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#DiscoExpectador: Radiohead – OK Computer (1997)

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Josué:

Para mí el OK Computer es un disco único, que cuando llega te marca de una. Quizás al principio cueste digerirlo por el sonido y lo triste que puede llegar a ser. El disco es como un viaje en carretera, desde el inicio con «Airbag» se reflejan los miedos de Thom Yorke hacía los vehículos; también el sentimiento de locura al ver seres de otro mundo como en «Subterranean Homesick Alien»; el hablar con tus demonios internos que no te dejan en paz como en «Climbing Up the Walls»; el cansancio de una vida repetitiva y sin emociones en «No Surprises».

Este disco se puede escuchar en cualquier momento y seguirá sonando futurista, es de esos discos que envejeció demasiado bien y se nota (cosa de ver la versión remasterizada ya que casi no se nota una diferencia en si). Este disco define el sonido del Rock Alternativo a finales de los 90’s y define perfectamente la manera de hacer música en la década del 2000’s. Es un disco que llega en el momento en que más lo necesitas y hace que te identifiques de alguna manera con lo que intenta reflejar su significado, que terminó siendo algo profético de cierto modo.

El trabajo musical de la banda es digna de admirar, unas guitarras con un sonido chirriante que parecen gritos o sollozos, un trabajo en batería notable junto al del bajo y lo que define totalmente el sonido de este disco es, sin duda, la voz; a veces amenazante y a veces melancólica, un complemento más para el disco. Este es uno de esos discos que nunca volverán a aparecer, un disco que no se volverá a encontrar jamas, un disco que podrá ser imitado pero, jamás igualado.

 

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Hernán:

Finalmente, llegaba el día de reseñar el OK Computer de Radiohead. Por así, decirlo. “Tortuoso” es el término que mas se asemeja a lo que consigo rescatar del disco, o al menos de describirlo en una sola palabra que pueda transmitirme toda la visión y la paranoia de una banda única en su especie.

Radiohead venía ya con dos discos en su carga, uno tan vilipendiado como el Pablo Honey (1993) –injustamente– y la esencia británica más pesada y furiosa con The Bends (1995). El tercer disco es el infame que decide todo, el hit or miss que desata la locura en los espectadores o una hecatombe inexorable.

Para llegar al sonido que conlleva el álbum, la banda utilizó la peculiar mansión de la actriz Jane Seymour cerca de Bath, al suroeste de Inglaterra, y promovió el uso de los recursos sonoros que le permitía aquel lugar, la utilización de habitaciones y la reverberación constante que se destaca con frecuencia, en un compendio de 12 tracks imperdibles y melancólicas.

¿Pero como se puede definir el sonido de Radiohead en 1997? El britpop ya agonizaba y sólo quedaban estos últimos bastiones de la música inglesa de esa década. Lo que se veía en Inglaterra en el tema político y, más aún en el mundo, era simplemente una incertidumbre con la ansiedad y la paranoia misma como la gran “cara visible” que se venía, consumiéndonos como simples Homo Sapiens a la espera de un nuevo milenio. Este milenio nos traería un futuro distópico, donde la maquina nos gobernaría en la rutina y la sociedad cada vez estaría más arraigada a su propio individualismo, una cosa que visionó muy bien Thom Yorke, Jonny Greenwood, Phil Selway, Ed O’Brien, Colin Greenwood y, obviamente, Nigel Godrich para capturar el temerario pero introspectivo sonido del OK Computer.

El recurso de lo “inquietante” en la atmósfera y textura del álbum –casi cayendo en ese Uncanny Valley perpetuo– es una situación que se consolidaría como el sello principal de la banda. Las composiciones extrañas como en ‘Paranoid Android’, que concretan una especie de ‘Bohemian Rhapsody’ noventera o el disconforme riff de Jonny Greenwood en la intro de ‘Airbag’, con Thom repitiendo que un «airbag habría salvado su vida». La sensación alienígena que nos deja ‘Subterranean Homesick Alien’. La versión inaudita y depresiva de Romeo y Julieta con ‘Exit Music (For a Film)’. La melancolía de los arpegios de ‘Let Down’. EL himno que se canta a todo pulmón en su estrofa final en ‘Karma Police’. El incómodo interludio robótico de ‘Fitter Happier’. ‘Electioneering’ y su composición más “Bendiana”. El agónico sufrimiento desgarrador de Thom con ‘Climbing Up The Walls’. La repetitiva armonía de cuna en ‘No Surprises’. ‘Lucky’ y su existencialista recurso de la “suerte”, y finalizando con ‘The Tourist’ recordándole a Thom Yorke esa icónica frase de “Idiota, anda más lento”.

No podría describir si este álbum envejeció o no, a veces suena noventero, a veces suena tan fresco como el día en que salió. La visión trágica y tan ansiosa del mundo se plasma de manera sublime y terrible. OK Computer es una pieza invaluable del cancionero de Radiohead y de los noventa que permitió esa influencia tan grande de una banda irrepetible y única en su especie. Eso lo sabemos con mucha gracia.

 

 

Felipe:

Digamos que OK Computer es un disco que bien define su época, y a la vez es definido por ésta, desde su concepción y temáticas, visibiliza todo tipo de problemáticas relacionadas por ejemplo con el suicidio, la depresión, el rol de los medios de comunicación, entre muchas más aristas de diversos tipos y connotaciones, presentando tal vez el primer gran trabajo que abordaría estas materias en la música popular; o el primero que sonaba así de ambicioso. Una buena manera de combatir las presiones por parte de la banda, terminaría moldeando el sonido de finales de milenio, con toda una apertura a la vanguardia desde la electrónica, los arreglos y producción en una lista de canciones con fuertes vocaciones universales. Fue un disco que desde un comienzo te hablo en un lenguaje diferente, cercano, real, y soñador.

 

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Jota:

Tal vez lo que provocó en mi «OK Computer» la primera vez que escuché sus canciones fue lo que provocó en el mundo: una verdadera revolución. Sí, venía de escuchar las canciones de «Pablo Honey» y el «The Bends» que es un disco que sigo atesorando, ese nivel de emotividad se logra pocas veces.

Pero todo cambió la primera vez que escuché este álbum. Simplemente no sabía como sentirme, pues el ir y venir de ideas entre lo experimental o la emoción en su estado más visceral era algo a lo que no estaba realmente acostumbrado. Escuchar en un mismo disco «Paranoid Android» y «Climbing Up The Walls» definitivamente es toda una experiencia que, en lo personal, aumentaba en detalle y cambiaba la lectura con cada escucha. De hecho, ahora mismo mientras escribo estas palabras estoy sintiendo la complejidad del acto final de «Let Down» de otra manera mucho más intensa.

Quizás lo que sigue sorprendiéndome hasta el día de hoy es cómo la banda se las arregló para lograr algo tan complejo y que aún así suene tan accesible. Digo, el pensar cada detalle de producción, arreglos, ideas locas que se les venía a la mente o las letras de Thom Yorke que cada vez tienen un carácter más profético. El tanteo inteligente de la electrónica que sucede acá aún me vuela la cabeza.

Dicho en breve. «OK Computer» representa las vicisitudes de la sociedad moderna con una exactitud y entendimiento humano único, tan así que, no importa si es considerado el mejor disco de los ’90 o uno de los mejores discos de toda la historia: el tercer álbum de Radiohead nos posiciona en un lugar donde nos sentimos identificados, y comprendidos dentro de lo incomprendidos y melancólicos que podemos llegar a percibir –y vaya que puede llegar a doler–. Es un disco para el individuo, y un disco para la sociedad. El manifiesto por excelencia de la sociedad moderna.

 

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