A la carta

A la carta: Grandes discos de los miembros del Wu-Tang Clan

Foto por Rashid Akrim

El amplio universo del Wu-Tang Clan, no solo está habitado por algunos de los mejores discos que ha entregado el hip-hop como Enter the Wu-Tang (36 Chambers) (1993), o el doble Wu-Tang Forever (1997), porque también hay verdaderos hitos solistas que diversifican los caminos del colectivo, siendo algunos de estos tan venerados como los del clan. Raekwon, Method Man, GZA, Ghostface Killaht, Inspectah Deck, Masta Killa, Ol’ Dirty Bastard, U-God, el arquitecto principal del proyecto RZA, o incluso el visitante que pasaría a ser residente más adelante, Cappadonna, son nombres que por sí solos supieron posicionarse en la historia, llegando incluso a debatirse en ciertos círculos que algunas carreras solistas son más consistentes que las del Wu. Por nuestra parte buscamos darle representatividad a cada uno de estos titanes del rap, recopilando un disco por cada MC.

En orden de llegada al Wu:


RZA – Ghost Dog: The Way of The Samurai OST (1999)

Así como se hace imposible imaginar la película Ghost Dog: The Way of Samurai sin Forest Whitaker, lo mismo ocurre con RZA. Porque la música creada por el artista especialmente para la ocasión, ha logrado trascender tanto como la cinta de Jim Jarmusch, siendo su oscuro y misterioso sonido instrumental boombapero, el elemento idóneo para acompañar este trabajo audiovisual. Pero si lo seleccionamos aquí es también por lo bien que funciona fuera de su contexto original, evidenciando su versatilidad a la hora de pasar por un trabajo de hip hop instrumental hecho y derecho. Un capo Prince Rakeem.


GZA – Liquid Swords (1995)

Se podría hacer el caso que GZA es el MC más respetado y venerado, entre los propios miembros del Wu-Tang Clan. Parte de aquello reside en el hecho de haber lanzado un bombazo como Liquid Swords, para muchos el mejor álbum fuera del colectivo. Genius presenta un crudo y filosófico relato sobre las calles, la violencia, la espiritualidad, entre otras temáticas, donde resalta ese gran trabajo lírico que siempre hace pensar, además de la notable producción. Este disco encuentra a ese gran combo GZA / RZA en estado de gracia, con beats alucinantes, colaboraciones explosivas, entre otras sorpresas. Legendario es poco para referirse a este disco.


Ol’ Dirty Bastard – Return to the 36 Chambers: The Dirty Version (1995)

La extravagancia de Ol’ Dirty Bastard, a medio camino entre el hardcore y lo abstracto, suele ser uno de los elementos que más llama la atención al escuchar el Wu-Tang Clan por primera vez. Porque el MC no era de los más elaborados o técnicos dentro del colectivo, pero aún así su particular forma de rapear, guiada por una cruda, extraña, y maníaca performance -como si estuviese poseído-, le hacía destacar entre sus contemporáneos. Return to the 36 Chambers: The Dirty Version es el mejor reflejo de su carismática personalidad, ideal para conocer más sobre su flow contagioso y excéntrico. Su mayor manifiesto en vida.


Method Man – Tical (1994)

Tras el lanzamiento de 36 Chambers del Wu, no podía ser otro que Method Man el que diera el primer paso en solitario, debido a la popularidad con la que siempre ha contado el MC. Precisamente una obra como Tical evidencia las características natas que conforman su propuesta, con un flow atrapante y rítmico que se balancea con ese costado misterioso y sombrío, donde lo atmosférico juega un rol fundamental en la construcción de las canciones. Dicho sea de paso, los trabajos colaborativos junto a Redman también son una buena forma de conocer los distintos movimientos del artista.


