Flema en Chile: Brindo una vez más por mis amigos

Escrito por Felipe León
Fotos por Sebastían Carrillo

Entre cánticos, cerveza y compañerismo, se vivió el esperado retorno de Flema a Santiago, como parte de su “Piscola Tour” que llevaría a recorrer a la banda por primera vez varias regiones de Chile. Talca, La Calera y el Festival Woodstaco en Parral serían parte de esta visita, que además contó con un show bastante especial en la Arena Recoleta, ubicado en la zona norte de la capital del país.

Desde las 17 horas aproximadamente se comenzó a sentir lo que sería una jornada inolvidable, con actos de apertura bastante sólidos que provocaron la temprana atención de quienes acudieron a este simbólico encuentro con el punk rock de siempre. Así, los encargados de darle el vamos al concierto serían Muerte Akción, agrupación cercana a los sonidos más callejeros del crossover thrash, que vienen de estrenar su álbum “Dominio”. Un potente golpe de entrada para así dar paso a Rojo Vivo, cambiando drástica pero amenamente el ambiente, gracias a la mezcolanza de punk y ska que los nacionales han sabido cosechar en los últimos 25 años de vida.

Todo un acierto relevado por el último grupo en presentarse, previo al show de los argentinos. Hablamos de La Dolce Vita, emblemática agrupación noventera que hace pocos años vio un renacer, gracias a una reactivación consagrada por su disco “Siglos de Engaño” del año 2021. Bajo un sonido arraigado a un punk rock con credenciales post-punk, el proyecto supo dar una interesante cátedra gracias a un sonido crudo pero ajustado, con voces recitadas y cantos políticos que más allá de la denuncia, invitan a pensar y reflexionar. Una grata sorpresa que fue condecorada con la excelente performance de Kitty del Aire y Fuego, quien encendió aún más el show con su versátil uso de las llamas.

Si las tres presentaciones de apertura fueron un golazo, las canciones que pusieron antes de Flema, motivaron aún más el ambiente, sonando fuerte clásicos de La Polla Records, 2 Minutos, Los Violadores o Eskorbuto. Puros hitazos que la gente cantó a más no poder, generando los primeros grandes mosh para calentar los motores de lo que venía.

Porque a pesar de que ya había pisado estas tierras varias veces, el amor por sus canciones es eterno, y así quedó patentado cuando a las 20:30 horas, con la tarde a cuestas, la banda hizo su ingreso, motivando de forma inmediata la histeria colectiva de muchos punks y rockeros que no dudaron ni un segundo en entregarse en cuerpo y alma, a esta batería de himnos que es Flema hoy en dia; y desde siempre.

El legado de Ricky Espinoza se vuelve cada día más gigantesco, y aquello quedó demostrado con uno de esos shows que son difíciles de sacarse de la cabeza. Porque podríamos hacer el caso de que la ausencia de Ricky influye en el resultado final, pero nada más lejos de aquello, pues su presencia se hizo palpable en cada momento, cada persona, en cada sobreviviente de aquella mítica banda que estuvo presente dicha tarde de sábado.

Así lo hicieron sentir sus cuatro miembros sobre el escenario, manteniendo en lo más alto el legado de la banda, a punta de canciones como “Ahogado en Alcohol”, “Siempre estoy dando vueltas”, “Si yo soy así” o “Metamorfosis adolescente”, las que fueron recibidas con una energía impresionante por este público diverso, que contaba con viejas leyendas locales de las tocatas, así como una nueva sangre que definitivamente ve en Flema, uno de los grandes exponentes latinoamericanos del género.

De cierta manera, las inmortales piezas de la banda, han ayudado no solo a definir el panorama del punk alrededor del continente, sino que también han conectado con todo tipo de generaciones, siendo en muchos casos una compañía para adolescentes y adultos que ven en sus letras, algo de locura, consuelo y entendimiento sobre muchas problemáticas de la vida. Pero no solo eso, porque Flema es también una institución a la hora de generar compañerismo y amistad, lo que alimentó el grato ambiente generado en la Arena Recoleta.

No por nada canciones como “Y yo aún te recuerdo”, “No quiero ir a la guerra”, “Más feliz que la mierda” y la esperada “Vahos del ayer”, fueron de las más cantadas y coreadas, generando una especie de comunión que generó bastantes sonrisas, tanto para sus integrantes como para la audiencia. Así la banda trasandina cerraría una jornada marcada a fuego en la memoria, cerrando con esa triada “La sangre de tu hermana”, “Fernando anda en Skate” y un “Nunca seré policía”, que se escuchó de seguro, por toda latinoamérica. Por siempre Ricky. Por siempre Flema.

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