Escrito por Felipe León
Fotos por Pedro Aceituno para Transistor
El regreso de Pánico este 2023 se sintió diferente al prototipo de lo que suelen ser los retornos de bandas históricas, de culto, etc. Tras cada show, tanto en Lollapalooza Chile como en el Teatro Coliseo o Trotamundos de Quilpué, existía una intención que de algún modo, le daba aún mayor transparencia a lo que el grupo quería hacer. Disfrutar. Pero también reencontrarse, volver a encenderse o habitar ese especial lugar que posee la banda en el imaginario popular local. O como pasó el jueves 26 de octubre con el reestreno de Subliminal Kill.
Pero si somos justos, convengamos que la magia nunca se fue. Y eso muy bien lo constató el eufórico concierto que brindó la banda en la Sala Metrónomo, donde la melódica distorsión de sus canciones se abrazó con el clamor del público, en un encuentro de lo más acalorado.
Subliminal Kill: Baile y tensión
Porque volver a encontrarse con el grupo es al mismo tiempo una mirada al pasado. A esos emblemáticos hitos que con tanto atino y curiosidad, marcaron tendencia, a su propia manera. Al estilo Pánico. Tal es el caso de un Subliminal Kill (2005) que a casi 20 años de su aparición, sigue sonando electrizante y experimental. Y con motivo de su nuevo lanzamiento en vinilo, se armó la fiesta.
Una que se encargó de transportar un pedacito de memoria musical, tanto de los años noventa como de los dosmiles, a un 2023 que entiende bastante bien el colorido impulso de la banda. Por lo mismo, no fue extraño ver una audiencia de distintos rangos etarios, reunidos en pos de saltar, cantar y desatarse un poquito de la vida, gracias a un cancionero extenso y salvaje.
Subliminal celebración
Las revueltas de entrada que generaron canciones como «Telephone Dilemma» y «Anfetaminado» marcarían la pauta de lo que vendría durante todo el show. Bailable panorama para poner el local a sudar, pues el calor fue evidente en todo momento. Tampoco es que importara, pero esa imagen de gente empapada celebrando con estos valiosos pedazos de historia musicalizados por Pánico, resulta por lo bajo, llamativa.
Toda una comunión que mantuvo esta celebración del Subliminal Kill rebozante de vitalidad. He ahí otras piezas de aquel bombazo a la pista de baile, que si bien no sería tocado en su totalidad, si dispondría de sus canciones más recordadas. En ese sentido, la interpretación de «Que pasa wey» y el hitazo «Transpíralo», o incluso «Santiago Song» ya para el final, dejaría en evidencia lo bien que envejecieron estos temas.
Expansión y rebelión
Pero claro, en medio del principio y final, también hubo un amplio espacio para sencillamente tocar. Bajo esa lógica, canciones como «No me digas que no si quieres decirme que sí», «Futbol», «Demasiada Confusión» y la icónica «Miss Intoxic llega a la disco» sonaron frescas y estimulantes. Traer un poco de esa locura juvenil y dejarla caer sobre el escenario, es una especialidad que Pánico pareciera cada día comprender más.
En ese sentido, la experiencia de su otro proyecto Nova Materia, al igual que la brindada por discos como Kick con temas como «Reverberation Mambo», les permite jugar bastante bien con la tensión. Con la expectación a lo que cada integrante puede hacer por sí mismo, y en conjunto, siendo este un atractivo más expansivo y de búsqueda, dentro de un cóctel mucho más punk en su indie rock. Otros temas dentro de esta mirada como «El Karate Es Una Cosa Del Espíritu», «Guadalupe» o «Lupita» refuerzan ese espíritu de ir más allá.
Una noche de sudor en la Sala Metrónomo donde Subliminal Kill tuvo su merecido reestreno. Y obvio, junto con este muchas golosinas musicales más por probar. Una y otra vez.