helloween, seguramente no se pueda negar que las que siguen a nivel de convocatoria son Blind Guardian y Stratovarius, al menos en Chile. Por eso sube no solo la expectativa, sino también esa idea de que nos estamos enfrentando a algo grande. A una cita histórica. Además que no venían desde el 2015.

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Enigma previo a la aperturta del telón

Se abren las puertas, entran varios y al rato sale Enigma al escenario. Una banda chilena de heavy metal que lleva más de treinta años tocando (increíble). Generalmente es reconocida por ser “la banda de Álvaro Paci”, el periodista de Mega. Iban y venían canciones, algunas más viejas, otras más nuevas. Pero en general se mantenía una tónica estética y enérgica, a ratos faltó un poco de dinamismo. Pero sonaron bien, afiatados y el show estuvo lejos de ser un desperdicio o una mala presentación.

Pasa un rato y el Teatro Caupolicán estaba a cuatro quintos de su capacidad. Era suficiente. Estaban los precisos. Blind Guardian salió a la escena con «Imaginations From The Other Side», el clásico que abre el disco de ese mismo nombre. Tema súper coreable, perfecto para partir. En una declaración de principios sobre su estilo, Kürschse queda ahí parado hablándole al micrófono. No hay ninguna teatralidad o mística en la forma de desplegar las canciones. Estas cosas son muestras de calidez.

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Blind Guardian: Compromiso metafísico con su arte

Pasa que es normal que se pongan en tela de juicio algunas perspectivas sobre una banda al momento de verla en vivo. Es complicado intentar afirmar que son mejores o peores por su desempeño en vivo. Pero si es interesante cómo puede cambiar la perspectiva sobre la intención de algunas canciones, o de la propuesta de la banda en general.

La honestidad y templanza con la que se abordaban las letras y el imaginario, daba la impresión de que toda la “parte metal” de la banda siempre fue una cuestión incidental. Era tal el nivel de compromiso con la propuesta estética antes que con la parte masturbatoria de desplegarse musicalmente, que por lo menos daba para cuestionarse qué es exactamente lo que hna querido decir todas estas décadas. Más sumándose todo lo expresado fuera de las canciones.

No es que Blind Guardian no sea una banda absurdamente importante para su género. Es que ese compromiso metafísico con su arte (el mismo que adopta quien escucha a la banda desde afuera) parece superar incluso todas las virtudes insignes en su estilo y carrera.

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Sensibilidad a cada época del power metal

Aún así, haciendo un poco de historia, la banda siempre adoptó una sensibilidad muy acorde a lo que se hacía en el power metal, según la época en la que estuvieran publicando. De hecho, ayer no pudo haber quedado más claro cuando se sacaron sus temas del disco debut Batallions Of Fear (1988) o «Valhalla» del Follow The Blind (1989). Lo primero que salta es la intensidad del speed metal subyacente, muchas veces auscente en todo lo que hicieron después. Además, el clima del teatro era prácticamente el mismo que tendría con una banda de thrash metal.

Volviendo al concierto mismo, pasamos a «Blood Of The Elves», del último disco. La gira que trae a la banda es la del álbum que publicaron el año pasado, The God Machine. Un disco que sale tremendamente victorioso frente a cualquier revisión o contraste con las expectativas que sea. Se sintió como un clásico. Ese tema en particular está muy bien trabajado, la gente respondió con una naturalidad digna de cualquier otro clásico de la banda.

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Los momentos altos de Blind Guardian

Avanzamos con la primera canción en salir desde la obra maestra titulada Nightfall In Middle-Earth (1998), ese acierto artístico en el que la banda adaptó una parte de la colección de J. R. R. Tolkien, The Silmarillion (1977). El tema en cuestión fue «Nightfall». Alto momento de la noche. Luego otro clásico, ‘Script For My Requiem’, una de las rápidas. El público igual se demoró en decidirse si iban a moshear o no. O cómo lo harían. Entre que la cancha igual no estaba totalmente llena y que el tipo de música tampoco lo incitaba tanto, existió una reacción algo extraña y que denostaba incomodidad en algunos de los asistentes. Se solucionó, pero se demoró.

Otra de las nuevas y llegamos al primer momento acústico, con una de las canciones más conocidas de la banda, ‘Skalds And Shadows’. Volvemos al Nightfall con «Time Stand Still (At the Iron Hill)». Otra de las nuevas y de vuelta al set acústico, ahora con ‘The Bard’s Song’, que fue, a pedido de la banda, ampliamente cantada por todo el teatro. Otro de los momentos altos.

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En el texto no se puede recrear lo grandioso de toda experiencia que se está describiendo. Había que estar ahí. Incluso los comentarios que denuncian ciertas extrañezas en el público, o esa falta de teatralidad, o esos constantes cambios de estilos que podrían hacer parecer la experiencia algo irregular, en realidad son solo detalles que le dan sabor a una gran experiencia. Este fue un concierto de primer nivel, por si no ha quedado claro. De los mejores del año y no solo en cuanto a metal.

Dos clásicos más y al cierre falso. «Majesty» y «Traveler In Time». Una muy antigua y otra que aunque también es muy antigua, no lo es tanto como para tener esa agresividad del álbum debut de la banda. Para este punto, entre los comentarios positivos de la banda y su notoria emoción, además de haber agarrado confianza, el Caupolicán tenía una ni que fiesta armada en la cancha. Mucho mosh y sobre todo, mucha energía, además que parecía que la banda estaba llamando esta unión impenetrable producida por la interpretación de innegables clásicos.

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Bis

El bis fue pura calada. Comenzó con la gloria de la introducción instrumental de «Sacred Worlds» para luego perderse en esa brutal canción. Le siguió «Lord Of The Rings», tema que tiene múltiples versiones. Está la original y una íntegramente acústica. Blind Guardian, en un desafío técnico al menos considerable, tocó una suerte de versión híbrida. La gente estaba feliz cantando y saltando. Mal que mal, sigue siendo una de sus canciones más populares.

Pasamos a un lindo momento con la inclusión de «Run For The Night», una de las antiguas. En el marco de la actual gira, esta canción solo fue interpretada en Chile. Pasa que el 2015, cuando vinieron por última vez, el público se quedó pidiéndola. Por supuesto que para una banda de metal no es llegar y tocar cualquier cosa, tiene que haber todo un ensayo y una preparación técnica para que suene bien. Pero lo hicieron, nos dieron este regalo. La banda incluso pidió disculpas por adelantado antes de tocarla, por si había algún desorden en la interpretación. Es la primera vez que la tocan en vivo desde el 2003. Se notó un poco la dispersión

Luego siguió otra de las antiguas, pero también una de las más populares y esperadas, «Valhalla». Mucho mosh y gente gritando la letra a todo pulmón. Fue esta misma la tónica que se mantuvo para «Mirror Mirror», una de las únicas tres que tocaron del Nightfall y la última de la noche. Se logró incorporar la armonía del teclado para darle todos los colores de los arreglos de la versión original. Salió una interpretación acelerada y hermosa. Uno de los momentos altos de la noche y un cierre genuinamente inmejorable.

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No hay mucho que concluir. Se trató de uno de los mejores conciertos de metal este año y seguramente se mantenga así durante las seis semanas que quedan. Debería estar en cualquier lista que se precie. Lo único que queda es intentar superar tan excelsa experiencia, y bueno, esperar a que Blind Guardian vuelva, ojalá que en otro Caupolicán lleno. Joder, esto si es música en vivo.


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