Escrito por Felipe León
Parte del misticismo de las escenas subterráneas que proliferaron en varios lugares de latinoamérica durante los 80s, dedicadas de forma un tanto clandestina, en medio y tras violentas dictaduras de derecha, a sonidos más extremos del metal y el punk, recae en grupos que de alguna manera pudieron dejar un registro, y llevar un paso más allá todo aquello. En ese sentido, nombres como el de Ratos de Porão son claves para entender el panorama que se vivió en dicha década, yendo siempre un paso adelante a la hora de estrenar música, como sucedió con ese monumento a la realidad menos retocada y más cruda de lo que es Brasil. Casi como extensión, Sudamérica.
Porque harto se habla que Brasil es el mejor disco de la banda. Otras personas se podrán inclinar a ese primigenio Crucificados pelo sistema (1984), referenciado por muchxs como el primer disco de hardcore punk de sudamérica, o incluso Anarkophobia (1991), Homem Inimigo do Homem (2006), y el más tardío Século siniestro (2014). En el fondo cada trabajo es un menú distinto pero apetitoso para el voraz apetito de una fanaticada antigua y nueva, que disfruta cada uno de sus álbumes. Sin embargo, existe un consenso que este lanzamiento es algo así como el punto cúlmine del sonido más distinguible y aportador de Ratos de Porão, mucho más arraigado al crossover thrash.
Pero también la puerta de entrada, y en el fondo, no hay mejor opción. El carácter político de sus densas y dinámicas canciones, que siempre ha estado presente en su discografía, alcanza un grado de evocación acertado al nivel de abusos y pobreza que ha sido sometida la gente latinoamericana. Claro, como una vistosa panorámica de lo que es Brasil, con letras que siguen siendo bastante actuales, casi como un refugio de los oscuros tiempos que atravesó el país bajo el gobierno de Bolsonaro. Pero lejos de abanderarse, la velocidad de Ratos de Porão explora cada rincón del acontecer histórico y social, desde una perspectiva directa que pone en evidencia las miserias e injusticias que habitan en su pueblo, así como el rol de la élite política, el nacionalismo, o la alienación de la sociedad.
Todo desde un enfoque agresivo y brutal, que aprovecha la velocidad más extrema del thrash metal que afloraba en la época con bandas como el Slayer del Reign in Blood, o el Kreator de Pleasure to Kill, entre otras. Sumado a los aspectos más “en tu cara” propios del hardcore punk, donde el discurso y mensaje es claro, apuntando a los responsables de todo lo que está mal. Lo que en el fondo no cambia. Logrando este sonido de crossover thrash que la banda supo llevar aún más al extremo, contando con una producción que resalta la violencia, pero también el carisma y la extravagancia a la que recurren en ciertos momentos de la escucha. Gran labor ahí de sus integrantes, y de la distintiva personalidad de su vocalista, João Gordo.
A momentos se siente huracanado, en otros mucho más lúdico, pero siempre de frente, al son de canciones como el gran início de “Amazônia nunca mais”, o como ocurre con “Vida animal” o “SOS País Falido”, las que evidencia lo distinguidamente densos y directos que pueden ser. Por otro lado, temas como “Beber até morrer”, “Farsa nacionalista” o “Heroína suicida” le brindan mayor dinamismo al recorrido, demostrando una audacia que de cierta manera es heredada de sus primeros momentos, pero que lejos de agotarse, salta a la vista con mayor solidez.
Brasil no solo es el mejor disco de Ratos de Porão, sino que también fue en su momento el primero en ser estrenado en una multinacional como Roadrunner Records, funcionando como un puente<< entre la banda y una mayor audiencia en más partes del mundo, calando fuerte en Europa. Un hito que validó todo lo que venían haciendo, amplificando aún más la propuesta. Canciones que lamentablemente siguen siendo actuales por sus temáticas; para fortuna nuestra, esta obra envejece mejor que nunca.
Ratos de Porão tocará en vivo el 4 de octubre en la Sala RBX, junto a Where’s My Bible. Entradas por PuntoTicket.
