Tal ha sido el impacto que Fiona Apple ha generado en el mundo de la música con la publicación de su último disco que decidimos abordar su carrera, sobre todo considerando el carácter infravalorado que posee como artista, y que sin embargo a lo largo de su carrera no ha hecho más que entregar grandes obras. Cada disco definió su carrera, a la vez generando un impacto notorio en el comentario general partiendo con el debut perfecto que significó Tidal (1996), la resistencia de When The Pawn (1999), la apertura musical de Extraordinary Machine (2005), el carácter y personalidad en The Idler Wheel… (2012), y la maestría deliberada de Fetch the Bolt Cutters (2020). Cinco hitos bajo diferentes contextos; he aquí un recorrido por cada uno de ellos.
Tidal (1996)
Si queremos hablar de una artista como Fiona Apple, debemos partir por el origen de todo, su debut a lo grande, el cual le valió un Grammy en 1998 con el sencillo Criminal como mejor interpretación vocal femenina. Siendo también disco de oro, posándose como uno de los discos más vendidos por la artista (vendiendo cerca de tres millones de copias y siendo certificado tres veces como disco de platino en USA), Tidal es la semilla que plantó Fiona Apple en la industria musical del pop por allá por 1996.
Una joven Fiona, de apenas 19 años, libera el 23 de julio de 1996 este tremendo extenso que fusiona distintos tintes y expresiones musicales (Con géneros precisos como el Jazz, Soul, Bossa Nova y Psicodelia), llenando la atmósfera con una interpretación casi teatral de un “pop barroco” donde la misma Fiona utiliza el piano y su propia voz como prolijo instrumento. Valiéndose de una portentosa interpretación vocal, orgánica y poderosa, surgen esas comparaciones con grandes féminas del rock/pop del momento, tales como Alanis Morissette o Tori Amos, provocando ese interés emergente en la joven artista.
Fiona Apple demuestra con Tidal el éxito de crear ese estilo tan sobresaliente de la compositora, bordando esas suaves interpretaciones aterciopeladas en Shadowboxer y la íntima pero desgarradora Sullen Girl -donde expresa ese traumático episodio de su vida- o la misma Criminal, donde se entromete en lo más “mainstream” pero con una tremenda capacidad interpretativa, siendo áspera y sugerente a la vez. Never Is a Promise demuestra esa bella balada orquestal, sincera y calma en su concepción y nos deja con un épico cierre cinematográfico con el track Carrion. Tidal aparece y cambia los moldes del género con un sonido que traspasó la barrera del pop simple y mediocre, convirtiéndose en un estandarte compositivo, fuerte y empoderado.
Tidal parece ser el disco más exitoso en cuanto a ventas y escuchas, todos hemos escuchado en la radio los grandiosos singles de este LP, pero también es el inicio de una artista áurea y única que tampoco deja al azar las mediocridades compositivas. Con Tidal surge esa artista capaz y creativa en un debut demoledor para el público masivo, sembrando esa semilla que faltaba en el pop de aquellos años y que, con los años, se convertiría en un clásico instantáneo y el mejor disco para adentrarse en Fiona Apple.
Hernán
When The Pawn… (1999)
Sucesivamente, todos los artistas con un debut “extremo” en éxito, sufren de esa presión de igualar el nivel del primer álbum, cosa que no es para nada fácil y algunos incluso caen en ese espiral comparativo tan decepcionante y poco práctico, costándole mucho de su éxito y material. Solo pocos sobreviven a ese martirio, en efecto, los más talentosos.
Fiona Apple tras Tidal sufrió uno de los peores juicios públicos de la industria musical: Su paso por la alfombra roja y el discurso en los premios MTV VMA’s en 1997, propiciaron un escandaloso y lapidario escarnio a la reputación de Apple -que ya era una consolidada estrella- lo que la llevó a aguantar crítica tras crítica y que mejor forma de hacerlo, sacando un álbum en 1999: When The Pawn…
Comenzando de forma agresiva con On The Bound, es notorio que el estilo de la artista sigue un camino similar al Tidal en la forma compositiva, con la integración del piano como elemento esencial y la voz melismática y portentosa, sin embargo, ahora se ven otros elementos más experimentales, sobre todo en la sonoridad -en los sonidos que emanan- revirtiendo a un espejismo inquietante en algunos pasajes. Pasando a un piano rock sumamente épico en Limp, transponiéndose a la teatral -y obra maestra- Paper Bag, donde interpreta ese papel literario un tanto a la Broadway o la intrépida y acelerada Fast As You Can. Todo esto maneja un sentimiento más agresivo y personal de Fiona. Las traumáticas vivencias estaban expresadas de tal forma que asombra, las líricas se convierten en un talismán de liberación para Fiona, consiguiendo integrar todos esos elementos en una obra excelsa rabiosa y franca, aún siendo más sincera que Tidal y que cae en una cadencia única en la carrera de la cantante.
When The Pawn…, con su título interminable, corrige toda especulación sobre la compositora en cuanto a “morbo” se refiere. Les da una patada en la boca a la crítica carroñera, motivando a superarse cada vez más disco tras disco y consiguiendo establecerse como la estrella del momento.
