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Columna abierta sobre el ocaso de las escenas musicales

Todos los fines de semana hay bandas que tocan en bares o lugares underground de Santiago. Algunas agrupaciones realizan difusión de su evento vía Facebook o páginas dedicadas a la escena nacional para promocionar su música o la tocata. Varios músicos se dirigen a los distintos medios solicitando espacio o directamente invitan a todos sus conocidos. La mayoría de las veces el evento aparece en las redes sociales con una buena cantidad de personas asistiendo, pero llega la noche y solo se encuentran menos de la mitad. No culpo a la gente que no quiera pagar, tal vez anteriormente hayan tenido malas experiencias, debido al sonido, mala presentación o puntualidad; el chileno en si es impuntual. Aunque si hay personas o periodistas que llegan a la hora y pacientemente deben esperar hasta que aparezcan las bandas. A veces siento que la responsabilidad también va de parte de los músicos.

He leído y escuchado opiniones de asistentes que no quieren volver a ver determinadas bandas por el sonido o poca preocupación de éstas. Es fundamental tener en cuenta que hay gente que paga por ellos y por escuchar, la idea no es perder tiempo, ni ir a “dar jugo” por decirlo así. Al final ellos mismos quedan con una visión de “agrupación x es así”. Pero no todos los músicos son iguales, hay varios que se sacan “la cresta” ensayando, produciendo y experimentando. Ciertas veces encierran a todos en el mismo saco.

Yo apoyo totalmente a la música chilena. Falta apoyo, está claro pues siempre están presente los mismos melómanos que pagan su entrada y compran el disco de la banda o en ciertos casos, algunas personas que van para conocer la escena, pero cada vez son menos. Es fácil decir «escuchemos su música vía Spotify, Youtube, Soundcloud», sin embargo, no es lo mismo que estar en un local presenciando su música, su show, su puesta en escena.

Y desde el lado periodístico, en las entrevistas ¿es mucho pedir que se tomen las cosas en serio? Sí, a veces es difícil, pero piensen en que detrás hay proyectos, columnas, reseñas, gente, etc. Estas acciones es un apoyo tanto para los músicos como a los medios. Algunas bandas envían su música solicitando una reseña, apoyo, difusión o simplemente ser escuchadas. Todo se masifica a través de las redes, no obstante, hay agrupaciones que no te toman en cuenta, siendo que son del circulo under o emergente. Por otro lado existen los retrasos, es clásico ir a una tocata y que comience una hora después de la hora presupuestada o las condiciones en las que se puedan efectuar. A veces suelen empezar más tarde por la falta de público o simplemente, por la banda. Estos factores juegan en contra de cualquiera agrupación.

Viendo el lado positivo, la música under o escena tiene un enorme potencial, fuerza, estilo y sobre todo, muy buena música. Uno debe arriesgarse y ser curioso al momento de escuchar. Es bueno salir de lo común para conocer nuevos mundos musicales, pero seamos conscientes, sin tirarle mierda a nadie, existen casos en que la misma escena (o parte de esta) no aporta al desarrollo mismo entre el espectador, los músicos y la prensa;  hay que ser realista.

No estoy obligando a nadie, solo opinando acerca de algunas vivencias. Es bueno desahogarse, ante todo soy consciente. La música es fundamental para la vida, pero siento que hay que abrir los ojos.

Gracias por leer.

 

Fernanda Schell

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