Escrito por Nico Merino
Fotos por Alejandra Besoain
Boom Boom Kid es una figura fundamental en la historia del punk argentino por varias razones. Y, ojo, en un país que ha dejado figuras clásicas absolutas del punk latinoamericano como Loquero, 2 Minutos, Flema, Eterna Inocencia o Sumo, esto no es nada menor. De hecho, cuando hablamos de peso en el caso de Boom Boom Kid, generalmente hablamos por partida doble, porque estamos considerando tanto su discografía solista como la de Fun People, su ex banda.
Digámoslo, independiente del concierto, BBK es un artista interesante en general. No es que no le tenga miedo al ridículo, es que seguramente él ni se piensa como ridículo. Todo su desorden y extravagancia son parte de una propuesta artística muy decidora, original y atrevida. Desde lo que puede parecer más convencional como las canciones de hardcore melódico al hueso, hasta mezclar las letras en español con otras en un inglés más primitivo o ponerle nombres larguísimos a las canciones. No se trata de que sea el artista más contracultural del mundo ni nada parecido, pero si hay que reconocer que su irreverencia le regaló un sello.
Estas palabras no son gratuitas, aún cuando BBK es un personaje que sigue trabajando en música, su trabajo previo realmente quedó tatuado en más de alguna generación de latinos y en eventos como el de ayer se nota. Además, hablamos de una tónica tan emocional que hace inevitable que la gente termine conectando con la música de forma muy desnuda. Todo acompañado de música lo suficientemente acelerada y agresiva como para dar con esa fórmula clásica del hardcore melódico que cruza una densa emocionalidad con el desenfreno que ha demostrado ser tan exitosa.
Sin teloneros y con una Blondie llena, el concierto empezó a las 21:00 horas en el estilo más puro del personaje. Como era de esperarse, fueron muchísimas canciones, varias de ellas interpretadas en desenfreno y sin pausas, igual un poco como son los algunos discos tanto de Fun People como de BBK. Y de la mano de la gente reaccionando con mucho entusiasmo palpable. Tampoco era que prendieran solo con los éxitos, en realidad el entusiasmo fue transversal a la duración del show.
Hubo momentos muy altos, tanto en lo que se refiere a temas solistas como a los recuerdos de Fun People. Claro que canciones como ‘Si Pudiera’ o ‘Brick By Brick’ levantaron un entusiasmo especial y muy emotivo. Pero también lo fueron los cortes más en la línea del Hardcore o incluso el Crust Punk. Pasaban las canciones y Blondie se dividía entre a) la gente que iba por el mosh desordenado propio del punk, b) la gente que iba a llorar esas canciones y c) todas las anteriores.
A veces puede parecer que artistas así no son novedad. Es verdad que han venido varias veces y, de hecho, BBK en particular ha tocado múltiples veces en la Blondie. Pero la fidelidad del público es tal que estas oportunidades son repetibles una o más veces al año. Y no se trata necesariamente de una fidelidad por estar dispuesto a verlo o a comprar la entrada, muchas veces ese compromiso realmente se trata de uno con la memoria personal. No por nada existe una relación tan pasional con la obra de Fun People y Boom Boom Kid. Además, cuando ambas discografías tienen tanto material que ofrecer, pueden existir varios conciertos y todos sentirse refrescantes, no es que el sea de repetirse. Ayer faltaron algunos clásicos pero tuvimos otros a cambio.
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