Raekwon – Only Built 4 Cuban Linx… (1995)

Si bien cada miembro del Wu-Tang Clan tenía su propia agenda en solitario más allá del grupo, Raekwon es el que define de mejor manera ese afán de pensar el álbum como un todo, y darlo todo en el proceso. Solo Ghostface Killah emula aquello a su modo, siendo parte de un Only Built 4 Cuban Linx…que de inmediato se quedó clavado en la memoria colectiva del hip-hop. Combinación explosiva, repleta de momentos dramáticos, hedonistas, altamente gangster, pero lo más importante, con un sentido del entretenimiento tan importante como el apartado artístico de este disco. Letal.


Ghostface Killah – Supreme Clientele (2000)

Pocos en el Wu-Tang supieron dar el salto de manera tan efectiva desde esa primera época dorada a los años 2000. En ese sentido, Ghostface Killah mantuvo la llama viva en plena época de cambios, abriendo incluso el milenio con un trabajo tan influyente como Supreme Clientele, que acrecentó su nombre por fuera del clan. Dinámico y versátil, repleto de guiños, momentos memorables, este disco logra transicionar el sonido clásico a los nuevos tiempos, actualizando sus credenciales relativas al east coast, el boom bap, o el hardcore, con ciertos toques abstractos y triunfantes que le brindan mayor personalidad al trabajo. 


Inspectah Deck – Uncontrolled Substance (1999)

Se podría hacer el caso que dentro de los tantos MC’s que inundan la música del Wu-Tang Clan, Inspectah Deck es uno de los más distintivos y originales, al poseer un toque más consciente y filosófico que brinda matices al colectivo en general. Uncontrolled Substance posiciona con mayor soltura tales planteamientos, ajustando sus cualidades y fortalezas como MC a un sonido clásico de east coast hip-hop, contando en el proceso con nombre como U-God, o el propio RZA, productor de esta obra que debía aparecer en el año 1995, pero por una inundación donde se perdió el trabajo de beats, se tuvo que rehacer años más tarde. 


U-God – Golden Arms Redemption (1999)

Otro de los debuts solistas tardíos del Wu-Tang Clan es el de U-God, que en el año 1999 sacaba a la luz un Golden Arms Redemption que pese a la tardanza, logró consolidar una propuesta balanceada entre los aspectos más hardcore y boom bap del hip-hop. A ratos directa, jactanciosa y gangsta, en otros más lúgubre y extraña, la vibra que respira este trabajo posee el tacto de la época, continuando muchas de las ideas plasmadas con anterioridad por el MC en el segundo álbum del clan Wu-Tang Forever. Grandes clásicos como “Rumble” forman parte del panorama general.


Masta Killah – No Said Date (2004)

No fue hasta el año 2004 que el debut solista de Masta Killah se hizo sonar, siendo una larga espera que definitivamente valió la pena. Ya a esas alturas los venerados sonidos clásicos del Wu no eran necesariamente una novedad, sin embargo pocos trabajos lograron capturar tan bien esa esencia east coast boombaperas bajo las influencias de las artes marciales, como lo hizo No Said Date, encarnando la violencia como lo espiritual desde una acercamiento genuino. A pesar de contar con el jet set del Wu-Tang Clan (Raekwon, Ghostface Killah, etc.), el que la lleva es Masta Killah. Totalmente recomendado.


Cappadonna – The Pillage (1998)

Cappadonna no vivía con el Wu-Tang Clan pero pasaba en la casa de estos. Era ya parte de la familia, pero no fue hasta el año 2007 cuando pasó a ser miembro oficial, de alguna manera ocupando un lugar ganado desde antes. Pese a esto, ya contaba con una carrera en solitario, siendo su trabajo más destacado el atractivo The Pillage de 1998, trabajo forjado junto a elementos propios del Wu como Method Man, RZA, Raekwon, 4th Disciple, etc. El MC captura la esencia sonora del clan, brindando un tratamiento mucho más limpio del sonido, y un acercamientos lírico bastante poético, aunque duro y dramático también. 


Wu-Tang Clan en Chile

Sábado 1 de Abril – Movistar Arena

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