Live Review

Modest Mouse en Lollapalooza Chile: El espíritu indie en su estado más prístino

Escrito por Hernán Carrasco
Fotos por @guilleasalazar

 

Lo que se veía tan lejano como imposible, finalmente se concretó el día viernes 17 de marzo en el marco del Lollapalooza 2023. La llegada y debut de una de las bandas más legendarias del Indie Rock, conmemorando sus 30 años de vigencia fue, sin duda, una de las piezas más interesantes del festival.

Acariciando la tarde veraniega y calurosa, a eso de las 17.45 horas y frente a un público bien heterogéneo y menos numeroso que en otros escenarios, se firma la salida de Isaac Brock junto a la banda, destacando la aparición de Damon Cox en batería tras el lamentable fallecimiento de Jeremiah Green el año pasado. 

Sin mucho preámbulo y sin maximalismos, la agrupación comienza el show con esos efectos espaciales guitarreros de Dramamimede su disco This Is a Long Drive for Someone With Nothing to Think About (1996) una pieza sumamente anticlimática a una apertura ruidosa que esperaríamos todos. La inconfundible y gastada voz de Isaac Brock demuestra toda la visceralidad del indie rock noventero, sin muchas vacilaciones y con un carácter bien histriónico y performativo, poco a poco el frontman se ganó al público festivalero. 

Si bien el setlist que compondría la tarde del viernes era todo un misterio, el repaso del cancionero inmenso de Modest Mouse fue bastante extenso a pesar de la corta duración del show. Tras la intro, sonaron temas como “We Are Between “de su último disco The Golden Casket (2021) donde dio el paso más bailable junto con el repetitivo “We Are..We Are..We Are” del estribillo, luego se consagraron canciones como “Ocean Breathes Salty” donde se sometieron a la intrincada asociación de cuerdas dispersas del aclamado Good News for People Who Love Bad News (2004),  siempre con esa calidad quirky y energética de la voz de Isaac. También hubieron momentos más clásicos del The Moon & Antarctica (2000) con “Paper Thin Walls”, esclareciendo un poco la idea del setlist e indicando que la velada se trataría de una playlist como repaso general de los treinta años de la banda. 

Con poco tiempo y con pocas intromisiones del vocalista en hablar con el público, el arsenal de Modest Mouse se hizo aún más incisivo en la segunda mitad del show, tras dos temas más actuales como “Lampshades on Fire” y “Back to the Middle”, donde hubieron varias ovaciones en las partes más instrumentales, el mood cambió un poco con “Bukowski” cuando la producción le entrega un banjo a Isaac y el procede a ponerse la uñeta en la frente para performar un tema icónico del Good News…, el recitar de este tema junto con el redoble de baterías fue tremendo dando paso a las secciones más histriónicas del show cuando la banda hace una pausa para hablar con el público, para luego performar “King Rat”.

La ovación generalizada se conmemoró en canciones más icónicas como “Dashboard” del We Were Dead Before the Ship Even Sank (2007) donde se obtiene ese sonido más aparcado en el lado del Post Punk Revival, trabajado junto al gran Johnny Marr. La canción fue bastante coreada junto a la agitación  de las palmas de la gente, el impecable despliegue escénico no faltó nunca, siempre mostrándose dispuesto y honesto a pesar del paso de los años.  

El show comenzaba a terminar e Isaac vociferaba que “Eran muy mal tiempistas” siempre sonriendo y con un humor ácido, sin embargo, todavía quedaba tiempo para que nos deslumbraran con  “Tiny Cities Made of Ashes”, un punto climático del show, donde Isaac enloquece y comienza a tocar la guitarra con los dientes cual Jimi Hendrix, desatando una algarabía total. 

Obviamente no se irían sin tocar “Float On”, su canción más escuchada y popular, aquí sí que el público cantó con más ganas, coreando con ímpetu el “Already we’ll all float on…”, un momento más que esperado por el público más indie rockero. 

Cerrando ya el show tras casi 54 minutos de duración en total, empiezan esos acordes vacilantes de “Spitting Venom”, masticando una fuerza inmensa de las distorsiones guitarreras junto con  la intromisión de una trompeta que va acariciando esa melodía intermitente hasta que va apaciguando el sonido.

Y así cierra un hito inconmensurable de la versión 2023 del Lollapalooza, junto con una banda única del indie noventero. Una versión más visceral de lo que es la música, una interpretación con lo más  importante del indie rock: La honestidad.

 

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