Live Review

AURORA en Lollapalooza Chile: La belleza de sanar

Escrito por Hernán Carrasco
Fotos por Nicolás Rosales M.

 

Es evidente la tremenda recepción que tuvo el show de Aurora Aksnes el día sábado 18 de Marzo del reciente Lollapalooza Chile. La artista noruega sumó su tercera presentación en nuestro país, siendo su segunda venida a un show festivalero tras 5 años en el marco del Lollapalooza 2018 y un show en solitario en La Cúpula el año 2019. Y es que la interprete oriunda de Stavanger enamoró a una audiencia mucho más abultada que las versiones anteriores.

Corría ya cerca de las 18:15 horas, con el incandescente sol enemigo de la jornada de fin de semana. Suenan las voces angelicales de “Forbidden Fruits of Eden” –intro también de su último LP The Gods We Can Touch del pasado año– dando comienzo al espectáculo: AURORA sale con un grupo de músicos y bailarines para interpretar la tremenda “Heathens”, cautivando a una audiencia abultada. 

La experiencia fue sublime por decirlo menos, el show que monta AURORA en el escenario corre con una emotividad y expresividad angelical como nos tiene acostumbrados, lleno de simbolismos mágicos, una performance celestial que convive entre lo hipnótico y surreal del bosque escandinavo con un alternative pop exquisito, muy melódico y “oreja” también. La conexión que tuvo con el público fue muy interesante, desde la felicidad que desbordaba la propia artista hasta momentos muy emotivos con el público como en “Runaway” –canción que hizo a los 12 años– donde la gente coreó el track de principio a fin, emocionando a la propia artista.

El show se dibujó en temas de su último disco como “Blood in the Wine”, “Exist for Love” y la viral “Cure for Me” donde aprovechó de bailar el conocido baile con el grupo de bailarines. También sonaron distintas canciones ya más clásicas del repertorio como “All Is Soft Inside”, “Churchyard” y “Queendom” o los temas con mensajes poderosos como “The River” y “The Seed” del A Different Kind of Human: Step 2.

Es cautivante ver el desarrollo de la artista noruega en el escenario. El desplante con que maneja las dinámicas aprovechando de su gran talento y voz celestial. Ahora mismo se demuestra una artista integra en todos los frentes: desde el canto, el baile, el sentido “muy humano” de su presentación, fue una cosa que cautivó a más de alguna persona.

El encanto de AURORA que desborda carisma y fidelidad a su público es único, sincero y prometedor por decirlo menos. Y es que sin quererlo, la gran actuación de la noruega se volvió una de las favoritas de la jornada.

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