Escrito por Hernán Carrasco
Fotos por Nicolás Rosales M.
Un caso similar a lo que ocurrió con la legendaria agrupación Pánico -que también se presentó en esta versión «llovida» del REC-, pasó con esta querida banda penquista que, sin duda, trascendió en el colectivo indie rock de la última década. Si, Mantarraya se presentó en la jornada del domingo del REC, dándonos un festín de canciones que, simplemente, volaron como nunca.
Si bien se sabía de antemano que fue una banda elegida por el público dada la campaña «Programamos Juntxs», el regreso a los escenarios fue anunciado con bombo y platillo. Un poco de esa pizca de sonoridad que rememora los cánones más Neo-Psicodélicos del Indie Rock, que fue como un señuelo para vivir con nostalgia el décimo aniversario del Costa Esqueleto, aquel agraciado disco del 2013 que dejó en la retina musical independiente chilena a Mantarraya.
Y si, que la potencia con que tocaron canciones como «Darwin» del anteriormente referido o “Ciencia Natural” y «Matemáticas» de su EP homónimo del año 2011, hizo que el público experimentara una verdadera explosión de emociones. El REC se llenó de energía con cada acorde, recordándonos por qué Mantarraya se convirtió en un pilar del indie rock chileno. La comunión entre la banda y su fiel audiencia fue palpable, y cada nota, cada letra, se convirtió en un testimonio de la influencia perdurable de su música en la escena local. Sin duda, este regreso triunfal dejó a todos los presentes con un cálido sentimiento de gratitud.
La fiel fanaticada penquista, no dudó en corear cada una de sus canciones. Pues Mantarraya parece ser una de esas bandas insignes de la región. En el REC se vio que la vivieron con frenesí y actitud. Hoy por hoy, un sexteto consolidado en su vuelta a los escenarios, Mantarraya se presenta como un faro resplandeciente e imperecedero en el horizonte musical del sur de Chile. Su actuación en el REC fue una prueba irrefutable de su estatus como una banda icónica que ha resistido la prueba del tiempo y las vicisitudes de la industria musical.
Cada track del setlist confeccionaba un parón por su corta discografía. Canciones que sonaron desde el mismo Pornografía (2017) como “Monstruos” o “Carrusel” y “Marcha Imperial” detonaban el espectacular sonido tan bombástico como psicodélico. Las lineas de bajo y las baterías sonaron como nunca, y es que la puesta en escena de Mantarraya parecía imperecedera, lleno de vitalidad juvenil.
El fervor y la actitud con la que fueron recibidos son una clara muestra de su arraigado lugar en los corazones de los seguidores locales y una señal de que su legado perdurará, aún con hiatus o largas esperas venideras. Mantarraya parece perdurar, y quien sabe, si no se sacan algo nuevo.
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