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#DiscoExpectador: J Dilla – Donuts (2007)

Hoy en día es prácticamente un hecho la importancia de Jay Dee o J Dilla dentro de los más relevantes beatmakers y productores a la hora de comprender el hip-hop, siendo su aclamada obra «Donuts» un hito para éste al haber cambiado los tópicos de configuración con respecto al uso de los samples, la construcción de canciones y el cómo este género puede prescindir absolutamente de la clásica figura del «MC», para así dar protagonismo artístico explícitamente al trabajo instrumental y de producción musical en general. Sin embargo las circunstancias en las que se gestaría este proyecto y el posterior desenlace del artista tan solo unos días después de su lanzamiento, terminarían por definir el destino de un legado que yace muy presente en corrientes artísticas de todo tipo.

J Dilla ya era todo un nombre dentro de la escena más undergroud con algunos acercamiento a lo mainstream, siendo parte de esa famosa generación que definirían los nuevos caminos de la música afroamericana en pleno cambio de milenio, habiendo formado parte del grupo Slum Village provenientes de su natal Detroit o produciendo para nombres como A Tribe Called Quest, The Roots, Janet Jackson, D’ Angelo, Erykah Badu, Common, Busta Rhymes, entre muchos otros. Incluso habiendo lanzado proyectos solistas como el gran debut que fue «Welcome To Detroit» o el colaborativo junto a Madlib en el asombroso «Champion Sound«, Jay Dee dejaría su huella de manera innegable dentro del sonido mismo de todas estas piezas que antecederían su irrupción definitiva con el lanzamiento de «Donuts» el 7 de febrero del 2007: día de su cumpleaños.

Puedes revisar el #DiscoExpectador: Jaylib (Jay Dee & Madlib) – Champion Sound (2003)

Para las fechas de su gestación el productor se encontraba en un deteriorado estado de salud producto del lupus derivado de una enfermedad degenerativa, concibiendo en un improvisado estudio de grabación en pleno hospital Cedars Sinai en Los Angeles la definición misma de su estela como artista, sellada en 31 resumidas muestras que bordean el minuto y medio de duración. Cada una de estas evidenciando una profunda creatividad ejercida en base a diversos samples bastante emocionales que muchas veces saldrían de la preponderancia del clásico funk o soul, abriéndose a otras sonoridades relacionadas al jazz, ritmos tribales, la electrónica o la psicodelia, desprendiendo una versatilidad en cuanto a reducir este «formato canción» a lo esencial, mostrando demasiados elementos en tan acotadas circunstancias.

Aunque uno podría inferir un aura un poco más oscura o cargada a planos existenciales relacionados con la muerte por ejemplo, «Donuts» resulta ser todo lo contrario: una celebración a la vida, a las emociones, los recuerdos, los gustos personales de ahí el nombre del disco, entre muchas otras cosas que podría estar describiendo en una larga lista; infinita. Estos elementos ensamblarían todo un ejercicio instrumental de hip-hop, de momentos emocionales fuertes y otros de un mayor jolgorio, capturando la espiritualidad y definición personal/artística de Dilla en un disco atemporal, adictivo y de una sensibilidad palpable en cada una de sus estaciones. Porque si hay una manera de resumir sus cuantiosas características, esta guarda relación con ese efecto de sintonizar una estación de radio tras otra, revelando en cortos intervalos de duración todo un mundo a descubrir.

5 Momentos claves del álbum:

«Workinonit»
«Time: The Donut of the Heart»/»Glazed»
«Two Can Win»/»Don’t Cry»/»Anti-American Graffiti»
«One for Ghost»
«Last Donut of the Night»

Esa conjugación dinámica, colorida, abundante en belleza, comprende una aproximación atípica a lo convencional, disonante, muchas veces sin un sentido de conexión aparente que tal vez por separado puedan resultar completas desconocidas, pero que en función narrativa del álbum adquieren otra vida. Como bien describen en un excelente artículo que se encontrará más abajo, este trabajo guarda similitudes con un rompecabezas, siendo la unión de cada una de estas la imagen definitiva de lo que se quiere mostrar.

Artículo

Tres días después de su lanzamiento un 10 de febrero del 2007 fallecía Jay Dee, legando una carrera repleta en maravillosas obras a descubrir. Su Importancia no va tanto con el hecho de ser la primera muestra en sí de hip-hop instrumental porque no lo es, si no que tiene más que ver con la manera en la cual definiría esta perspectiva musical de forma categórica. Motor de toda una generación que establecerían definitivamente este acercamiento más abstracto, diverso y experimental a la construcción de los beats, a partir de una concepción mucho más lo-fi, tal cual lo haría Nujabes casi en el mismo tiempo. Una obra presente en muchas expresiones: en el mundo del hip-hop del under al mainstream, en la playlist de lo-fi hip-hop de youtube y todas sus símiles, en la música más chill, en adult swim, en la cultura, en la historia. Un disco inmortal, atemporal, apasionante e inspirador.

 

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