Al hablar de The Offspring, se nos viene casi de inmediato a la mente una banda de Singles exitosos, pero más allá de eso, existe un álbum que contiene todos los ingredientes para ser considerado uno de los mejores discos punk de los noventa. Hablamos del Smash, aquella obra del año 1994 que vino a poner en el mapa mundial a estos cuatro Californianos de extensos dreadlocks que a lo largo de 14 temas, nos brindan un festín de enérgicas guitarras, desatados ritmos, canciones trabajadas y alegres composiciones para todas las edades y gustos. Todo un hito para el resurgimiento del Punk Californiano más entregado a la locura misma juvenil, desde una perspectiva política más personal y musical.
En Smash nos hayamos ante todo, con un grupo de amigos, que conviven desde el típico cliché de la banda de garage, y nos hablan en clave Punk con diversas libertades alternativas propias de la época. La catarsis de melodías y coros gancheros, se va mezclando con sutiles muestras de géneros como el Ska, el Hard Rock o el Rockabilly, todo esto desde una imprenta más que marcada y reconocida de parte de Dexter Holland y compañía. Si bien acá nos hayamos ante claros ejemplos de lo que es hacer temas clásicos y generacionales (Come Out and Play, Self Esteem, What Happend To You?), logra su cometido a la larga por la cantidad de temas buenos que acá hay. Digamos que todos tienen algo, ningún desperdicio, aunque hay ciertos regalones como Gotta Get Away, Bad Habbit, o So Alone, cada uno parte integral del potencial que The Offspring vino a mostrar y que nunca pudo igualar del todo, sin desperdiciar claros ejemplos de buenos discos como Americana.
The Offspring se hizo merecedor de un record tan importante, tanto para ellos, como para el Punk Californiano, la música independiente y el sello Epitaph, lugar que les dio acogida, pues Smash es el álbum de un sello independiente que más discos ha vendido. Un dato no menor que le da aún más relevancia a este hit de hits.
Felipe León