Hernán
Extraordinary Machine (2005)
Quizás el trabajo que más costó abordar se deba al carácter extraordinario de su nombre, porque como una máquina nos va sacudiendo de canciones que no escatiman en abordar géneros y sonidos tan diversos, los cuales mágicamente calzan en el canto de emociones que Fiona Apple nos entrega en Extraordinary Machine. Por mucho tiempo fue mi título favorito, puesto que a la vez significa la apertura máxima que la artista le daría a su propuesta y que mantendría desde aquel momento, adoptando otro tipo de géneros musicales a la beta, siendo quizás su final un preludio a lo que The Idler Wheel haría posteriormente.
Las filtraciones en su momento terminarían jugándole una mala pasada, sin embargo este tercer disco sería la muestra de que Apple es una artista totalmente contraria a cualquier tipo de etiqueta o definición, siendo mirado casi como un maravilloso bicho raro que pondría nuevamente su nombre en el comentario general, tal como lo hizo esta última semana, tal como lo ha hecho con cada lanzamiento. Un abanico de emociones desde el frenesí de «Better Version of Me«, la rabia en «Get Him Back«, la brutal y hermosa «Parting Gift«, llegando a la sofisticación de «Waltz» o al conmovedor «O’ Sailor«, este trabajo es un océano de grandes tesoros a descubrir.
Felipe
The Idler Wheel Is Wiser Than the Driver of the Screw and Whipping Cords Will Serve You More Than Ropes Will Ever Do (2012)
Ya han pasado 8 años desde el lanzamiento de «The Idler Wheel…», el solitario y atrevido paso de Fiona Apple en la década recién pasada. Una placa que tomó todo el tiempo que la artista estimase conveniente, lejos de cualquier tipo de presión y límite, maniobrando –indirectamente– una nueva forma de crear, propiciando un ambiente gentil e imaginativo que incluso esquiva algo la usual melancolía de su previa discografía. Sí, «The Idler Wheel…» es un álbum único en su especie, significando un verdadero bombazo de ideas allá por el 2012.
Hay un cambio en el paradigma. El clásico sonido de Apple atenuaría ciertos elementos, para dar paso a un minimalismo más expresivo que ninguno. Sabido es del fuerte carácter interpretativo de Fiona, que en su contundencia y teatralidad, aquí hubo incluso una inyección de personalidad exacerbada, a modo de destrozar patrones, o –visto desde otra manera– crearlos desde 0. Así, la vanguardia y directrices del jazz nutren en su totalidad el aspecto instrumental, dando paso a una nomenclatura impredecible y difícil de descifrar por completo. De ahí que cada escucha de esta obra nos presente nuevos detalles, nuevas lecturas, y una nueva mirada a la música.
El piano se alza como un interlocutor más, con su propio idioma, mientras las percusiones entregan su propia versión de una intimidad caótica. Así, al indagar en la riqueza de este álbum, escuchando detenidamente cada uno de sus arreglos, la avalancha de sorpresas simplemente no encuentra fin. Desde el notorio tono jazzero de «Left Alone«, el soberbio juego de voces en «Hot Knife«, la demencia progresiva y visceral de «Daredevil«, o bien el impacto de matices desde el arranque en «Every Single Night«. Simplemente «The Idler Wheel…) es la caja de Pandora por excelencia de dicha década, permaneciendo impasible ante el paso del tiempo.
Jota
Fetch the Bolt Cutters (2020)
El último álbum de Fiona Apple puede ser presenciado de muchas maneras. Es de esos momentos cumbres en la música que representan la creatividad de la manera perfecta hasta para la exigencia perfeccionista de una artista como ella, en donde la música trasciende cualquier género y a la vez los abarca todos, a su manera, como la respiración musical más pura de ésta. Fetch the Bolt Cutters fácilmente sitúa a Fiona en ese camino de inspiración ilimitada, en donde cada nuevo álbum logra superar las expectativas, siendo su techo un infinito potencial de obras rupturistas y emocionalmente perfectas, sin embargo Apple nunca se había hecho escuchar tan fuerte, ofreciendo un acto de liberación, representación y honestidad marcado por una brutalidad de fusiones rítmicas y melódicas que dan fe de su maestría en la composición, interpretación y sobre todo una lírica única, personal, cruda pero abrazadora.
Nunca antes se había sentido tan cómoda consigo misma y afortunados nosotros que una vez más, la artista hizo caso omiso de las exigencias de la industria y no pospuso su lanzamiento. En el momento perfecto donde nos podemos escuchar con mayor atención, donde los nervios y las pequeñas alegrías poseen una constante vertiginosa de emociones, Fetch the Bolt Cutters aparece siendo la muestra del humano común que sufre, supera, vive, ayuda, denuncia y cuestiona. Cada canción es perfecta, llegando a momentos a cierta épica como en la tremenda introducción de «I Want You to Love me», el armonioso blues de «Ladies», el himno que se ha transformado «Under the Table», el viaje en «Heavy Balloon» o la comunión perfecta entre esencia y evolución en cortes como «Cosmonaut» o «Relay». Después de esto Fiona Apple es atemporal, desde siempre nos mostró su potencial, sin embargo a estas alturas puede llegar incluso a superarse.
Felipe